Relata Lucas:Nancy tomó las copas de champán, caminó con un paso lento y sensual hacia mí y me extendió una de las copas.—¿Podrías acompañarme? — Murmuró con una sonrisa ladeada.—Nancy… ¿Qué crees que estás haciendo? — Pregunté sin siquiera tomarme la molestia de recibirle la copa.—Nada… Solo quiero charlar un poco contigo… — Se encogió de hombros con despreocupación. — Y bueno… Me pareció buena idea, aprovechar para tomarnos algo. — Volvió a levantar la copa hacia mí.—No quiero beber, gracias. — Respondí manteniendo mi semblante serio, apartando con cuidado, la condenada copa que ella meneaba frente a mí. Intentaba no ser tan grosero con la madre de mis hijas. — Pero ahora que lo mencionas, sí, yo también quisiera hablar contigo.Ella apretó los labios con decepción, evidentemente le molestó mi respuesta, sorbió un poco de champán de una de las copas y avanzó a mi lado, hacia la sala, dónde tomó asiento, dejando ambas copas sobre la mesa de centro.Por lo menos parecí
Relata Lucas:Leila sollozaba y tanto Nancy, como yo, corrimos rápidamente hacia ella.—Cielo… ¿Qué haces aquí? — Le preguntó Nancy.—Yo… Me desperté y me asusté… Tuve una pesadilla y… No podía… Dormir. — Balbuceó entre gemidos.—Tranquila, te acompañaré a tu habitación… —Nancy la rodeó en un abrazo y luego se dirigió a mí. — Será mejor que te vayas, Lucas. — Murmuró con mucha seriedad.—No… No puedo irme así… — Refuté preocupado. Ella se levantó y tomó a Leila por la mano, mientras la pequeña se limpiaba las lágrimas.—Yo me haré cargo de esto… Adiós. — Nancy se dio la media vuelta y se llevó a Leila de vuelta hacia su habitación.A pesar de sus palabras, no me pude ir, me quedé allí, pasmado, pensando que hacer.No podía dejar a mi hija así, en ese estado, ¿Qué había escuchado? ¿Cuánto daño le había hecho? ¿Ahora me odiará? Esas preguntas no dejaban de rondar mi cabeza mientras caminaba de un lado para otro en la sala del apartamento.No me iría, allí me quedaría, harí
Relata Lucas:Quedé atónito, había escuchado algo de la conversación entre Nancy y Leila y mi cerebro hizo clic, por fin, entendí todo. Ese fue el motivo por el que Eva me había dejado sin darme una verdadera explicación.Ella le cumplía una promesa a mi hija, a pesar de seguirme amando, a pesar de lo difícil que pudo haber sido para ella. Eva no era una mala persona, ella podía tener mil defectos y pudo haber cometido mil errores, pero aunque ella misma no se lo creía y no lo aceptaba, Eva Golf, tenía un corazón bueno y noble.Y una mujer, que ponía la felicidad de mis hijas, por encima de la de ella, se merecía una sola cosa de mi parte: todo mi amor.Abrí la puerta de la habitación, Nancy se asustó al verme allí, quizás porque ella no esperaba encontrarme todavía en su apartamento, mientras que mi hija, estaba completamente cubierta con una sábana, llorando, ella se sentía culpable y eso era algo que tenía que remediar de inmediato.—Lucas… — Nancy se levantó de la cama con
Relata Lucas:Me desperté bastante aturdido y con un fuerte dolor de cabeza, miré a mi alrededor y por un momento, no supe en dónde estaba, me sentía confundido. Repasé la noche anterior y el último recuerdo que tenía, era la conversación con mi hija, llegué a la conclusión de que debí haberme quedado dormido.Miré nuevamente la habitación, reconociendo que estaba en la habitación de invitados del apartamento de Nancy, aunque no recordaba cómo había llegado allí.Miré la hora en mi reloj, era media mañana, me levanté de un salto, detallé mi ropa, se veía bastante arrugada y desaliñada, «¿Habré dormido muy mal?» Qué más daba, debía correr a mi apartamento para cambiarme, tenía mucho por hacer en el trabajo y era demasiado tarde.Salí apresurado, Nancy estaba en silencio, sentada en la barra de la cocina tomándose un café, a esa hora las niñas ya debían estar en la escuela.—Lo siento, sé que me pediste que me marchara anoche, pero… — Intenté disculparme rápidamente, apenas la vi.
