La mano de Dylan se quedó en el aire. Sus ojos se ampliaron cuando giró su rostro hacía Isaac con una expresión sería. No dijo nada. Simplemente se recompuso y esperó a que Isaac actuará.
-Tú - señaló con su cabeza a Matías. Evitó decir su nombre para no revelar la identidad - enciende la vela.Matías se dio la vuelta; pero no dio ni un paso lejos cuando Dylan habló - Espera - su voz estaba alterada - yo lo haré - Luego, se giró y comenzó a caminar por la habitación. Sus manos tocaban con precaución cada cosa que se encontraba. Rodeó todo el lugar en busca de la vela hasta que su pierna chocó contra un objeto que se arrastró en el suelo por la fuerza del empuje. A tientas, movió las cosas encima. Tardó un tiempo ahí hasta que logró encender la vela que estaba en esa mesa.Isaac esperó, escuchando atentamente los movimientos que producía Dylan a sus espaldas. Hasta que la habitación se iluminó. Sus ojos se ampliaron con sorpresa cuando el cuerpo en el sueloLas vistas se giraron de Isaac a Dylan, quien aún tenía el brazo de la niña en su mano. Este vio el rostro asustado una vez más antes de dejarla ir. Isaac comenzó a caminar. Sus pasos firmes y veloces se dirigían a Dylan. Iba a la mitad del camino cuando alguien se le interpuso. Matías había dado un paso al frente, bloqueando el paso y la vista de Isaac hacia Dylan. Su enorme porte estaba atravesado - Hermano - dijo esa palabra para tranquilizar, tan bajo que incluso a Isaac le fue difícil escuchar.La mano de Isaac se alzó, con un movimiento más brusco de lo normal, la puso sobre el hombro de Matías, produciendo un sonido de choque. Inmediatamente, Dylan salió tras la espalda de Matías. Tomó el antebrazo de Isaac y lo apretó mientras retiraba la mano del hombro de Matías, dirigiéndole su mirada oscura. Isaac sabía que quería formar un lío en el lugar; pero el no se lo iba a permitir. De tal manera que decidió no echarle más leña al fuego. Así que suavemente bajó su mano. L
Fue ahí donde Isaac se dio cuenta que tenía el rostro descubierto y había expuesto su identidad. Se había distraído tanto que no se dio cuenta cuando los guardias se habían marchado, ni en qué momento Sofía se había acercado a la puerta. Dejándolo sin la oportunidad de volver a cubrirse. No había pensado en su cara descubierta hasta ese momento. Lo tomaron totalmente desprevenido. Rápidamente estiró su mano y arrebató la máscara de las manos de la niña. Aunque era tarde; aún así se la colocó mientras se levantaba.-Supongo que no hace falta decir nada - dijo refiriéndose a su identidad. Temeroso de volver a insultar la moral de la joven, no quiso amenazarla.Sofía apretó sus labios. Dedicándole una mirada penetrante, no respondió. Isaac ya se había acostumbrado a su actitud fría; de tal manera que no le dio importancia a su silencio. Entonces agregó - Nos iremos en un momento, cuando los guardias estén más lejos.-No te vallas aún - Isaac se sorprendió al
Algunas veces, Isaac sentía la verdadera necesidad de golpear a sus hermanos. Como en ese momento. Cuando su paciencia estaba a punto de extinguirse como la última llama de una hoguera que no fue alimentada con más leña. Inhaló profundamente. Llenando sus pulmones hasta el punto en que no cabía nada más, luego, exhaló todo lo que tenía.Después, cuando se sintió con la fuerza suficiente. Caminó, pasando justo en medio de ellos. Entró al corredor para luego dirigirse a la baranda desde dentro. Topó su espalda a ella, recostándose levemente antes de cruzar los brazos sobre su pecho. Así, escuchó la conversación; a la vez que sus hermanos se colocaban uno a cada lado de él. Matías a su derecha, apoyó sus brazos hacía atrás sobre la baranda; por otro lado, Samuel se pegó a él, casi metiéndose tras su espalda. Apoyó su mejilla sobre su bíceps, con los brazos colgando a sus costados.-Yo lo vi cuando salté a la terraza - Lucas estaba pegado a la pared. Apoyado solo con s
