Miranda.
Le doy la dirección del apartamento de Mariana al conductor, después de unos minutos se estaciona delante del edificio donde vive la rubia, pago y me bajo, toco el timbre y coloco el número de apartamento donde vive y contesta.
— ¿Quién habla? — pregunta la rubia, suspiro.
— Soy yo… Miranda — la puerta se abre y entro, subo al elevador y presiono el botón del quinto piso, una vez me deja en ese piso, salgo y la veo en el pasillo, corre a abrazarme al ver mi rostro, comienzo a llorar con más ganas que cuando salí de la casa del moreno.
— ¿Qué te sucedió, corazón? — pregunto entrando a su piso, cierra la puerta una vez que me deja en el sofá.
— El hombre del que he estado enamorada desde los 14 me ha rechazado… — me mira sin creer lo que digo, intenta hablar pero no lo sabe y solo lloro.
— Hombres… todos iguales con sus maneras tan originales de cagar todo, ese hombre no te merece, corazón — niego mirándola.
— Me sigue mirando como a una niña, he crecido, me he vuelto una mujer y aun no lo nota y eso me da rabia, demasiada — lloro aún más.
— Bueno, lloraras más cuando nos saquen del edificio si sigues llorando como poseída, Miran — me callo y me río un poco — Así me gusta, ya vendrán mejores hombres, no te ancles al primero que te da el amor que nunca has recibido, reina.
Aconseja yendo a la cocina en busca de algo, suspiro mirando la sala mientras me limpio la cara, me quito los tacones, dejo mi bolsito a un lado, Mari aparece y me da una copa, deja la botella volviendo a desaparecer por un pasillo.
Regresa mientras me tomaba la copa de vino y me entrega un pijama.
— Siempre eres bienvenida, corazón, así que cámbiate y beberemos todo lo tú quieras para ahogar esa pena de amor — sonríe, asiento y me cambio ahí sin pena, suspiro volviendo a sentarme.
— Gracias por todo, no sabía a donde ir, la verdad, no quería molestarte — niega tomando de la boca de la botella.
— No digas pendejadas, niña, cuando quieras, aquí estaré — asiento tomando de un solo trago el líquido de la copa empezando a sentirme mareada.
Jueves, 30, Agosto, 2029.
Miro la pantalla de mi laptop, me como la uña del pulgar nerviosa esperando que me notifiquen de que la colección llegara a tiempo pero nada cuando de repente por el elevador sale Viviana mirando a todos lados y se acerca peligrosamente a mí.
— Código rojo, Miranda, código rojo — susurra y se va, trago saliva y entro a la oficina de Milán lista para soltar la bomba.
— Aun no han llegado la colección, señor — digo, se detiene mirándome sin saber si escuchó mal, pero niego confirmando que no escuchó mal — Lo que escuchaste, señor Milán, la colección no ha llegado aún…
— Llama a la fábrica, el desfile es mañana, se supone que toda la colección tenía que llegar hoy — habla a punto de estallar, ya mañana era 31 de agosto, mañana era el primer desfile después de la muerte del cabeza de la empresa y esto era muy importante para Milán según me contaba mi padre.
— ¿Qué ha pasado, Milán, donde está la colección? Quiero saber — por la puerta entra Gloria, una de los dos mejores diseñadores de la empresa al igual que Milán pero no se atreve a salir de su escondiste, trago saliva.
Miro que Milán suspira poniéndose a pensar.
— Señorita Gloria, ya pronto llegan, solo tuvieron un pequeño inconveniente en el camino aquí — excuso salvándole el trasero a Milán para no escucharla gritar y ver su drama de la semana, porque Gloria es así.
Se va y suspiro, cierro la puerta y miro a Milán que me mira esperando que aclare todo.
— Pues veras, no es mentira eso de que hubo inconvenientes en el camino — asiente para que continúe hablando — Solo que… pues se le hizo tarde y pues hasta ahora que es que salen el camión con la colección que hizo Gloria, pues — lo miro esperando su reacción pero solo logra parpadear sabiendo que posiblemente esa colección llega mañana y eso no era una buena idea para ninguno de nosotros.
Una llamada interrumpe el silencio y por su cambió de humor debe ser Bárbara, su prometida con la cual no he tenido muchas conversaciones, me echa de la oficina con su mirada y me voy, suspiro sin saber que hacer ahora, Milán sale de la oficina y me levanto de mi silla.
— Iré a buscar a los gemelos y almorzar, cualquier cosa me llamas — asiento y se va al elevador pero veo a Violeta ahí, trago saliva cuando ambos entran al elevador, nada bueno viene de esa mujer.
