Él conducía tranquilamente. Llevaba una expresión relajada plasmada en su rostro. Por ratos tarareaba una canción cualquiera, a la vez que golpeaba el volante con sus pulgares. De vez en cuando me observaba por el espejo retrovisor, pero rápidamente regresaba su atención al camino; quizás miraba en mis ojos las enormes ganas que llevaba de dejarlo sin oxígeno justo en ese momento.
-Sí te das cuenta que puedo llamar a la policía, ¿cierto? -digo, tocando las bolsas de mi pijama en busca de mi móvil. Frunzo el ceño al darme cuenta que no lo traigo conmigo. ¡Buen trabajo, Tessa! Llevaste el helado contigo a abrir la puerta, pero no el maldito teléfono.
Lo miro sonreír a través del espejo, fue una sonrisa ladeada, llena de diversión al verme atrapada como un ratoncillo dentro de la jaula de un hambriento gato. Bajo la mirada, llevando ambas manos a mi estómago, tratando de controlar el revoloteo de mariposas. ¿Por qué mi cuerpo continuaba reaccio
Cerré mis ojos, y sostuve la secadora cerca de mi cabello. El sonido que emitía era desagradable, pero ese mismo sonido lograba distraerme de mis locos pensamientos. El cosquilleo que sentía en mi cráneo cuando pasaba el fuerte aire caliente de la secadora mientras continuaba con la ardua labor de secar mi cabello, me ayudaba a no pensar en lo que estaría haciendo Trenton en este preciso momento.¿Estaba pensando en mí? ¿Se había rendido así sin más? Llevaba más de tres meses observando mi teléfono a cada cinco segundos, esperando tan solo un mensaje, un atisbo de que él quisiera luchar para arreglar nuestra situación.Abrí mis ojos y apagué el aparato, dejándolo sobre el lavado de mi baño personal. Gruñí de frustración, ya nada me ayudaba a sacármelo de la cabeza. Estaba enojada, pensé que quería estar lejos de él, mi cabeza me lo decía, pero mi corazón no se ponía de acuerdo con ella.Escuché a lo lejos a mi celular poniénd
Narra TessaPapá nos había dado la dirección del restaurante donde sería la reunión con su supuesta novia, después simplemente desapareció de la casa sin dejar rastro. Así que me encontraba en el auto con mis hermanos, hablando sobre la posible carrera del próximo mes. Me fue inevitable no sonreír y admitir ante todos que deseaba correr otra vez; hacía mucho tiempo atrás que había dejado de sentir la adrenalina que recorría mi cuerpo cada vez que me encontraba tras el volante.—¿Estás segura, Tes? —cuestionó Theo a mi lado.Me encogí de hombros, mientras continuaba con toda mi atención en la carretera.—Alguien tiene que tomar el lugar de Trevor, ¿No es así?—No lo sé, Tessa —Alex se inclinó entre ambos asientos y me observó con el ceño fruncido—. ¿Y si vamos sólo a apostar?—No te comportes como una nena, Alex —refunfuñó Albert, dándole un manotazo en la
Narra TrentonLa pantalla no hacía más que torturarme; no podía dejar de mirarla, aviones salían, y aviones llegaban. Los minutos seguían transcurriendo sin que nadie pudiera hacer algo para detenerlos. No podía dejar de ver la hora, en 30 minutos saldría mi vuelo.Me mudaría a Washington; había aceptado el puesto que me habían ofrecido en la agencia después de haber hecho un gran trabajo en Kentucky.Kentucky... Ese lugar me traía grandes recuerdos. Definitivamente ahí viví los mejores momentos de mi vida; esos preciados momentos que conservaría en mi memoria por el resto de mis días. Pero ahora, en tan solo 28 minutos, estaría volando hacia Washington, donde me haría cargo de la agencia que el FBI tenía en ese estado.Me recosté en el sillón de la terminal del aeropuerto, solo 10 minutos más y estaría abordando ese avión. Pensaba en lo que podría estar haciendo ella en ese preciso i
Sólo me había tomado una hora y 45 minutos llegar hasta Tennessee; un pequeño temor me invadió, al pensar que Dylan se enfadaría conmigo por casi desgastar las llantas de su auto de esa manera. Me había perdido la carrera, pero el hecho de haber llegado en menos de la mitad del tiempo que le tomaba a Trent llegar hasta aquí, hacía que me sintiera complacida.Justo ahora me encontraba estacionándome frente a su casa. Apretaba el volante con tanta fuerza, que mis dedos dolían. Eran cerca de las nueve de la noche, dirigí la mirada hacia la casa, en ella, había una pequeña luz encendida en su interior.Aspiré un par de veces, mientras trataba de moverme, pero ninguno de los miembros de mi cuerpo funcionaba. ¿Y si no estaba ahí? ¿Y si simplemente había decidido olvidarse de mí? Dejé caer mi frente contra el volante, sintiéndome estúpida. Él no había enviado ni un solo mensaje en todo ese tiempo, ¿Qué me aseguraba que no estuviera con alguien más?