Relata Eva:Estaba emocionada, esa misma noche viajaría hacia Milán para la gala de modas que habría al día siguiente y aunque hacía tan solo una semana no pensaba ir, ahora que Lucas me había confirmado su asistencia, no podía dejar de desear que las horas corrieran rápidamente.Sobre todo, porque Lucas me había asegurado que me tenía una sorpresa y ese fin de semana, sería inolvidable.Suspiraba a cada segundo, como una jovencita en su primera cita, imaginándome miles de posibilidades: Lucas y yo bailando en el medio del salón frente a todos, una cena romántica a la luz de las velas, una escapada a un escondite romántico y muchos otros escenarios más.Todo iba bien, inclusive ya hasta me había olvidado de su desplante en el restaurante, cuando nos reconciliamos en medio de un caliente reencuentro en el baño… Mi día era perfecto, hasta que recibí una visita inesperada.—Señora… — Mi asistente, Gina, entró en la oficina, sacándome de mis pensamientos, o mejor dicho, del montón d
Relata Eva:Mi cuerpo temblaba, mi corazón latía desbocado, mis ojos ardían, ¿Lucas me había engañado? No era posible… Todavía, con todas las pruebas palpables, entre fotos y documentos firmados, mi corazón se negaba a reconocerlo.—¡¿Y COMO ES QUE NO DESCUBRIERON ESTO ANTES?! ¡ME LO EXPLICAS YA! — Grité a Rubén, sintiéndome al borde de la histeria.—Lo lamento… El señor Black es muy listo, supo esconder muy bien el desvío del dinero, lo hizo pasar por gastos, lo dividió entre varias compras… En fin, hizo un montón de marañas. — Explicó hojeando nuevamente los papeles de la carpeta.—No pude ser… — Exhale en un hilo de voz.El nudo en mi garganta no me permitía articular bien mis palabras, no podría seguir conteniendo todo lo que sentía por mucho más tiempo.Cerré mis ojos y me sostuve con fuerza a mi escritorio, intentando por todos los medios contener mis lágrimas.—Rubén… — Musite.—¿Sí?—Estás despedido… — Murmuré, con los ojos todavía cerrados, apretando con fuerza
Relata Lucas:Ya estaba hecho, había preparado mis maletas y tomé mi vuelo hacia Milán. Mi padre seguía enojado conmigo, no se despidió, no quiso ni hablarme, pero sabía que en algún momento, eso se le pasaría.En cuanto a Nancy, no pareció tan sorprendida con mi decisión y tampoco me la discutió mucho, de todas maneras, eso ya no le competía, pues ella era mi exesposa.Llegué a mi hotel algo tarde, el vuelo se había retrasado, tomé una ducha rápida y me arreglé apresurado, Eva me esperaba y yo estaba ansioso por verla.Cuando ya me iba, tomé una pequeña cajita que había comprado unos días antes en París, la abrí y observé por un instante en su interior, la sortija no llevaba un diamante tan grande y costoso como el que seguramente Eva esperaría, pero esperaba que ella valorara el significado de ese anillo: la entrega de todo mi amor.Pensaba pedirle matrimonio a Eva y quizás esa noche en Milán podría ser la indicada, o quizás no. Pero de igual manera, el anillo estaría en mi bol
Relata Eva:Mi madre me conocía bien, pero no tanto como ella esperaba.Luego de soltarme todas esas increíbles acusaciones en contra de Lucas, debo admitir, que por un instante le creí, que me dolió y sufrí verdaderamente, pero a pesar de todas las pruebas que ella me había entregado, una pequeña parte de mí, no se resignaba.Fui a salir de mi oficina, enojada, dolida, incrédula, con todas las pruebas en mis manos, para buscar un detective e investigar por mi cuenta y luego, como era evidente, enfrentar a Lucas.Pero mi madre me detuvo queriendo saber que iba a hacer, solo se me ocurrió decirle que denunciaría a Lucas para evadir sus preguntas y sobre todo, porque mi instinto me decía, que ella no podía saber que dudaba de sus acusaciones.Sin embargo, Selene me insistió que lo mejor era no hacer una denuncia porque haría un escándalo y aunque comprendí su punto, me pareció muy extraño y sospechoso que se negara a denunciar, cuando la acusación de desvíos de fondos en tan grande