(…)
Tomo mi café relajada o algo así cuando veo el correo desde mi laptop hasta que recibo un mensaje de “Empresa Duncan” escupo el café al saber quién es el cabeza de esa empresa de moda rusa, llamo a Milán enseguida sabiendo que esto es un problema no muy bueno por lo que empezaba a leer.
— Milán, tenemos un problema aquí con unas cosas del evento de mañana — digo apresurada y me cuelga.
No faltó que pasaran dos horas cuando ya tenía a Milán sentado en su escritorio en donde me miraba al igual que yo a él después de contarle todo apenas entramos a su oficina.
— Me estás diciendo que Álvaro Duncan vendrá a mi desfile y que es una de los compradores, ¿ah? — asiento sabiendo que es eso lo que dije, niega sin creerlo — Como se atreve un diseñador de primera comprar la colección — suspira y yo no sé cómo explicarle eso.
— Eso mismo pensé, se supone que es un reconocido diseñador ruso en toda Europa, eso fue lo que entendí cuando dijo que quería comprar la colección que se presentara mañana — explico buscando una razón a eso.
— Bien, llama al pelirrojo de Álvaro y dile que se prepare porque lo necesitare mañana para la traducción — asiento y me voy teniendo que llamar a Álvaro, al amigo de los chicos y no al diseñador.
(…)
Regresaba del trabajo después de un día súper ajetreado cuando la puerta es abierta por mi padre, me deja pasar y lo miro algo extraño.
— Ten, vístete presentable y ve a este restaurante — fruncí mi ceño sin entender de que me hablaba — De ahora en adelante iras a citas a ciegas, niña, ya está a edad para que te cases y te mudes…
Río negando.
— No estás en discusión — me entrega la hoja y se va pero regresa — Si no lo haces, te echo a la calle al igual que tu hermanito — cierra la puerta y grito molesta, subo las escaleras y entro a mi habitación mirando la hoja.
— Lo odio — mi teléfono suena y miro que es Mariana, suspiro, cuando por responderle mi teléfono se da por apagarse, maldigo y saco mi laptop y hago una video llamada que me responde al instante.
— Me colgaste, que descaro tienes, Miran — río negando.
— Lo siento, mi teléfono se apagó, tengo un problema, Mari — me mira esperando a que siga y suspiro — Mi padre me ha dado una dirección en donde tendré que tener citas a ciegas con hombres que ni conozco, esto es una decisión tan estúpida de mi padre.
— No lo veas como algo, véalo como una oportunidad de olvidarte de George, puede que un clavo no saque a otro pero puedes tener oportunidad de no sé, ¿perder tu virginidad? — la miro con la ceja alzada — Oh vamos, Miran, ya tendrás 25, no te pases…
— Bien conoceré al primero hoy y a los otros mañana después del trabajo… o en el trabajo, mejor y así me voy deshaciendo de ellos — la rubia asiente convencida por mi decisión — No cualquier trapo me merece, Mari…
Se ríe aplaudiendo.
— Esa es mi niña — río.
Viernes, 31, Agosto, 2029.
Las modelos modelaban con clase los diseños creados por Gloria, a pesar que esta mañana fue un desastre total al ver que el camión no llegaba y Gloria amenazaba con mandarnos a la cárcel y todo pero ya estábamos bien después de tratar de calmarla salvándole otra vez a mi jefe después de tener una noche estresante con tres hombres que lo único de lo que hablaban eran del trabajo y los beneficios que tendríamos si nos cazábamos, como si eso fuera a pasar.
Hasta que veo al señor Duncan entre los compradores, sé que miraba a Bar pero parecía un hombre muy elegante con mirada fría y sin emociones que te hacían temblar. La música se apaga y sale Gloria con una modelo que trae uno de sus mejores vestidos, un vestido de novia con tela de seda, muy hermoso, muy perfecto, me puse a pensar si alguna vez usaría uno.
Todos nos levantamos y aplaudimos apenas terminó todo Álvaro, mi amigo pelirrojo se acerca a Milán, me quedo cerca para cualquier cosa mientras veía mi teléfono la foto del ultimo candidato ya que mi padre tenía pocas opciones.
— ¿Seguro que me necesitas? Es que no recuerdo muy bien el ruso, Milán —dice el pelirrojo, lo miro tragando saliva viendo que Duncan camina hacia ellos, ya que Gloria me llama para hablar con ciertos compradores.
