—Me encanta esa casa, Ulises. ¿Cómo la compraste? —Eli preguntó con emoción en su voz. Era de noche y ambos estaban acostados en la cama de la posada. —Pues, en una de mis misiones sin ti, vi este lugar. El dueño, como pudiste apreciar, lo tenía abandonado. Me dio curiosidad porque hay muchas plantas curativas allí y pregunté a uno de los propietarios de los terrenos que están alrededor. Él me puso en contacto con el titular y simplemente la compré. —¿De dónde sacaste el dinero? Lo que nos dan como guerreros, apenas nos alcanza para sobrevivir. —Pues, enana; sabes que tu novio es un genio con las plantas. Simplemente, hice muchos fármacos y lociones y vendí las fórmulas. Me pagaron muy bien, ya que ellos le van a sacar mucho dinero a mis creaciones. —Sonrió airoso. Por supue
Leer más