Lo sigo mientras que nos escabullimos entre la gente hasta entrar a la casa —¿podemos ir a algún sitio donde no nos escuche nadie?— Me pregunta mirando a su alrededor. —Si, sígueme.— Le digo rápidamente y subo la escalera sintiendo sus pasos detrás de los míos y voy hasta lo que es mi habitación en esta casa. Al abrir la puerta me doy cuenta de que mi padre no ha movido ni un adorno de lugar, mi colección de películas, los libros de la universidad sigue allí, mis cámaras… si bien está es la casa de verano, recuerdo claramente que cada vez que tenía que trabajar en un proyecto importante venia aquí.
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