— Tu nueva colección es una obra de arte, madame Gloria — la morena se ríe tras un abanico haciéndola ver elegante ante los dos hombres.
Un hombre se acerca a nosotros cuatro, él me miraba con cierta curiosidad poniéndome nerviosa.
— Me encantaría tener su colección en todo estados unidos, madame Gloria — dice sin dejar de mirarme con esos ojos mieles profundo.
— Es una buena propuesta, señor… — dice con curiosidad Gloria.
— Axel, Axel Wales, madame — la morena tose tras su abanico y me mira abriendo los ojos, se acerca a mi oído.
— Los Wales… dicen que tienen sangre de la realeza y tienen una inmensa cadenas de centros comerciales y hoteles tanto en Norteamérica, Latinoamérica como en Europa, niña — dice y sonríe a los hombres — Es un gusto saber que estas presente, no sabíamos que vendrías, señor Wales…
Este sonríe dejándome nerviosa.
(…)
— Imposible… — digo sin dejar de mirar la foto de mi teléfono y al hombre que habla con los gemelos en el otro lado del salón, no podía creer que mi padre me había puesto una cita a ciega con ese tipo de hombre.
Suspiro relajándome y lista para rechazar al hombre que empezaba a acercarse a mí.
— Hola… señorita Rivas — me habla, asiento en modo de saludo — ¿Le parece si salimos de aquí y tenemos esa cita… a ciega como organizó su padre?
— Me parece bien, señor Wales — asiente y caminamos a la salida, un hombre baja de una camioneta negra y le da las llaves al pelinegro, me abre la puerta y agradezco entrando a esta.
— No sabía que la hija de Carlos se había vuelto tan hermosa — lo miro intentando recordar si lo he visto de algún lado — Tu padre solía llevarlos a ustedes a las reuniones que hacia el bufe cada año…
— Creo que nunca te he visto, llevo 5 años sin asistir a una reunión — explico sabiendo que íbamos cuando mi madre aún vivía.
Asiente sin decir nada hasta que llegamos a un restaurante súper lujoso, él nota mi cara de aburrimiento o eso quiero creer.
— Bien… ¿te gusta las hamburguesas callejeras? — pregunta de repente — No quiero ser de esos tipos que te quieran impresionar — dice sonriendo mostrando su perfectos dientes.
— Me encantan — digo y asiente riendo y arrancando el carro.
Puede que no sea un tipo aburrido después de todo, no todos los hombres pueden ser tan aburrido.
Miranda. Jueves, 20, Septiembre, 2029. Milán me ha elegido como su madrina de boda, sí, se casará con una mujer que conoció hace 10 años, la conocí en la noche de su compromiso, era la misma que George miraba con cierto amor, esa noche no me cruce para nada con él, tenía que olvidarlo, por suerte o mala suerte para mí, mi padre empezó a envíame a citas a ciegas con hombres de negocios, todos aburridos. Conociéndome, mandé a volar a todos así logrando rechazar a los 4 candidatos de mi padre pero no esperaba que tuviera un último comodín que pues no logré rechazar al son de hoy. Suspiro viendo la sala de espera en donde esta Richell, George y yo en espera de que llegue Milán o Bar para salir de esta incómoda situación. George me mira pero yo simplemente me levanto y llamo a Milán recordando que Axel me ayudó a reservar un restaurante, uno de los mejores. — Tienes suerte de que soy tu madrina de boda, reser
Miranda.— No pensé que estuvieras aquí… — ríe — Conduce, no te estás perdiendo de nada — digo y asiente arrancando la camioneta.— Te ves increíble, no sabía que eras de vestirte tan… sexy — dice haciendo que me sonroje.— Gracias… vamos a tu departamento, espero que tengas más de dos vinos — se ríe y conduce a su edificio.— Tienes suerte de que compre tres botellas después de la otra noche — dice saliendo de la cocina poniendo la botella en la mesita ubicada en el medio de los tres sofás de su pequeña sala, río sentándome en el sofá grande cuando se vuelve a ir a la cocina.Me quito mis tacones y me pongo cómoda quitándome el moño que cargaba, Axel regresa y se sienta en el mismo sofá que yo dejando en la mesita una bandeja c
