La Bella Fierecilla que Robó el Corazón de CEO
Huyendo de sicarios, ella se cuela en la habitación de un desconocido y él termina siendo su salvación. Tras una noche de pasión desenfrenada y sin pensarlo dos veces, le clava una puñal en el pecho y se esfuma.
Para su sorpresa, el tipo se obsesiona con ella y la persigue hasta Puerto Río, usando todos sus trucos para seducirla y arrastrarla por completo con él al abismo de su turbulenta vida.
—Pedro Castillo, ¿qué es lo que te atrae tanto de mí?
—Tus ojos que me hipnotizan, tu nariz perfecta que me guía, tus labios de fresa que me provocan, tu cintura de avispa que me excita, y sobre todo cuando te tengo en mi cama...
—Ya veo, lo único que te interesa entonces mi cuerpo. aquí entonces no hay nada.
El hombre agarra la cintura de la joven rebelde, la jala con fuerza hacia él y le cierra la boca con un beso ardiente.
—Aunque pases por encima de mi cadáver, ni en tu próxima vida te vas a librar de mí.
Todos creían que el heredero de los Castillo era un témpano de hielo, que no le gustaban mucho las mujeres. Lucía Ríos, con las piernas flaqueándole como si fuesen de gelatina, mira al hombre satisfecho en la cama y piensa que quienes piensan eso debe estar es ciegos. Este de aquí era un lobo feroz que nunca se llena.
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