Narra Mason
¿Por qué demonios se me ocurrió hacer esa tontería?
Un interminable dolor atraviesa mi cabeza, gracias a la resaca. Nunca he sido bueno para tomar, había roto mi record de dos años sin embriagarme a como lo había hecho en la noche; pero como siempre, lo bueno no dura para siempre, fue solo cuestión de reunirme con Corbin nuevamente, para caer en la tentación; el idiota de mi ex mejor amigo me había persuadido con facilidad para que lo acompañara a tomarse unos tragos. De algo estaba seguro, no lo volvería hacer.
No me acordaba de nada de lo que había sucedido la noche anterior, lo único que sé, es que me desperté esta mañana en la cama de Anthony, mientras que él estaba en el piso, envuelto en un montón de cobijas, balbuceando el nombre de Isabella. ¿Quién carajos es Isabella? Y ¿Por qué amanecí en la habitación de mi hermano?
Salgo de la cocina sosteniendo una bolsa de hi
-Cuida de ella -Mason me apretó a su cuerpo justo después de que mi padre abriera la puerta de mi casa y me observara con el brazo enyesado-. ¿Ésta es la definición que tienes de cuidar de ella?-Lo siento mucho, señor. No fue mi intención.Hundí mi rostro en el cuello de mi novio, conteniéndome de las ganas de reír, mientras éste no hacía otra cosa que disculparse con mi padre una y otra vez a la vez que retrocedía, aun sosteniéndome en sus brazos.Después de una dolorosa despedida, habíamos vuelto a Kentucky esa mañana; Mason no dejó de hablar durante todo el camino sobre lo mal que la iba a pasar en cuanto mi padre y mis hermanos me viesen con el brazo así, por lo que, cuando estacionó frente a mi casa, insistió en cargarme hasta la puerta -no porque quisiese verse como algo romántico- si no, porque el muy cretino quería usarme como escudo. Y ahora, al ver la manera en la que mi padre apretaba su maletín de doctor, a la vez que lo fulminaba con la mirada, sabía
¿Dos dedos? No, no entraban.¿Tal vez uno? Casi... ya casi estaba.Dejé escapar un sonoro suspiro de alivio cuando pude sentir esa pequeña incomodidad disminuir... pero un solo dedo no me fue suficiente para llegar hasta el lugar indicado, puesto que la picazón que sentía bajo el yeso que aún llevaba en mi brazo, había arremetido con mucha más fuerza.Escuché una carcajada burbujear de los labios de Trevor mientras caminaba en mi dirección. Yo me encontraba sentada en un solitario pasillo, tratando de calmar el ardor que sentía en mi brazo, mientras a unos salones más allá, mi clase de Historia Egipcia se llevaba a cabo. Trevor se dejó caer a mi lado, tomó mi mano y la alejó de mi yeso, viéndome con el entrecejo fruncido.—No hagas eso, linda Tessa.—Me pica —hice un mohín, tratando de alejar mi mano de la suya, para volver en mi propio rescate.—Déjame ayudarte; aunque debo de
Seis meses después No podía dejar de carcajearme mientras escuchaba a Allan lanzarme maldiciones a través de su puerta cerrada. Retrocedí, hasta pegar mi espalda contra la puerta de mi habitación, sintiéndome orgullosa de haber logrado mi objetivo.—¡Maldita sea, Gabriella! ¡Abre la puta puerta! ¿Acaso pretendes que no llegue a tiempo a tomar el vuelo? —refunfuñó, sin dejar de mover la perilla de su puerta.Puse los ojos en blanco mientras me giraba a abrir mi puerta; estaba verdaderamente molesto, puesto que nunca solía llamarme por mi segundo nombre.—Cuando dejes de ser un cretino, entonces te dejaré salir.—¡Tessa! ¿Sí recuerdas que yo también estoy aquí? —gritó Teresa, golpeando la pared con ambos puños.Una sonrisa llena de satisfacción recorrió mi rostro. Así era justo como deseaba verlos, completamente encerrados hasta que lograran resolver sus broncas.
