Mi Pareja y Heredero Perdieron la Cabeza Después de Alcanzar el Poder
"Alfa, si tu Luna supiera que el embrión que le implantaron en realidad es el resultado de nuestra unión, que solo es una madre sustituta... probablemente se volvería tan loca que se quitaría la vida, ¿no crees?" Preguntó Eloísa con un jadeo.
Mi pareja, Damián, el Alfa de la Manada Luna Plateada, estaba acariciando los pechos de Elora mientras reía entre dientes.
"A mí tampoco me agrada, pero si muere, ¿quién va a dirigir mi manada?" La atrajo con fuerza hacia él, y sin más, la penetró con brutalidad desde atrás. "Así que debemos mantener esto en secreto, después de que nuestro hijo nazca y herede mi puesto de Alfa, entonces sí... le daremos el golpe final."
Yo fingí no saber nada, di a luz a ese niño y lo crie con todo el amor y dedicación del mundo.
Veintidós años después, cuando Toriel terminó sus estudios, le cedimos el título de Alfa y toda mi fortuna.
Durante la ceremonia de sucesión, ante los ancianos, los nobles y los líderes de la alianza, Elora apareció del brazo de Damián, levantando en alto un informe de paternidad. "Toriel es hijo biológico de Damián y mío. Ha llegado la hora de devolvérmelo." Exclamó.
Mi hijo sacó un pequeño frasco y me lo ofreció con frialdad. "Es una poción que me dio una bruja. Bébela, rompe el vínculo de compañeros con mi padre... y lárgate lo más lejos posible."
Apenas sonreí al responder. "De acuerdo."