—Alek, querida. ¿De dónde vienes? —Anastassya la abordó en el pasillo. —Estaba conociendo un poco el lugar; este hotel es increíble, pero es difícil comunicarme con las personas aquí. —Pero si hablas bien el inglés. —Creo que es el asunto del asentimiento, al parecer me acostumbré a la otra forma.Anastassya la miró con extrañeza. —Es decir, estoy acostumbrada a la forma de nuestro país —corrigió con nerviosismo. —Te entiendo querida, para mí todavía es difícil cuando viajo, pero ellos comprenden que somos extranjeros y tenemos diferentes costumbres. Por cierto —la miró con detenimiento y preocupación—, ¿todo está bien entre tú y Andrey? Es que están muy distanciados y extraños, por ejemplo,
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