Isabella se sintió sorprendida, miraba fijamente la manzana, pero no estiró la mano para tomarla. Sebastián movió su hermosa mano pálida de nuevo y digo en voz baja: “Hemos estado hablando tanto tiempo, ¿no tienes sed?”. Elisa levantó ligeramente las cejas, tomó la taza de té de la mesa, pidió un sorbo pequeño sin decir nada. Isabella tomó cuidadosamente la manzana y accidentalmente tocó la punta de los dedos de Sebastián, sintiéndola un poco fría. “Gracias”. Bajo la cabeza y le dio un mordisco a la manzana, el sonido crujiente de la masticación era muy agradable al oído. Un Destello de luz pasó por los ojos de Sebastián, dejó el cuchillo de fruta en la mesa y recogió dos servilletas, limpiar sus largos y bien definidos dedos, sus movimientos eran muy precisos, los que demostraba que no solía hacer esto muy a menudo. Al ver que Isabella comenzó a comer la manzana, Elisa también mostró una sonrisa. Miró a Sebastián, satisfecha pero con un poco de celos. Nunca había tenido
“¡Te quiero!”.Esa breve y profunda frase resonó de nuevo. Aunque sus palabras eran suaves, consigo llevaba una fuerte autoridad y dominación, golpeando directamente a su corazón.El corazón de Isabela dio un fuerte latido. Retiró su mano y se sentó derecha.Mirando la creciente lluvia de fuera de la ventana del auto, le tomó mucho esfuerzo volver a un ritmo normal.El interior del auto estaba incompleto silencio, con la lluvia fuera, juntándose y fluyendo por la ventana, como una cortina de agua, desdibujando lentamente el paisaje interior.Después de unos minutos, Isabel habló en voz baja.“Tienes razón", debería empezar de nuevo. Felicitaciones, te has convertido, en el primer hombre en mi nueva vida.Sebastián frunció el ceño: “Dilo de otra manera. No el primer hombre, sino el único”.Isabella apretó sus manos frente a ella.Pensó por un momento y recordó sus palabras anteriores, su corazón no pudo evitar dar un Salto.Le costaba hablar, como si se estuviera forzando a sí misma.N
Isabella pasó todo el día trabajando junto con Karina Fuente, reforzando la investigación en perfumería. Karina estaba en la oficina escuchando a Isabella hablar de una manera relajada que rara vez mostraba y estaba un poco sorprendida por escucharla hablar tan animadamente. Pensó que una persona tan seria y terca como Isabella seguramente pasaría por un periodo de desánimo y tristeza, pero después de regresar al país, Isabella se tomó un tiempo para recapacitar y ordenar sus sentimientos. Karina había preparado muchas palabras de Consuelo, y sabía que Isabella no necesariamente se comprometería a entender sus emociones. Había anticipado que Isabella estaría deprimida. Así que escucharla alegre en su tono de voz, se sorprendió, pero estaba agradecida, porque su amiga se estaba recuperando rápidamente de su problema de depresión. Aunque algunas personas no entiendan la verdad, cuando las cosas le suceden a uno mismo, Nadie puede manejar las emociones por uno. “Aunque quiero que t
El piso treinta y ocho era el espacio exclusivo de la gerencia presidencial y nadie podía entrar. En el ascensor, Zoe se dio cuenta de que Isabella no había pulsado el botón del ascensor. Soy se acercó a Isabella y pulsó el botón del piso más alto del edificio, el número treinta y ocho. Luego, sonrió y miró a Isabella con un toque de desafío en sus ojos. Isabella sabía del odio que sentía Zoe hacia ella, no descartava la idea que Zoe tenía hacia ella, ella quería desapareserla quería verla muerta, pero no le daría ese gusto. él solo hecho de que ella estuviera viva a Zoe se le revolvía las tripa y le daba digestión así que no le daría ese gusto, se mantendría viva y por su mera existencia le causaba problemas digestivos a Zoe, pues se morirá, porque ella le provocaría una diarrea crónica. El piso treinta y ocho era el espacio exclusivo del padre de Isabella. Nadie podía entrar sin un permiso exclusivo del presidente de la compañía, pero ahora Isabella y su padre podían entrar y sa
