Lo que pasa en Las Vegas, se queda en el crucero
En la oscuridad del amor, el deseo se vuelve insignia de entrega y rendición. Mi querida dama, este diamante rojo simboliza tu fuerza, pasión y el pecado implacable que rodea tú mirada de hada herida. Nuestros corazones eran uno solo incluso antes de ser mía. Con amor:
N. F
¿Quién es? No lo sé. El me conoce, sabe lo que hay en mí, pero yo no lo conozco.
Me ha reclamado como suya, enlazando nuestros destinos sin decirme, sin pedirme permiso. Ha doblegado mi voluntad a la suya y no piensa soltarme.
Él me quiere. Me ha sometido a su juego, no puedo hacer más que buscar lo que me ha robado. Si lo alcanzo, me libero. Si el gana, soy suya.
Siempre ha estado un paso adelante, siempre en las tinieblas, pero nunca oculto.
En la oscuridad de un ardiente deseo, el amor puede ser la única salvación.
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