“La belleza de un bosque no está en sus árboles, ni lagos, sino en el secreto que guarda cada rama y flor, ese que solamente es visible a la luz de la luna.”
ATT:Anónimo.
Luz.
¿Cuándo fue la última vez que sus ojos se maravillaron al verla?
Al sentir la leve presencia de Isiq.
¿Curiosidad?
No lo recuerda, no recuerda la última vez que se sintió maravillada por algo, no recuerda ni siquiera cuando fue la última vez que sintió aquella curiosidad que ese día la hizo detener su andar. Su cuerpo vagaba por la tierra de un lado a otro viendo el paso del tiempo en ella, observando como los pocos lugares boscosos guardaban sus secretos, aquellos árboles con más de mil años que ya la saludaban al verla pasar, temerosos le contaban sus miedos y ella como si de viejos amigos se tratara les contaba los suyos.
Caminando por los senderos que ocultaba el bosque encontró una cascada que no veía hacía años se mantenía como la primera vez que la vio, oculta por una gran enredadera que colgaba de cuatro enormes pinos que tan imponentes dejaban caer la densa cortina que formaba aquella planta, la cual ocultaba del ojo humano aquella cascada que se mostraba imponente el agua surgía de un manantial que al pasar de los años la fuerza de las corrientes habían quebrado la roca que la tapaba creando así una obra digna de Terra y Aqua, el agua caía en grandes cantidades haciendo ruido al chocar con las grandes rocas del fondo, observo el pequeño lago que formaba la caída del agua y el como la luz de la luna iluminaba las pequeñas partículas que flotaban en el aire, el olor a lluvia se mezclaba con el aroma de las flores de lavanda, sin duda una fragancia única y se sintió acompañada en aquel lugar sintió como si ellas estuvieran allí creando aquel lugar para ella, le pareció incluso escuchar sus suaves risas y aquellas manías que hacían cuando Quios se acercaba, se imaginó incluso aquel remolino que la menor crearía en medio de aquel lago todo para que Zalem lo llenara de flores, todas pelearían entre sí para que Quios les diera un poco de atencion, pudo incluso sentir el calor de Isiti, se imaginó como su hermana con solo meter su mano en aquel lago este se calentaba a una temperatura adecuada para un baño, la luz de Isiq reflejada y alumbraba aquella magnífica obra.
Se acercó más a la cascada sentándose en una enorme roca en la orilla, siguió deleitándose con la fragancia que le ofrecía aquel lugar esa noche, imaginando en su mente cada movimiento ficticio de sus hermanas, imaginando como sus delicadas voces la llamaban para que participara en aquella creación se imaginó colocando un domo de oscuridad atrayendo nubes, colándolas dentro, imagino como Santrasa y Aqua traían una leve lluvia para mantener una temperatura cálida en aquel pequeño lugar, imagino a Intiqam sentada junto a ella liberando unas cuantas almas puras para alumbrar aquel cielo de sombras y nubes que había creado, lo imagino tan perfecto que quiso verlo por sí misma, pero al abrir los ojos solo se encontró con aquella cascada y el olor a lavanda.
Quiso cerrar los ojos y volver a dejarse llevar por aquel aroma, pero como todo en aquel mundo, todo cambió en un segundo, aquel olor a lluvia y lavanda fue sustituido por el olor del miedo y sangre mortal, se quedó en el mismo lugar tratando de encontrar otra vez aquella hermosa fragancia, pero solo aquella peste llena de miedo era lo que su delicado olfato captaba.Por unos segundo se debatió entre ir y acabar con sus propias manos aquella miserable vida que agonizaba en algún lugar cercano o simplemente esperar a que la muerte se apiadara de aquel ser que sufría y se desangraba en la fría noche.
Opto por la segunda opción, pero al pasar de los minutos aquel lugar que la había guiado a tan buena época solo olía a miedo y sangre, Bajo de la roca y siguió aquella peste, mientras más se acercaba más fuerte era el olor a sangre, había caminado una distancia de treinta árboles cuando la encontró, una mortal con una gran herida en el estómago, se veía profunda lo más probable era que moriría en cualquier segundo y más al ver la cantidad de sangre que brotaba de aquel lugar, se mantuvo alejada atenta al hilo dorado que salía de su frente, el hilo del destino aún brillaba lo que quería decir que según el lazo ella no debía morir hasta dentro de muchos años, pero el LE TEMP VID estaba en sus últimos minutos, se fijó por primera vez en algo que no fuera aquella herida o la sangre que brotaba de ella y la vio arrinconada como un cervatillo, lista para correr en cuanto hubiera la más mínima señal de peligro.
—¿Q-Quien eres? —su voz sonó con una dulzura que la agitó.
