Todos los capítulos de Rindiéndome ante el Señor Rojas: Capítulo 41 - Capítulo 45
45 chapters
Capítulo 41| "¿Acaso viste un fantasma?"
Narra TessaPapá nos había dado la dirección del restaurante donde sería la reunión con su supuesta novia, después simplemente desapareció de la casa sin dejar rastro. Así que me encontraba en el auto con mis hermanos, hablando sobre la posible carrera del próximo mes. Me fue inevitable no sonreír y admitir ante todos que deseaba correr otra vez; hacía mucho tiempo atrás que había dejado de sentir la adrenalina que recorría mi cuerpo cada vez que me encontraba tras el volante.—¿Estás segura, Tes? —cuestionó Theo a mi lado.Me encogí de hombros, mientras continuaba con toda mi atención en la carretera.—Alguien tiene que tomar el lugar de Trevor, ¿No es así?—No lo sé, Tessa —Alex se inclinó entre ambos asientos y me observó con el ceño fruncido—. ¿Y si vamos sólo a apostar?—No te comportes como una nena, Alex —refunfuñó Albert, dándole un manotazo en la
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Capítulo 42| "Final: Ve por él. Parte I"
Narra TrentonLa pantalla no hacía más que torturarme; no podía dejar de mirarla, aviones salían, y aviones llegaban. Los minutos seguían transcurriendo sin que nadie pudiera hacer algo para detenerlos. No podía dejar de ver la hora, en 30 minutos saldría mi vuelo.Me mudaría a Washington; había aceptado el puesto que me habían ofrecido en la agencia después de haber hecho un gran trabajo en Kentucky.Kentucky... Ese lugar me traía grandes recuerdos. Definitivamente ahí viví los mejores momentos de mi vida; esos preciados momentos que conservaría en mi memoria por el resto de mis días. Pero ahora, en tan solo 28 minutos, estaría volando hacia Washington, donde me haría cargo de la agencia que el FBI tenía en ese estado.Me recosté en el sillón de la terminal del aeropuerto, solo 10 minutos más y estaría abordando ese avión. Pensaba en lo que podría estar haciendo ella en ese preciso i
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Capítulo 43| "Final: Voy por él. Parte II"
Sólo me había tomado una hora y 45 minutos llegar hasta Tennessee; un pequeño temor me invadió, al pensar que Dylan se enfadaría conmigo por casi desgastar las llantas de su auto de esa manera. Me había perdido la carrera, pero el hecho de haber llegado en menos de la mitad del tiempo que le tomaba a Trent llegar hasta aquí, hacía que me sintiera complacida.Justo ahora me encontraba estacionándome frente a su casa. Apretaba el volante con tanta fuerza, que mis dedos dolían. Eran cerca de las nueve de la noche, dirigí la mirada hacia la casa, en ella, había una pequeña luz encendida en su interior.Aspiré un par de veces, mientras trataba de moverme, pero ninguno de los miembros de mi cuerpo funcionaba. ¿Y si no estaba ahí? ¿Y si simplemente había decidido olvidarse de mí? Dejé caer mi frente contra el volante, sintiéndome estúpida. Él no había enviado ni un solo mensaje en todo ese tiempo, ¿Qué me aseguraba que no estuviera con alguien más?
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Epílogo
Dos años después del extraño secuestro de Trenton¿Quieres un resumen de los últimos dos años?Pues bien... me gradué como historiadora, me casé con Trent un año después de que ¿Lo encontré esposado a una silla en la caballeriza de la casa de sus padres? Sí, aún me costaba asimilar que mis cuñados fueron capaces de tenerlo atado durante 4 horas para obligarlo a que fuese a buscarme. Y si se lo preguntan, sí, yo le propuse que se casara conmigo. Ya me conocen, soy diferente y quería innovar.Dylan Johnson se convirtió en mi mejor amigo, además de mi padrino de bodas.Pude arreglar la situación con mi madre, y ya hace un año pude llamarla mamá, y no Kate, a como le decía cuando se mudó a nuestra casa.Allan regresó de Francia hace seis meses atrás, siendo todo un chef profesional, está comprometido con Teresa y pronto se casarán. Tiene su propio restaurante en Kentucky,
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Capítulo Bonus
—Agente Green, ¿Tiene ya su primer informe en cuanto al caso Fernández?Me detuve a las afueras del Treból, viendo a través de las vitrinas, mientras me dedicaba a escuchar la voz de mi superior por el teléfono.—Tengo algunas fotografías de su mansión, y he intercambiado algunas palabras con algunos de sus empleados, señor —contesté con seguridad.Miré hacia el interior de la cafetería; ahí, la bella chica de cabello negro que había cautivado mi atención desde hacía un par de semanas atrás, se movía entre las mesas con su libreta en mano, yendo por los pedidos.—No me es suficiente esa respuesta, Mason.—Señor, estamos tratando con un mafioso, no puedo simplemente entrar a su casa y amenazarlo con un arma para que confiese.Una larga exhalación se escuchó a través de la línea. El jefe solía tener un carácter de mierda, no le importaba gritarnos o hace
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