Cole.
Viernes, 10, diciembre, 2038.
Bar va entrando a la capilla con los gemelos, uno en cada lado, la dejan en el altar, besan sus mejillas. Observo a Giorgio en mis brazo chupando su chupón mirando a su madre, la miro y luce increíblemente hermosa antes mis ojos, es la mujer más hermosa que he visto jamás.
— Te volvemos a entregar a nuestra madre para que la cuides y la ames por el resto de tu vida, así que no nos falles porque por más que seamos tus hijos somos capaz de desheredar de tu fortuna — mi hermano asiente a las palabras de mi sobrino Cole Junior, Miranda esta que se ríe y niego.
— Solo cuídala, papá — dice Thomas siendo el más normal, se alejan para luego Milán tomar las manos de Bar. El padre comienza la ceremonia.
Todo iba bien hasta que comienzan con los votos.
— Te amare en esta vida y
MirandaMiércoles, 29, Junio, 2039.Dejo a Giorgio con Bar en la sala, subo al siguiente en busca de Cole porque ya se hace algo tarde, miro antes de entrar, se ve guapo vestido con el traje que compró hace una semana, veo que intenta arreglarse la corbata, me acerco a él y la arreglo, Milán sale dejándonos solos.Miro sus ojos azules, un poco más oscuros.— Después de tanto, por fin logras uno de tus sueños — digo y asiente — Nunca es tarde… — sonríe, lo miro a los ojos y sin evitarlo, me acerco y le beso los labios, me separo nerviosa pero me toma de las mejillas besándome con intensidad, nos separamos por falta de aire pero quería seguir y sentir su piel.— Nos esperan abajo… — con los ojos cerrados maldigo por tomar este momento para besarlo cuando hay mejores momentos — Quiero qu
MirandaObservo el mar frente a mí, el sol escondiéndose mientras las estrellas van apareciendo poco a poco en el cielo desnudo, la salada brisa roza mi rostro mientras algunos mechones de cabello salen del peinado que tengo, suspiro intentando respirar bien, intentando relajarme mirando el lugar, sintiendo la arena entre los dedos de los pies. Estaba en Mónaco con todos mis amigos, mis hijos y mi esposo Cole.Pero ahí estaba sola frente al mar, como siempre alejada de las personas que más quiero en estos momentos de mi vida. Me siento en la arena poniendo mis zapatos a un lado, abrazo mis piernas y cierro los ojos escuchando el sonido de las olas golpeándose entre sí.— Siempre te alejas de todo… — escucho un susurro — Ya no puedes seguir aferrándote al pasado, mi niña, hay muchas cosas buenas es tu presente — abro mis ojos y miro a una señora v
Miranda.Viernes, 27, abril, 2018.Una noche estrellada con luna llena y el sonido del mar hizo que ver a aquel moreno, verlo bailar bajo la luna descalzo en la arena, con las olas del mar rozando sus pies hizo que me diera cuenta de lo enamorada que me sentía en ese instante, enamorada del mejor amigo de mi hermano.George, el chico moreno que bailaba junto a su hermano Gabriel al ritmo de una canción gitana.No era el único bailando, sus otros amigos también bailaban festejando que Milán se graduó de diseñador de moda, sí, ser diseñador de moda es una carrera, una pelinegra se acercaba a donde me encontraba sentada junto a Cole, hermano del graduado.— Vamos a bailar, cariño — di
Miranda.Sábado, 24, julio, 2021.Milán había tenido un accidente que por poco lo mata, Violeta fue enviada a Italia según Álvaro el cual no se veía nada bien, George empezó a estudiar medicina de emergencia e pediatría, no sabía que le gustaban los niños, mi hermano salía mucho de casa y no decía que hacía y que no, así que su vida no la sabia del todo, luego de que un virus se apoderada mundialmente, todo nos hemos encontrado encerrado, claro eso fue el año pasado, actualmente se ha hecho una vacuna que supuestamente nos protegerá mas no es la cura.— Miranda Rivas — me nombran por micrófono, regreso a la realidad, yo ahí sentada, mis compañeros me miran y me levanto recobrando el sentido, río nerviosa a pesar de que no me puede ver por el tapaboca que cargo, subo al escenario
Miranda.Viernes, 22, Junio, 2029.Reviso la computadora del escritorio con el teléfono en mi oreja mientras veo la información que me pasó un amigo de Mariana que trabaja en el hotel Napoleón en Italia, ella conoce mucha gente así que no preguntare como.— Señor De Luca, la señorita Sol y los gemelos se hospedan en el hotel Napoleón donde se va a hospedar y abra la reunión — sé que sonríe por la información que le doy, anda detrás de esta mujer desde hace unos días y no era de esperarse de que supiera disimular eso.— Grazie, Miranda — dice y cuelga, dejo el teléfono en el escritorio y suspiro, no veré a Milán hasta el lunes, así que eso significa que estoy libre de todo.Brinco emocionada en mi lugar pero me detengo viendo pasar a unos empleados y disimulo
Miranda. Le doy la dirección del apartamento de Mariana al conductor, después de unos minutos se estaciona delante del edificio donde vive la rubia, pago y me bajo, toco el timbre y coloco el número de apartamento donde vive y contesta.— ¿Quién habla? — pregunta la rubia, suspiro.— Soy yo… Miranda — la puerta se abre y entro, subo al elevador y presiono el botón del quinto piso, una vez me deja en ese piso, salgo y la veo en el pasillo, corre a abrazarme al ver mi rostro, comienzo a llorar con más ganas que cuando salí de la casa del moreno.— ¿Qué te sucedió, corazón? — pregunto entrando a su piso, cierra la puerta una vez que me deja en el sofá.— El hombre del que he estado enamorada desde los 14 me ha rechazado… — me mira sin creer lo que digo, intenta hablar pero no lo sabe
Miranda. Jueves, 20, Septiembre, 2029. Milán me ha elegido como su madrina de boda, sí, se casará con una mujer que conoció hace 10 años, la conocí en la noche de su compromiso, era la misma que George miraba con cierto amor, esa noche no me cruce para nada con él, tenía que olvidarlo, por suerte o mala suerte para mí, mi padre empezó a envíame a citas a ciegas con hombres de negocios, todos aburridos. Conociéndome, mandé a volar a todos así logrando rechazar a los 4 candidatos de mi padre pero no esperaba que tuviera un último comodín que pues no logré rechazar al son de hoy. Suspiro viendo la sala de espera en donde esta Richell, George y yo en espera de que llegue Milán o Bar para salir de esta incómoda situación. George me mira pero yo simplemente me levanto y llamo a Milán recordando que Axel me ayudó a reservar un restaurante, uno de los mejores. — Tienes suerte de que soy tu madrina de boda, reser
Miranda.— No pensé que estuvieras aquí… — ríe — Conduce, no te estás perdiendo de nada — digo y asiente arrancando la camioneta.— Te ves increíble, no sabía que eras de vestirte tan… sexy — dice haciendo que me sonroje.— Gracias… vamos a tu departamento, espero que tengas más de dos vinos — se ríe y conduce a su edificio.— Tienes suerte de que compre tres botellas después de la otra noche — dice saliendo de la cocina poniendo la botella en la mesita ubicada en el medio de los tres sofás de su pequeña sala, río sentándome en el sofá grande cuando se vuelve a ir a la cocina.Me quito mis tacones y me pongo cómoda quitándome el moño que cargaba, Axel regresa y se sienta en el mismo sofá que yo dejando en la mesita una bandeja c