Cansada y relajada apoya su cabeza en mi hombro, mientras la sostengo para que no se caiga de espaldas.
—E-Eso fue… ¡Dios! —la escucho inhalar aire para poder recuperarse y me siento el puto rey, capaz de darme golpes en el pecho como un gorila, al escuchar la satisfacción y el deseo en su voz.
—No cariño, Dios no, el diablo —el tintineo de su risa invade mis oídos, se remueve en mis piernas y siseo ante la sensación—, despacio nena, estoy a punto de descargar y no queremos hacer un desastre. —lento, se levanta y siento sus manos en mis rodillas, presiona un poco hacia abajo, abre muy despacio haciéndose un hueco entre ella para posicionarse en medio.
¡Demonios!
Sus manos suben demasiado lento, casi tortuoso hasta mi pene, lo que me hace sisear de nuevo antes de detenerla.
—No tienes por qué hacer esto. —«que alguien me dispare…
Ese mismo día…Summer.El viaje fue suave y tranquilo, casi no hay autos y con la música sonando en los altavoces el tiempo corre sin siquiera sentirlo, llegamos a su casa de la playa, esos cincuenta minutos en la carretera se me hicieron pocos. Una sensación de añoranza y melancolía me recuerda los días que mi padre me llevaba al garaje y salíamos a probar los carros que él mismo arreglaba, el potente rugir de esos motores de lujo, la brisa en la cara y la complicidad que compartíamos, la mejor época de mi vida.El auto de Scott, es como comer helado de fresa, tan suave y ligero que se derrite en tu boca, imposible tener solo una cucharada, pero no hay más carretera, por lo que la parada es obligada en el estacionamiento de lo que parece ser una casa de playa más en la zona.—Me tienes impresionado Summ
Más tarde, ese mismo día…Scott.Antes de hacer cualquier cosa Summer, acomoda las maletas y la ropa en el vestidor. Bajamos a la playa desierta, me gusta mucho venir en estas fechas, claro cuando puedo, Summer me lleva casi arrastrando hasta la orilla, y su risa remueve algo dentro de mí, al escuchar lo feliz que está con tan solo tocar el agua. Me quedo en la orilla sentado pensando en cada momento que vivo con ella, se va pegando a mi piel y es algo que no puedo, ni quiero evitar.Todo en ella me atrapa, como si no fuese más que un insecto que se posa en la miel, pero mantiene una lejanía que me carcome por dentro, no puedo llegar a ella. Si ella no se abre a mí, no tendré oportunidad alguna de conocerla a fondo.—¡Es perfecto! Esta tan cálido y tranquilo, ¿por qué no vienes? —me grita desde un punto lej
No doy dos pasos, cuando siento un ligero escozor en mi nalga derecha, pequeña vengativa. Me detengo sin girarme y ella estalla en una risa sexy como el demonio. Mi pene comienza a dar saltitos de alegría al creerse invitado a la fiesta, y me quedo esperando lo que dirá a continuación.—Apresúrate chico, o tus adoradas papas desaparecerán de la mesa.—Oh, créeme, eso no sería recomendable para ti. ¡Personas han perdido sus imperios por quitarme mis papas! —llego hasta la puerta del baño y ella se ríe aún más fuerte que antes.¡Maldición! Tendré que masturbarme antes de salir, sino, en serio se irá a la mierda la comida y como un león hambriento me le tiraré encima.Son muchas las ventajas de convivir con una persona, que sabe cómo tratar tu caso particular, más aún si
Instantes más tarde…Scott.Estoy solo en la sala y con el teléfono en la mano, necesito calmarme, si aprieto un poco más el aparato, soy capaz de pulverizarlo a causa de la rabia que me recorre.—¿Qué carajos quieres? —respondo entre dientes, ya que si subo mas el todo de voz puedo ser capaz de romper el vidrio de la puerta que da al exterior.—¡Hola, osito cariñosito! Ya veo que estas del mejor humor del mundo.—¡No me jodas Tamara! ¿Dime de una puta vez, que quieres? —no me gusta tratar así a las mujeres, pero ella sabe cómo tocarme los cojones y hacerme volar los tapones.—¡Cariño! veo que tu nueva amiguita, no está sirviendo de mucho para relajaste.—Tamara
Noto que se hizo de noche, la brisa marina es fresca y entra inundando la habitación de un delicioso clima frio que me calma junto con el exquisito olor de Summer.—Te escuchas como una psico-loca —se acomoda a mi lado y toma mi rostro con sus manos.—No estoy aquí como psicóloga, sino como una amiga, o lo que tú necesites, tanto si quieres hablar, como si no. Quiero que sepas que tus secretos estarán a salvo conmigo.Besa mis labios de forma fugaz y antes que se retire, la tomo de la cintura y me como feroz su boca, invadiendo y tomando todo. Lento, reduzco la velocidad y dureza del beso, hasta quedar con nuestras frentes conectadas, calmándonos, respirándonos.—Eran recuerdos, no pesadillas. Mi accidente, los momentos felices que pasé con mi madre y mi tía, sin embargo, las últimas imágenes son las que me persigan por el resto de mi vida. &mdash
21/04/2018. En la madrugada…Summer.Me bajo del regazo de Scott, incapaz de seguir en esa posición mientras me dispongo a contarle lo que casi nadie sabe, o conoce de mí, él se lo merece, merece que sea del todo sincera como él lo ha sido conmigo. Respiro profundo para llenar mis pulmones de aire y mi espíritu de valor.Aquí voy…—Para comenzar creo debería ser por el principio, mí nombre de pila es Naobi. Summers, en realidad es mi apellido. Pero me gusta que me digan Summer por lo que a todo mundo me presento de tal modo.—Naobi —mi nombre en sus labios suena a pecado y me derrito como mantequilla en una tostada caliente—, es hermoso y me gusta mucho más, ¿puedo llamarte así, Naobi? —pregunta tímido cosa que me desarma por comple
Todavía, esa misma madrugada…Scott.No recuerdo nunca haber sentido esta furia que llevo en el pecho. ¡Maldito, hijo de perra! ¿Por qué la dejó tirada, y sin preocuparse por lo que fuera de ella? No puedo hablar ahora, esto me supera, si algún día me tropiezo con ese infeliz, ¡juro por lo más sagrado que lo mato!—Dime algo… por favor —su torturada suplica me hace dejar a un lado el tren asesino llamado el diablo, para consolarla.—Lo siento, estaba tratando de calmarme, antes de salir corriendo a buscar a ese hijo de puta que te hizo tanto daño. Dime, ¿está vivo todavía? ¿Ese tal, Warren?Naobi se remueve entre mis brazos, pero no se levanta del todo de la cama, le tomo la mano para que no se aleje.—N-no lo sé, nunca regresé al internado. Mi vid
Esa tarde…Scott.El mejor amanecer del mundo, o atardecer la verdad no sé qué hora es y me importa una mierda, mientras tenga a Naobi, en la cama, que sea Año Nuevo y me seguirá importando una mierda.Después de lo de anoche, no tengo idea de a qué hora nos dormimos tampoco, lo único que sé, es que una sola noche no es suficiente. Llegan a mí los olores de la cocina, café recién hecho, pan tostado y tocino, mmm… mi estómago ruje terminando con mi duerme vela, y también me revelan que mi pequeña psico-loca, no está en la cama y algo aún más sorprendente, mi vista, no sé… no sé cómo explicarlo, no es que por un milagro logro ver, pero… es como… cuando la luz de la mañana atraviesa tus parpados