—¿Estás seguro de que está bien?La primera reacción de Helena fue reírse, a lo mejor era una putada pero los nervios le dieron por eso, por soltar una carcajada justo cuando Marco se desmayaba por segunda vez. Realmente no podía imaginar lo que había pasado por su cabeza, lo cierto era que el impacto había sido grande.La risa, sin embargo, se había extinguido a los dos minutos, al darse cuenta de que no reaccionaba. Se le fue el corazón a la boca cuando vio que dos enfermeros se acercaban y, ayudados por Scott, lo subían a una camilla. Después de eso lo habían conectado a cuando aparato había que hiciera “bip, bip”.—No te preocupes —la tranquilizó Franco—, sólo está dormido. Llevaba más de setenta y dos horas sin dormir bien, casi sin comer y con la adrenalina a tope. ¡Y luego vienes tú
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