-Cuida de ella -Mason me apretó a su cuerpo justo después de que mi padre abriera la puerta de mi casa y me observara con el brazo enyesado-. ¿Ésta es la definición que tienes de cuidar de ella?-Lo siento mucho, señor. No fue mi intención.Hundí mi rostro en el cuello de mi novio, conteniéndome de las ganas de reír, mientras éste no hacía otra cosa que disculparse con mi padre una y otra vez a la vez que retrocedía, aun sosteniéndome en sus brazos.Después de una dolorosa despedida, habíamos vuelto a Kentucky esa mañana; Mason no dejó de hablar durante todo el camino sobre lo mal que la iba a pasar en cuanto mi padre y mis hermanos me viesen con el brazo así, por lo que, cuando estacionó frente a mi casa, insistió en cargarme hasta la puerta -no porque quisiese verse como algo romántico- si no, porque el muy cretino quería usarme como escudo. Y ahora, al ver la manera en la que mi padre apretaba su maletín de doctor, a la vez que lo fulminaba con la mirada, sabía
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