Sus labios recorrían mi cuello, mientras yo enredaba mis dedos en su cabello. Mordí mi labio inferior, sintiendo como mi cuerpo era recorrido por un sinfín de espasmos por sus caricias.Mi espalda se encontraba presionada contra la pared al lado de los escalones, mientras que mis piernas rodeaban su cintura. Él daba pequeños pasos intentando llegar al piso superior inútilmente. Sus manos encontraron el dobladillo de mi camisa, donde la arrastró con desesperación hacia arriba, levanté mis brazos sobre mi cabeza, permitiendo que terminara por sacarla.Sus ojos barrieron mi cuerpo con lentitud, a la vez que una enorme sonrisa se abría paso en sus hinchados labios. Le regresé la sonrisa con un deje de timidez, mientras escuchaba a mi estúpido teléfono sonar en mis pantalones.Sus dedos recorrieron mi mandíbula, mientras sus oscuras piedras volcánicas continuaban observando mi cuerpo.—¿No contestarás? —arguyó mien
Ladee la cabeza incapaz de poder alejar mi mirada de la suya. Nunca la había visto, pero algo me hacía sentir que conocía esos ojos grises de toda la vida.La mujer continuaba observándome, sin perderse de cada detalle de mi rostro como si temiera que fuese a desaparecer en cualquier segundo. Tragué saliva con fuerza, mientras me sostenía del respaldo de la silla que estaba frente a ella. De pronto, mis extremidades habían dejado de funcionar, intentando casi lanzarme al suelo. No era posible, eso tenía que ser una gran casualidad.Sí. El simple hecho de que sus ojos y sus rasgos eran prácticamente idénticos a los míos, debía de ser mera casualidad.—¿Quién es usted? —argüí con voz ronca.—Soy la persona que crees que soy, Tessa —continuó hablando de forma natural—. Y necesito que me permitas hablar contigo. ¿Podemos ir a otro lugar?Negué con la cabeza una y otra vez, sintiendo de pronto como mis pulmones comenzaban a picar ante la es
Narra T.—Toc, toc.—No contestaré otra vez, Anthony —digo con exasperación.—¡Vamos T! ¡Solo quiero levantarte el ánimo! —hago una mueca de disgusto hacia mi hermano. Desde que llegué a la casa de mis padres, y derramé todo lo que había pasado en la tarde sobre mis dos hermanos, él había tratado inútilmente hacerme sentir menos miserable con sus ridículos chistes, dando en todos los intentos, un resultado desfavorable—. Toc, toc —volvió a decir.—¿Quién es? —pregunto, poniendo los ojos en blanco.Una imagen de Tessa poniendo sus hermosos ojos en blanco me llega a la mente, enviando punzadas extravagantes de dolor a mi corazón, con solo recordar su imagen. Aún no podía asimilar que se haya tenido que enterar de esa manera; me sentía peor que una mierda justo en ese momento.—La vaca que interrumpe.—¿La vaca que interr...
Él conducía tranquilamente. Llevaba una expresión relajada plasmada en su rostro. Por ratos tarareaba una canción cualquiera, a la vez que golpeaba el volante con sus pulgares. De vez en cuando me observaba por el espejo retrovisor, pero rápidamente regresaba su atención al camino; quizás miraba en mis ojos las enormes ganas que llevaba de dejarlo sin oxígeno justo en ese momento.-Sí te das cuenta que puedo llamar a la policía, ¿cierto? -digo, tocando las bolsas de mi pijama en busca de mi móvil. Frunzo el ceño al darme cuenta que no lo traigo conmigo. ¡Buen trabajo, Tessa! Llevaste el helado contigo a abrir la puerta, pero no el maldito teléfono.Lo miro sonreír a través del espejo, fue una sonrisa ladeada, llena de diversión al verme atrapada como un ratoncillo dentro de la jaula de un hambriento gato. Bajo la mirada, llevando ambas manos a mi estómago, tratando de controlar el revoloteo de mariposas. ¿Por qué mi cuerpo continuaba reaccio
Cerré mis ojos, y sostuve la secadora cerca de mi cabello. El sonido que emitía era desagradable, pero ese mismo sonido lograba distraerme de mis locos pensamientos. El cosquilleo que sentía en mi cráneo cuando pasaba el fuerte aire caliente de la secadora mientras continuaba con la ardua labor de secar mi cabello, me ayudaba a no pensar en lo que estaría haciendo Trenton en este preciso momento.¿Estaba pensando en mí? ¿Se había rendido así sin más? Llevaba más de tres meses observando mi teléfono a cada cinco segundos, esperando tan solo un mensaje, un atisbo de que él quisiera luchar para arreglar nuestra situación.Abrí mis ojos y apagué el aparato, dejándolo sobre el lavado de mi baño personal. Gruñí de frustración, ya nada me ayudaba a sacármelo de la cabeza. Estaba enojada, pensé que quería estar lejos de él, mi cabeza me lo decía, pero mi corazón no se ponía de acuerdo con ella.Escuché a lo lejos a mi celular poniénd