La miro con más detalle y se asombró al verla tan hermosa como el atardecer, sintió calor al escucharla y un miedo que no había tenido hace billones de años al ver la sangre que brotaba de su abdomen, al ver sus ojos lo supo, supo que rompería una de sus promesas al aire, pero estaba segura de que se arrepentiría de no permanecer un poco más junto a ella.
Se acercó despacio, como quien se acerca a un león herido, toco aquel reloj que solo anunciaba la muerte, he hizo lo que nunca pensó que haría por un ser humano, lo detuvo, detuvo su muerte apenas un segundo antes de que llagara, la sintió estaba cerca, oculta en las sombras observando como salvaba a un humano, la tomo en brazos dispuesta a llevarla A dónde fuera necesario para curarla, tratando de controlar su ansiedad al ver en sus ojos un brillo familiar, como Si ella supiera su encrucijada levantó su rostro para apoyarlo en su hombro en una muestra de total confianza.
Humanos, cada vez logran sorprenderme más y más con aquellos sentimientos tan complicados y atrayentes, confían en todo aquel que les brinda la mano, cómo si desconocieran lo que es la traición, lo que es el dolor, pero por eso son tan curiosos, porque carecen de esos conocimientos y aun así sin conocerlos se atreven a sentir sin miedo a lo que pasara.
Me gusta decir que fue su curiosidad la que la llevó a ayudarla, que fue por curiosidad que la llevo a aquella cabaña en el bosque, abandonada hacía ya siglos, que por curiosidad curo sus heridas y le ofreció su compañía, si, solo fue curiosidad.
Porque sentadas en aquel comedor para cuatro personas, acompañadas solo por el silencio, se sintió por primera vez desde el destierro, acompañada, por aquella niña de ojos azules tan pacíficos como un riachuelo, cabellos dorados como el sol, piel blanca con ese rojizo que la diferencia tanto de ella.
Fue egoísta, porque la vio, vio lo bello de su ser y la encadeno a ella, la acogió como si de una hija se tratase y la condeno a estar con ella hasta que ellas despierten.
“Encontré una luz en mi oscuro camino y me encargue de tenerla para siempre”
ATT: Kattale.
“Le abrí las puertas de mi mundo para que viera al resto como yo, sin embargo me cambió el cristal por el que miraba y me dio los suyos, sin duda todo es según con el cristal con que se mire.” K. Había curado aquella herida aun curiosa por quien pudo haber sido el culpable de lastimar a aquella niña, no pasaba de las trece primaveras, quiso preguntar, pero no era de su incumbencia, si ella se lo contaba era problema de ella se negó a dejar que su curiosidad desbocara todas las preguntas que cruzaban por su mente, se limitó a cocer aquella gran herida y a desinfectar la zona con lo que tenía a mano ella ya no moriría no mientras el LE TEMP VID estuviera detenido, pero para volver a reanudarlo aquella herida debía estar totalmente curada. Para ella fueron días, incluso meses de cuidar aquella herida, lo único bueno era que el cuerpo se mantenía inerte, cuando el reloj de la muerte se detenía el de
442 años después de conocerlas. “Anhélame tanto que cuando dejes de hacerlo me preocupe y vaya por ti” ATT: La muerte. POV: Kattale. En tan poco tiempo han cambiado tantas cosas que no sabría por donde empezar. Después de lo sucedido me apropié del pueblo no fue difícil solo unos cuantos quintales de oro y listo los hombres fueron enviados a la guerra de 1618 en los países bajos, tiempo que aproveche para cerrar completamente el pueblo. Edificamos todo un imperio en lo que antes había sido aquel pueblo que le dio de comer a mis hijas y luego intento matarlas, creé un lugar seguro y oculto del ojo humano, donde cada 10 años dejamos entrar a 20 humanos de distintos empleos y ocupaciones para actualizar la ciudad, un edificio ubicado en Londres se ocupa de realizar las selecciones de aquellos humanos, p
“Ella había despertado, de aquel letargo en el que el Dios sin nombre la había puesto, fue la primera de sus hermanas en despertar, pero sin duda la más peligrosa ya estaba despierta nunca durmió.” ATT:Anónimo. El cielo se negaba a dejar salir el sol, era como si este se negara a darle la cara a la tierra, una pequeña chispa la llevó a convocar una noche sin estrellas ni luna, se quedó sentada en una gran piedra junto a aquella cascada que desde aquel día se convirtió en su refugio, observo como el cielo pasaba de gris a negro a cada segundo, su vista se fijó en el curso de la cascada, encontrándose con dos peces de gran tamaño, eran los únicos allí capaces de soportar la presión de la cascada, noto como se agitaban paliando entre ellos sin duda un comportamiento que le pareció extraño, pero no le tomo importancia ella no conocía del comportamiento animal, pero si de las estrellas y lo supo en