Miranda.Lunes, 31, diciembre, 2029.Elimino y acomodo todo los archivos que tengo en la pc, comienzo a mover mi pie en desesperación por quererme ir y poder llegar a tiempo al mercado para mi invernación, este sería mi primer año nuevo sola en mi apartamento, no tenía ganas de ver a nadie.Me levanto para tocar la puerta de la oficina de mi jefe hasta que escucho la voz de mi hermano hablar.— Mi hermana está con George— escucho, fruncí mi ceño sin entender lo que dice este rubio oxigenado — Los vi con mis propios ojos cuando se besaban, no es porque le investigue la vida a Miranda, no, o sea si soy investigador privado pero no para investigar a mi hermana, no, eso es invadir su vida privada pero que salga con George ya es otro nivel de...Niego sin saber sin entrar y golpearlo o esperarlo ahí y golpearlo por meterse en mi cosas
George.Lunes, 04, Junio, 2029.Miro los exámenes y el historial médico de Milán, suspiro viendo que no hay solución a lo que me pide.— Dime que hay una solución, George.Lo miro y niego volviendo a ver los análisis en donde claramente dice que es estéril por completo desde que aquel accidente de hace 10 años en donde casi vuelve a perder la vida como su hermano gemelo.— Lo siento, Milán, pero no hay solución, se podría hacer un nuevo tratamiento de inseminación artificial, pero es un proceso largo y no está del todo comprobado de que funcione ya sería gastar tiempo así que lo siento otra vez.Digo, rueda los ojos suspirando recostándose en la silla, se le veía preocupado por no tener hijos cuando hace 10 añ
George.Jueves, 30, agosto, 2029.Miraba algunos documentos en mi consultorios cuando de repente la puerta es abierta por una enfermera que trataba de respirar por lo agitaba que se encuentra, me mira tomando aire.— Su amigo… Milán… — bastó escuchar el nombre de mi amigo para levantarme y salir corriendo a emergencia bajando al segundo piso, al llegar veo a Milán junto al pequeño Cole.— ¿Dónde está Thomas? — pregunto, el pequeño señala la sala de emergencia, entro y lo encuentro con otra pediatra, Thomas siempre había sido el chico con más problemas médicos que su gemelo y Bar estaba al tanto de eso y Milán tiene que ponerse al tanto también.Después de darle un analérgico su alergia se calmó, suspiro relajado porque no fue nada grave como los otros añ
George.Miércoles, 31, Octubre, 2029.Me miro en el espejo, el disfraz que cargo es de gitano, ya que a mi hermana Gloria le dio por querer que nos vistamos todos iguales, Galileo no se quejó pero Gabriel le parecía emocionante y pues no pude negarme.Ya había pasado más de dos horas desde que llegaron todos, no puedo dejar de mirar a Miranda vestida del payaso de It pero versión mujer y debo admitir que se ve jodidamente bien, saco mi teléfono de mi bolsillo y le mando un mensaje apenas veo salir al padre de esta salir de la casa de Gloria, la veo revisar su teléfono, le dice algo a Bar y sale al patio, ya estaba oscureciendo, me detengo tras de ella.— ¿Qué quieres? — pregunta apenas me sintió salir al patio, me mira y suspiro sentándome en la banca, ella se queda parada esperando a que hable primero.— Sé
George.La miro después de haber tenido relaciones, mantenía sus ojos cerrados pero sé que estaba despierta y quería que me respondiera, porque al entrar en ella supe que no era virgen y no sé porque debe importarme eso, nadie llega virgen a los 25 pero creí que ella sí.— Fue con Axel… — responde mi duda, abre sus ojos verdes y me mira, la miro y suspira, cerrando los ojos — No me mires así… por favorSin poder evitarlo me levanto y me pongo la ropa para luego irme y dejarla sola, no sé lo que me sucede pero el solo pensar que ella estuvo con alguien más antes de mí diciendo que le gusto hace que empiece a dudar de sus sentimientos hacia a mí.Jueves, 21, febrero, 2030.— ¿Explícame bien lo que ha pasado, Galileo? — pregunto por tercer vez desde que llegó mi hermano c
Miranda.Lunes, 18, marzo, 2030.Sigo hablando pero Milán no me presta atención dejándome en claro que su mente está en otra parte, según mi hermano, Bar se fue del país con los gemelos, Milán le pidió el divorcio pensando que le fue infiel con su primo y que el hijo que Bar espera no es de él.Suspiro, recibo un mensaje de mi hermano en donde nos invita a un restaurante para festejar algo que es sorpresa, suspiro, me acerco a Milán pensando en si decirle o dejar que George lo haga.— Milán… sé que estas mal pero no te puedo dejar así… así que saldremos y espero que colabores — digo sacándolo de su trance a pesar de que él fue quien la cago por su inseguridad y desconfianza.Se levanta tomando su saco y lo sigo hasta afuera de la oficina, tomo mi cartera y lo agarre del brazo, no