Mi esposo me encierra en el congelador
Como hice que el primer amor de Fernando Ruiz se diera una ducha fría, Fernando me encerró en el congelador y le puso candado.
—¡Milena se resfrió, así que tú vas a sufrir con ella! —me gritó.
Desesperada, me aferré a la puerta pidiendo ayuda, pero solo estaba Milena:
—Ya ves, Fernando me adora, y yo… ¡no puedo contradecirlo! —dijo, mientras ponía la temperatura más baja y soltó el anti polvo que cubrió la caja dejándome sin visión.
Ella ajustó el congelador a la temperatura más baja, y la funda antipolvo bloqueó mi último rastro de visión.
Cuando Fernando regresó de su luna de miel, por fin se compadeció y dijo que me dejaría salir.
—Te perdono por esta vez, ¡pero hay de ti, si te atreves a meterte con Milena de nuevo!
Ya no lo haré, porque para entonces ya me había convertido en un enorme bloque de hielo que se hacía añicos al menor roce.
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