— ¿Cómo que un aborto?—Es muy posible y lastimosamente común en estos casos.—No es algo que debería estar ocurriendo, nunca debió pasar.Joseph iracundo arrojó su teléfono.— ¿Qué es lo que pasa? —Preguntó Paola.—Voy a demandar a la clínica de reproducción asistida, esto no se quedará así.Paola lo entendió todo.—Chloe está embarazada, es ella la única que hace salir tanta furia de ti —susurró Paola.—Llamaré a Cristian, esto no puede estar pasando, no podían hacer ese procedimiento sin mi consentimiento.— ¿Y entonces qué? —Inquirió Paola—, ¿le exigirán que aborte? —Paola negó con la cabeza y caminó hacia la puerta del estudio.— ¿A dónde vas? —Preguntó Joseph.—Tenemos visitas ¿recuerdas?—Me llamaron para que vaya al hospital, Chloe ingresó mal de salud.Paola volteó y lo miró.—Quizás debas ir.—Acompañame…Paola se abrazó a sí misma y negó con la cabeza.—Yo no tengo nada que hacer allá.Paola salió de la oficina antes de perder el valor y desmoronarse en llanto, casi corrió
Valentina y Pierre estaban inocentes del drama que desencadenaron. No habían visto a Támara y a Justin. Valentina reía de Pierre que veía la comida callejera con una mueca. —Oye, deja de ver así las cosas, puedes aprender algo de la calle. —Lo dudo mucho —musitó Pierre y probó la salchicha de su hot dog con un pequeño mordisco, masticando con asco. Valentina estaba muerta de risa. —Está bien, lo acepto, no es lo mejor o más sano, debes probar los perros calientes en Venezuela. —A saber de que hacen la salchicha —Inquirió Pierre asqueado. —Es peor comer ranas —inquirió ella con una mano en la cintura—, no creo que las hagan de perros reales, tonto, nuestra versión del hot dog es la mjor del mundo obviamente... —Lo que es obvio es que me voy a indigestar por haber tomado esta apuesta solo para que pruebes una exquisitez proclamada por el mundo, no recuerdo cuando los hot dogs venezolanos entraron a esa lista. Valentina muerta de risa le dio un mordisco a su hot dog y arrugó la
Joseph claro que quería ver a Chloe, quería decirle lo aborrecible que pensaba que era, lo egoísta y manipuladora, por eso no habría problema, con mucha determinación había ido para verla.— ¿Dónde está la habitación de Chloe? —Le preguntó a María.—Primero debes calmarte, no es bueno para ninguno que entres a gritarle a una enferma, solo lograrás que te saquen —aconsejó Cristian.—Mejor te callas y vas buscando la manera de hacer la demanda.—Es que no es como tú piensas tampoco.— ¿Qué? Tienes razón, debo cambiar de abogado…—Maldición Joseph, la custodia de esos óvulos era de Chloe.—Quiere decir que ustedes la asesoraron.—Claro que no, te lo habría dicho, como tu amigo y como tu abogado.—Yo tampoco sabía que Chloe iba a hacer el procedimiento, ella me dijo que quería regresar con Joseph —explicó María.—Yo lo que sé es que estoy casado y no puede ser que nadie respete mi decisión y voluntad.—Que legalmente era llevar a cabo el procedimiento —enfatizó Cristian—. Escucha Joseph,
En cuanto Támara bajó de la noria con sus hermanos y Pierre, Justin se acercó a ella, cargó a la hermana de Támara que lo abrazó con confianza y reposó su cabeza en su hombro cerrando los ojos, Támara cargó a su hermano. —Que tengan buenas noches —murmuró Justin tomando la mano de Támara y se alejó con ellos. Valentina los miró con una sonrisa triste. — ¿Por qué lo hiciste Valentina? —Preguntó Pierre—. Támara se apartó para que pudieras arreglar las cosas con Justin. —Yo no quiero arreglar las cosas con Justin —murmuró con voz entrecortada. —No es lo que parece. — ¿Crees que soy necia? No estoy feliz con mi decisión. —Obviamente no, por eso te preguntó ¿por qué lo rechazaste? —Porque es lo correcto para todos —contestó muy resuelta. —Eres mejor persona que yo Valentina —le respondió Pierre agarrando su mano y caminando con ella—. Yo no despreciaría una oportunidad con Paola y ella ni siquiera me corresponde. —Amigo mío, vayamos a beber unos tragos de esos de colores. —Buena