“Terror, miedo, agonía, sufrimiento, pronto cubriría el mundo junto a ellas, sangre de su sangre.” ATT:Anónimo. Pov Quios: El mundo había perecido una segunda vez después de que las menores habíamos quedado dormidas, los humanos seguían teniendo nuestra esencia, y al dejar a la Diosa de la noche despierta los humanos estaban desquiciados cometían atrocidades fuera del control divino, guerras, masacres, genocidios, la extinción de razas humanas, sin duda la maldad en el mundo nuevo era mejor que en el viejo. Kattale me había contado que creo toda una ciudad para nosotras donde los reinos que habían sobrevivido del antiguo mundo nos esperaban con los recuerdos de nuestros mandatos. Estábamos en una caja de metal voladora o como ella lo había llamado un avión, solo estábamos ella y yo y los jinetes que manejaban aquella bestia, iríamos a buscar a la pequeña Santrasa a pesar d
“Venganza, sed de sangre, Intiqam la menor de las cuatro hermanas de la destrucción.” «Las Diosas de las agonías estaban despiertas.» ATT:Anónimo POV:Intiqam. Desperté y las sentí, Kattale, Quios y Santrasa quien acababa de despertar. Mis lazos estaban despiertos o bueno casi todos aún no sentía a Lam, Otsuj, Aqua, Isiq, Isiti, Terra o Zalem únicamente habíamos despertado cuatro o eso era lo que sabía hasta el momento. Sentí lo lejos que estábamos y me angustie, no quería perder tiempo así que use La muerte para llegar más rápido, al ser una de las cuatro Diosas de la noche y la que más muertes trágicas causaba podía sentir cuando las almas agonizaban y podía llegar allí en un parpadeo y así llegar a ellas. Cuando ya había llegado cerca de Santrasa me permití ver a aquella alma que me había servido de trans
“Ellas nacieron después de la oscuridad y la luz atadas a la oscuridad por el hilo del manto once hermanas todas independientes y dependientes de la otra.” 1200 A. C. V Año 90 después de la primera creación. Diez hermanas vagaban por la tierra admirando su creación creando nuevas cosas experimentando otras tantas, se encontraron en el descalzo del. Mar sobre la tierra una junto a la otra donde el mar con su va y ven les rozaba los pies. Admirando en el cielo la unión de Isiti, Isiq y Kattale quien había sido la única en no bajar. —Hemos creado lo más bello del manto.—dijo Isiti quién ya había dejado de alumbrar la tierra. —Lástima que ella no haya podido ver esto antes de que poblemos la tierra.— Replico Zalem la menor de las hermanas y la que menos tiempo había pasado con ella. —Saben que madre la tiene ocupada, están encerradas con las arañas del tiempo, y sabemos que las arañas son
“La balanza de lo divino cargada por dos hermanas lo suficientemente neutrales para aplacar a las hermanas de la creación, saldrían de las sombras, pero solo para equilibrar el mundo mortal la balanza divina estaría guardada.” «A la espera de la venganza de sus hermanas.» 1299 A. R. Sé quedaron ocultas, observando el hilo del destino aquel que brillaba con tanta intensidad se veía frágil, pero sabían que una vez el lazo se sujetaba a un alma humana era cortado solo por ella. El mundo estaba atado a ella, el lazo solo podía ser Cortado por la muerte, solo aquellos quienes tenían centenares de años sobre la tierra podían estar extensos de aquella atadura, pero el destino siempre demostraba que con él no se jugaba y ataba a aquellos seres dándoles un motivo para querer desafiarlo, los humanos lo llamaban alma gemela, media naranja, otras criaturas
“Con la belleza propia de una diosa el mar se ha tragado a más hombres de los que el hombre ha matado.” Att: Quios. Ella estaba despierta vigilando cada centímetro del lugar había tratado de salir tiempo atrás, pero solo pudo ver el cielo azul, ella no era Terra no podía caminar en suelo firme cuando le apetecía, solo podía solidificar las aguas que había a su alrededor y caminar sobre ellas, pero no podía permitírselo había criaturas que habían huido de la mano humana ocultándose en aquellas aguas de nadie, donde los hombres no se atrevían a ir por miedo a la muerte, más de uno se había unido en aquel lugar, las sirenas se encargaban de ahogar a todo aquel que se acercara, no podía simplemente congelar el lugar y más sabiendo todo lo que habían pasado sus criaturas. El mundo se había vuelto cruel para aquellos seres que ella había creado, los dragones de mar ya no salían a los cielos por miedo a