Todos los capítulos de Desventura: Un viaje no tan gratificante: Capítulo 31 - Capítulo 40
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En el hotel
El aparentemente conductor del vehículo, inspecciono los alrededores claramente algo nervioso y vio poco después a Edward y Anna.—Parece que nos encontró —dijo Anna.—Si… eso parece —dijo Edward, mientras veía como el supuesto conductor del vehículo, decía unas palabras a Richard y el resto de su grupo, los cuales tras escucharlas, voltearon su mirada en dirección hacia Edward y Anna.—Edward… maldito imbécil… hoy sí que me has hecho enfadar… ya falta poco para el amanecer y si no aparezco contigo vivo… o muerto… el que va a estar en problemas seré yo —Dijo Richard, el cual soltó al hombre que previamente sostenía y camino lentamente en dirección hacia Edward y Anna.
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Una vez más
El tiempo siguió pasando, y los nervios, continuaban aumentando.—Debí haberme enlistado en el ejército… de haber hecho eso estaría preparado para este tipo de situaciones.La espera se volvió una tortura para Edward, mientras que esperaba que uno de sus cazadores abriera la puerta con la intención de capturarlo o matarlo.Así fue durante un corto periodo de tiempo, hasta que por fin la puerta se abrió lentamente y Edward se preparó con ambos machetes en sus manos desde su posición justo al lado de la puerta de entrada.—Aquí vamos —pensó Edward.Leer más
Edward y Richard
—Bien… puedo darte una oportunidad… dime... ¿Dónde está Jacob?Cuando el hombre escucho estas palabras de la boca de Edward, se quedó brevemente sorprendido como si estuviese analizando las palabras de Edward.—Jacob… no me tienes aquí… ¿Por qué preguntas dónde estoy? —dijo el hombre tirado en el suelo.— ¿Qué?... ¿Tú te llamas Jacob?—Así es —respondió el hombre llamado Jacob, que se encontraba tirado en el suelo.Cuando Edward escucho esto, se sintió extrañamente asqueado, al saber que este hombre compartía el mismo nombre
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Frente a frente
Edward y Richard, volvieron a asomarse en las entradas de las habitaciones donde se encontraban, y volvieron a dispararse entre sí, pero nuevamente ninguno de los dos pudo acertar.—Debe ser duro… ¿Verdad?... estar a las puertas de la muerte sin poder evitarlo… ¿No te preguntas como debe estar sintiéndose Jacob? —dijo Richard.— ¡Cállate! —grito Edward.—Me pregunto cuánto sufrirá en estos momentos… la desesperación ya debe haberlo hecho trizas… sabes... hay unos guardias especialmente crueles… que les gusta… divertirse con los presos —dijo Richard.— ¡Te dije que te callaras! —grito Edward.<
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Cayendo hacia abajo
Edward y Richard volvieron a chocar sus machetes, pero Richard el cual todavía no podía ver bien aprovecho el choque para abrazar a Edward y empezó a empujarlo.Richard empujo a Edward, hasta que ambos había llegado hasta el barandal del segundo piso del hotel donde se encontraban, y Richard claramente tenía la intención de empujar a Edward hacia abajo, pero Edward agarro firmemente Richard, impidiendo que este lo soltara, si Edward tuviese un momento para pensar, en lugar de agarrar fuertemente a Richard para impedir que este lo soltara, habría aprovechado el momento para apuñalarlo por la espalda con el machete en su mano, pero Edward en la situación donde se encontraba y estando en riesgo de caer hacia abajo, no pudo pensar en otra cosa más que en evitar esto.Leer más
El ajuste de cuentas
Richard retrocedió lentamente debido al golpe y Edward aprovecho el momento y volvió a levantarse; y casi de inmediato Edward corrió rápidamente en dirección hacia Richard, y lo golpeo nuevamente con el trozo de madera en su mano una y otra vez sin ningún descanso.Richard continuó retrocediendo a medida que Edward lo golpeaba, pero mientras Edward estaba a punto de golpearlo una vez más, Richard detuvo el golpe con una de sus manos pero Edward casi instantáneamente le dio un golpe con su otra mano a Richard en su cara lo cual lo hizo retroceder una vez más.Richard volvió a ser golpeado una y otra vez por Edward, hasta que termino cayendo al piso y Edward se colocó justo encima de él y empezó a golpearlo una y otra vez.Leer más
Soy igual que tú
Edward y Anna, continuaron caminando hasta llegar al lado de la camioneta en la cual habían estado escapando de Richard y sus compañeros.— ¿Crees que todavía sirva? —pregunto Edward.—No… los cauchos están dañados debido a los disparos.— ¿Y la camioneta donde iban Richard y su grupo?Anna después de escuchar este comentario de Edward, giro su cabeza en dirección a la pared que daba por finalizada la carretera y contra la cual la camioneta de Richard y sus compañeros se había estrellado.—No… creo que sirva… y además, aun s
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Jugando con la presa
—Esperen, no eh venido aquí a hacerles ningún daño —se apresuró a decir Edward.—Por favor entréguenos las armas que porta y explique su situación claramente —dijo uno de los policías, mientras miraba fijamente a Edward atento de que no hiciera ningún movimiento sospechoso.—Bien… no tengo ninguna razón para hacerles daño —dijo Edward, el cual se despojó de los machetes que portaba.Anna al igual que Edward también entrego su machete y la pistola sin balas que tenía a los policías los cuales al ver a ambos desarmados se tranquilizaron.—Bien, ¿Por qué han venido? —pregunto uno de los policías.Leer más
Nunca tuviste oportunidad
— ¿Todo lo que me dijiste acerca de ti, fue todo un engaño?... ¿Simplemente para tú diversión?—No todo fue un engaño, la mayor parte fue verdad con alguna mentira entremezclada, pero si… todo fue para divertirme, fue todo tan estimulante, tan divertido… que me provoca volver a hacerlo, engañar a tontos como tú.Cuando Anna, término de decir estas últimas palabras, Edward casi de inmediato soltó un grito lleno frustración y una gran ira que resonó en todo el lugar, mientras Anna volvió a levantar su cabeza con una sonrisa en su rostro mientras veía como Edward gritaba.— ¿Ya terminaste de hablar con él? —pregunto Samuel.Leer más
Desesperación
Las horas pasaron una tras otra, cada hora que pasaba significaba que tenían una hora menos de vida, todos en este laberinto de cárceles lo sabían y la lenta espera hacia la muerte los estaba volviendo locos, de hecho si una persona supiera que va a ser asesinado y no tiene forma de evitarlo y solo puede quedarse sentado y esperar su inevitable muerte, eso volviera loco a cualquiera y esa era precisamente la situación de todos los presos en este laberinto de cárceles.El grupo de Samuel había llevado a Edward a este laberinto de cárceles que ellos llamaban el “ganadero”, después de cambiarlo de ropa lo metieron en una celda la cual tenía a otras cuatro personas metidas en ella.Cuando los hombres de Samuel, habían traído a Edward a su celda lo habían tirado al
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