—¡Ahí es!— apunté al pequeño local que estaba en una plaza. —Se ve bien— ambos nos bajamos del coche y nos dirigimos al lugar —¿Cuál es tu favorito? —Mmm— achine los ojos mientras un gruñido salía de mi ser —Es difícil, me gusta la nuez, pero tengo una debilidad por la vainilla con chispas de chocolate— negué con la cabeza mientras la boca se me hacía agua —¿y el tuyo? —Fresa, sin duda el de fresa— Llegamos a la barra y un sinfín de helados había frente a nosotros, de pronto me sentí en el paraíso. —Hola buenas tardes, me das un helado de nuez y vainilla con chispas de chocolate y otro de fresa— su sonrisa era cálida, era un chico lindo. Pronto nos dieron nuestros helados, y nos dirigimos a las mesas del lugar. —¿Y a que se dedica tu padre?— saboreaba mi helado y centraba mi atención él, pero aun así pude notar algo de incomodidad en Alex. —Negocios, ya sabes cómo son esos trabajos, un día estas aquí y otro día te mandan a Europa
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