-¿por qué no… - Lucas despegó el cuerpo de la pared - ¿por qué no mejor encontramos un lugar donde vivir por unos días antes de regresar? - después de una pausa, agregó - debemos asegurar antes que nuestra identidad aún está oculta.-por esa razón - Isaac dio un paso hacia él. Saliendo del escudo hecho por Matías - iré a verificar nuestra casa, si está rodeada no entraré y escaparemos inmediatamente.-Puede ser una trampa - Matías replicó. Estaba poco dispuesto a dejarlo ir.El temperamento de Dylan ya se había calmado; entonces, con su tono habitual habló - es mejor esperar por lo menos un día antes de volver.Difícilmente Isaac conseguía obtener un pensamiento; ahora, con las diferentes opiniones contradiciendo su mente, se encontraba en un punto muerto. Donde nada lo convencía con sus puntos buenos ni malos. Porque en ese momento no podía definir que era correcto y prudente. Sus oídos zumbaban con su propia voz. Estaba perdido en él mismo cuando a l
Todo el tiempo, Samuel estuvo escondido detrás de él. Al escucharlo, amplió los ojos - No, no, no - lo dijo tan rápido que fue difícil entender.-Entonces, bajemos - señaló con la barbilla el camino y esperó a que Samuel fuera para seguirlo.Cuando llegaron a la parte baja, escucharon los ronquidos de Lucas quien se había quedado dormido apoyado contra la pared. Matías y Dylan estaban recostados en el suelo; pero aún se movían. Mientras uno esquivaba la mano del otro evitando así que lo agarraran, los pasos suaves de Isaac llegaron a la puerta. Se apoyó en la pared y se fue deslizando lentamente hasta quedar completamente sentado. Samuel se sentó a un lado de él; pero enseguida se estiró en el suelo. Girando la espalda, puso un brazo bajo su mejilla. Planeando acostarse para dormir, Isaac estiró más las piernas. Un zapato rozó con fuerza el suelo produciendo un chirrido. Matias y Dylan se congelaron. Dirigieron su vista al sonido, sorprendiéndose enormeme
Disipando sus pensamientos, Isaac agitó la cabeza. Moviendo los mechones de pelo que cubrían el inicio de su frente. Llegó a una casa y se paró firme frente a las puertas. Giró la vista a la izquierda, luego a la derecha, comprobando que no viniera nadie. Después, saltó. Sus pies se colocaron exactamente sobre el muro. Con las rodillas dobladas y una mano deteniéndose de la esquina, volvió a saltar. Cayendo sobre las tejas, caminó sin prisa. Cuando estuvo cerca del otro lado, agachó todo su cuerpo. Pegando el pecho a las tejas, impulsándose con los brazos se deslizó lentamente a la orilla. Desde ahí, obtuvo una vista completa al patio de su propia casa.Esperó por un momento algún movimiento sospechoso. Sin embargo, no hubo señales de vida por ningún lugar. Solo el árbol se agitaba tranquilamente llenando el patio de hojas secas; mientras el agua se mantenía pacífica dentro del balde, reflejando al joven sobre el techo. Isaac tomó una teja, arriesgándose, la lanzó. Voló por
Samuel metió la cuchara en su boca cuando notó una figura, fijó su vista en Isaac y habló con la cuchara aún en su boca - ¡Hermano! - el objeto se movió arriba y abajo junto con sus labios.Pronto, las cabezas se giraron. La espalda de Lucas se torció con tal de ser capaz de ver. El olor a comida hizo que las tripas de Isaac rugieran - ¿aún queda un poco? - sonrió.Samuel sacó la cuchara de su boca y la agitó en el aire, llamándolo - Ven, aquí está tu parte - hizo espacio a un lado donde se sentó Isaac - la abuela de Dylan nos regaló comida.Al agacharse, los ojos de Isaac se encontraron con Dylan. Este asintió con la cabeza mientras seguía comiendo - iré a agradecerle luego - informó.-no es necesario - rebatió Dylan - es mejor si no la molestas, yo le diré por ti.-Está bien - Isaac tomó el plato que le ofreció Samuel. El contenido era simple. Solamente estaba rebosante de caldo con una cantidad pequeña de frijoles negros. Isaac sorbió,
Isaac entró y se recostó. Luego, subiendo los píes los colocó, sin quitarse la botas, sobre el colchón. Puso los brazos bajo su cabeza. Cerró los ojos con intención de dormirse; sin embargo, en un instante los abrió. Inquieto, mantuvo la vista fija en el techo. Estuvo así por un tiempo hasta que escuchó los ronquidos a un lado. Elevó el torso y verificó que las personas en las camas estaban dormidas. Sigilosamente, salió de la cama. Caminó con pasos ligeros al exterior. Una vez afuera, cerró la puerta con el mayor cuidado posible para que no rechinara.Luego, fue a la cocina. Tomó el huacal que flotaba en el agua. Lo llevó a su boca. Las gotas cristalinas se deslizaban desde su barbilla hasta el cuello, humedeciendo el camino en la suave piel; mientras la manzana de Adam se balanceaba con cada trago que daba hasta que estuvo satisfecho. Lo tiró de nuevo al balde, salpicando agua que salió del borde y cayó al suelo. Algunas gotas mojaron su zapato, Isaac los vio por un momen