Terr corrió donde se encontraba Simón para que usara la hoz de la oscuridad, y le dijo.―¿Qué esperas?, tú puedes controlar al Ogopogo con la hoz y no te veo haciendo nada.―Eso estoy intentando, ya he estado atacando, pero sigue aquí ―respondió Simón―Su cabeza, la bestia tiene la cabeza asentada en la proa del barco, que tal si corres con la hoz y cuando te vea tal vez y digo tal vez deje de atacarnos, además nada puedes perder ―dijo Terr―Para ti es fácil decir que haga lo que me pides, pero en realidad es más complicado de lo que parece. La cola del Ogopogo está dando golpes por todo el barco, me dices que no tengo nada que perder, pero si hay algo, mi vida, si el Ogopogo me come será mi fin ―dijo Simón―Si eres cuidadoso lograras llegar hasta la proa, debes intentarlo o nos hundirá por completo ―le dijo Terr.Simón convencido
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