Cuando Isabella entró a la sala de reunión y vio a Zoe, una molestia súbita apareció en su rostro. ¿Desde cuándo soy se había convertido en una alta ejecutiva del grupo Fernández? Cuando Zoe la vio, había un desafío en sus hermosos ojos que solo las dos podían entender. Isabel le apretó los labios, la miró fríamente y eligió un lugar al azar. Isabella se sentó en su asiento con un rostro impasible. Al pasar junto a los demás ejecutivos, recibió sus saludos, algunos formales, otros casuales, pero todos respetuosos, le dieron la bienvenida, y expresaron sus condolencias por la pérdida de sus padres. Isabela pensó que al llegar a la reunión de socios y accionistas todos la despreciarían su llegada, pero al mirar el cambio se sorprendió. Para su sorpresa, todos la trataban con respeto. En ese momento, ya ha empezado la reunión Isabella pidió a los socios y ejecutivos que llevasen a cabo una conferencia de prensa, para que la familia Ortega se disculpara con ella públicamente, qu
Las palabras de Miguel retumbaban cuando el silencio se apoderó de la sala de conferencia. Parecía que nadie había asimilado lo que Miguel acababa de decir, ¿Miguel había metido la pata? Miguel quería darle el puesto de jefe del departamento de investigación a su hija, y eso implicaba que muchas personas tenían que estar al mando de ella. ¿Quién se atrevería a meterse en el departamento de investigación en esa empresa? ¿Qué estaba insinuando Miguel con esas frases? Después de un rato, todos se miraron entre sí. Hasta que finalmente se centró su atención en Isabella. Sabían que sin la aprobación de Isabella no se podía firmar ningún acuerdo, pero ahora, ya con el contrato firmado, Isabella no podía protestar. Isabella mostró sorpresa por un instante, luego recuperó la Calma, una ligera sonrisa apareció en su bello rostro mostraba una pizca de “Sarcasmo” debido a este pequeño gesto. “Los demás accionistas se preguntaron: ¿quién era la jefa?” ¿Por qué Miguel se tomaba atrib
Mientras tanto, en el piso ochenta y ocho del grupo Gallardo. En las oficinas del CEO. Isaac entregó el informe de trabajo más reciente a Sebastián Gallardo, quien estaba sentado detrás de su escritorio. Luego se quedó parado, pensó un poco y dijo: “Jefe, la señorita Isabela Fernández, tomaría hoy el puesto de presidente en el grupo Fernández”. ¿Quiere que envíe a alguien a protegerla? Sebastián dejó de observar los documentos, levantó la cabeza y puros y profundos revelaban una elegancia y sofisticación especial. Pensó por un momento y luego respondió lentamente: “No es necesario, ella puede manejar eso por sí misma, no sabes cuán fuerte es esa mujer”. Es una pausa, tomó los documentos que es Isaac le acababa de entregar y dijo con un tono sereno: "No es necesario preocuparse". Isaac se sorprendió. ¿Cómo sabía su jefe que él estaba preocupado por ella? Como su asistente, ¡claro que te tenía que preocuparse ella! Si el jefe está feliz, él también estaría feliz. Además, este
Isabella, sentada en la silla principal, dijo: "toma tu propia decisión, no tengo derecho a interferir ni quiero hacerlo". De todos modos, no tengo intenciones de rescindir el contrato. Mientras hablaba, Isabela sacó unas carpetas y pidió a su asistente Darío Jiménez que las repartiera. Que el departamento de Relaciones Públicas, se encargue de anular los contratos de las personas que se encuentran en esa carpeta. Cuando Isabela dijo todo eso, todos los altos ejecutivos, comenzaron a discutir las experiencias y las habilidades laborales de algunas personas en la lista eran capaces, pero estaban de lado de Miguel Ortega. Un socio, que fue amigo de su padre, se levantó y dijo: "Señorita Fernández, piénsalo bien antes de tomar una decisión". Todas estas personas han estado trabajando durante muchos años, gestionando todo tipo de cosas y de repente usted está anulando sus contratos. "Si está descontenta con que la señorita Zoe, según a la empresa, podemos reportarla al consejo de ad