Y también la vez pasada, cuando ella le dijo así, que en verdad había olvidado algunas cosas.

Eso hizo que David sintiera como si hubiera encontrado una esperanza. Dio un gran paso hacia adelante y, de repente, me tomó con fuerza de ambos hombros.

—Esmeralda, ¿en serio perdiste la memoria?

Si, en serio, perdió la memoria y no recuerda a su esposo, la persona que más amaba entonces podría entender por qué ella estaba tan decidida a divorciarse de él.

¿Por qué, al ver las noticias de él y Luna en un motel, no solo no le importó en lo más mínimo, sino que pensó en cómo limpiar su imagen?

Estaba extrañada, sin saber por qué me preguntaba eso de repente.

No entendía por qué, después de que le dijera en tantas ocasiones que había perdido la memoria, él no lo creyó, pero ahora parecía esperar que le dijera que de verdad la había perdido. No quería saber nada de eso. Solo quería divorciarme, así que respondí:

—No he perdido la memoria, antes solo quería ver si te importaba un poco más, si me q