Entramos a la discoteca que nos han recomendado tomados de la mano como la pareja que ahora somos. Miro a mi alrededor, escucho la música que es realmente genial, jamás había ido a bailar en Italia y eso que he estado varias veces en este país. La música está realmente alta, y sé que Bautista intenta decirme algo, pero no lo puedo escuchar.—! ¿Que?!— Le grito.
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