Más ardiente que la venganza: reencuentro dulce
Así comenzó la pesadilla en la víspera de mi parto, cuando la amante de mi esposo me envió un video de sus encuentros apasionados.
Las imágenes de Hugo con su amante, desatando pasión en una habitación de hotel, provocaron mi parto prematuro y la trágica pérdida de mi bebé.
Hugo, entre lágrimas, me rogaba perdón, sin saber que yo ya había descubierto su plan para despojarme de todo mediante una intrincada conspiración financiera y su incluso más oscuro intento de acabar con mi vida.
Mientras lo abrazaba, devastada, pensaba: «Hugo García, si no quieres divorciarte, tendré que enviudar.»
En esa oscuridad, surgió Sebastián Cruz, el príncipe azul de la Ciudad de México.
Aunque todos me veían como una flor marchita, fue él quien, contra todo pronóstico, se enamoró de mí y, paso a paso, me sedujo hasta conquistar mi corazón.
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