Dos años después del extraño secuestro de Trenton¿Quieres un resumen de los últimos dos años?Pues bien... me gradué como historiadora, me casé con Trent un año después de que ¿Lo encontré esposado a una silla en la caballeriza de la casa de sus padres? Sí, aún me costaba asimilar que mis cuñados fueron capaces de tenerlo atado durante 4 horas para obligarlo a que fuese a buscarme. Y si se lo preguntan, sí, yo le propuse que se casara conmigo. Ya me conocen, soy diferente y quería innovar.Dylan Johnson se convirtió en mi mejor amigo, además de mi padrino de bodas.Pude arreglar la situación con mi madre, y ya hace un año pude llamarla mamá, y no Kate, a como le decía cuando se mudó a nuestra casa.Allan regresó de Francia hace seis meses atrás, siendo todo un chef profesional, está comprometido con Teresa y pronto se casarán. Tiene su propio restaurante en Kentucky,
—Agente Green, ¿Tiene ya su primer informe en cuanto al caso Fernández?Me detuve a las afueras del Treból, viendo a través de las vitrinas, mientras me dedicaba a escuchar la voz de mi superior por el teléfono.—Tengo algunas fotografías de su mansión, y he intercambiado algunas palabras con algunos de sus empleados, señor —contesté con seguridad.Miré hacia el interior de la cafetería; ahí, la bella chica de cabello negro que había cautivado mi atención desde hacía un par de semanas atrás, se movía entre las mesas con su libreta en mano, yendo por los pedidos.—No me es suficiente esa respuesta, Mason.—Señor, estamos tratando con un mafioso, no puedo simplemente entrar a su casa y amenazarlo con un arma para que confiese.Una larga exhalación se escuchó a través de la línea. El jefe solía tener un carácter de mierda, no le importaba gritarnos o hace
Tessa Brown.¿Quién es Tessa Brown?Si en algún momento te has sentado a ver, o leer la historia de Rapunzel, sabrás más o menos un poco de quien puede ser Tessa Brown...Okay, pero si la flojera te ha ganado y nunca has visto esa película, yo puedo decirte quien es Tessa Brown.Yo soy Tessa Brown.No vivo encerrada en una torre a como lo hacía Rapunzel; tampoco tengo una falsa madre que me engaña diciéndome que si estoy encerrada es para "mantenerme a salvo de la maldad del mundo que me rodea"¡No!Ni siquiera tengo madre, pero si tengo cuatro sobreprotectores hermanos, que se han encargado de mantenerme encerrada durante toda nuestra vida, en una "burbuja", para que nadie pueda hacerme daño. Que es casi lo mismo a lo que vivía Rapunzel con su madre.Y al igual que ella; yo quiero salir... quiero ver todos esos peligros que el mundo tiene, quiero
Estaba... jodida.No podía alejar la mirada de las otras copias de Alex mientras caminaban hacia nosotros, mostrando la seguridad de macho alfa que los caracterizaba. A este punto ya necesitaba la mascarilla para mi asma, pues sentía que el aire no me estaba llegando a los pulmones; nunca era bueno que uno de ellos estuviera aquí, y ahora había tres, puede que esto termine en una catástrofe, por no decir que en la tercera guerra mundial.Después de soportar sus exageradas muestras de cariño, me aferré a mi libreta sin poder alejar la mirada de ellos.—¿Qué hacen todos aquí? —titubee. —Estamos cansados de comer la comida que hace Allan— contestó Albert, alzando sus hombros.Allan sonrió, dándole un golpe en el brazo.—Cuando sea un famoso chef, no te daré de comer ni de mis sobras, idiota.Me permito sonreír ante eso. Allan es un excelente cocin