Chloe era pedante, Paola al verla no podía dejar de pensar en la similitud de sus gestos y personalidad con el Joseph que conoció, el hombre antes de enamorarse de ella; el hombre que por momentos vuelve a ser después que tuvo que matar a Wilmer. Chloe no se amilanó y en vez de mostrar arrepentimiento por su treta solo los desafiaba diciendo que ellos no eran mejores que ella. —Piensa de nosotros lo que quieras Chloe, pero aún podemos parar todo esto y tu actitud no ayuda —increpó Joseph. — ¿Cómo quieres que me comporte? —Inquirió Chloe—, lucharé por mi hijo hasta las últimas consecuencias como una leona. No me arrodillaré ante ustedes por perdón, sé que han venido a tratar de hacerme entender, así que no pierdan el aliento… La puerta de la habitación fue abierta y entró la doctora de Chloe. —Señor Rinaldi, por favor acompáñeme. Joseph salió y Paola iba detrás de él, pero Chloe la llamó con voz urgida. —Paola por favor espera un momento. Paola no quería hacerle caso, pero la mu
Joseph siente que de nuevo atraviesa un infierno, pero esta vez es diez, no… cien, quizás mil veces peor.—No puedes hacerme eso Paola —pronunció con los dientes apretados—. No puedes entregarte.—No es lo que haré —explicó Paola negando con la cabeza—. Te prometí que no lo haría, pero necesito explicarles a las hermanas y dejarlo en sus manos, expiar mis pecados de alguna manera…— ¿Es por eso que me dejas? —Joseph se acercó a ella y la tomó por los antebrazos—. No creo que quieras irte.—Sí quiero hacerlo…— ¡No! Maldición Paola, mi cordura está atada a ti…Paola se puso muy roja, pero aunque quería ya no pudo reprimir su llanto.—Por eso también necesitamos alejarnos.— ¿Por qué Paola? Tienes esta absurda necesidad de castigarte…—No sé si es eso, pero ir a Venezuela es algo que he postergado demasiado.— ¿Por qué no puedes esperar a que yo te acompañe?—Porque el compromiso de ir es mío, no tienes por qué hacer agenda para ello.—Se supone que eres mi esposa.Paola limpió sus lágr
Un mes después.Venezuela.Paola se estaba quedando en la hacienda de los Mendoza, Robert había aceptado sociedad con las empresas Rinaldi y Emily hablaba a diario con Joseph desde su propio teléfono celular, única razón por la que la niña estaba conforme, pues aunque le encantaba compartir con las hijas de sus padrinos extrañaba su casa.Eso le decía a Paola y a Joseph le decía que debía venir a Venezuela.Paola había mantenido su palabra de no interponerse, pero después de pasar unos días sintiéndose muy mal de salud su resolución estaba cada vez más frágil y se moría por regresar.Ayudaba en el orfanato y Elena le dijo que cuando quisiera tenía trabajo en cualquiera de los restaurantes en los hoteles Larsson, o si quería abrir uno propio podía apoyarla.Paola por los momentos se dedicaba al orfanato y a la hacienda, pues estaba supliendo a la cocinera de la enorme hacienda.Aunque Johana la quería tener como huésped Paola se negaba a estar sin colaborar y cocinando para el ejército
En Venezuela Paola entra a la capilla y ve al padre explicarle a los niños que se preparan para su primera comunión lo complejo que es el perdón.—Padre, pero si a uno se le olvida lo que le han hecho, entonces lo toman de idiota.—Objetó un jovencito y el resto afirmó con la cabeza.El padre sonrió con ellos y contestó:—El verdadero perdón está en el olvido, mientras recordemos y sintamos ira quiere decir que no hemos perdonado realmente.— ¿Y cómo evitamos ser idiotas? —Insistió el niño.—Es imposible olvidar lo que te hicieron —dijo una jovencita.—Yo no tengo problema en perdonar, pero que se quede bien lejos de mí —acotó otra niña.El sacerdote conservando su eterna sonrisa no contradijo a ninguno, pero exclamó:—Un corazón lleno del Espíritu Santo no puede albergar resentimientos, escuchen bien, debemos anhelar tener un corazón limpio como el cristal y dulce como la miel, otorgar el perdón no libera a quien nos hace daño, nos libera a nosotros de la opresión que da el rencor. E