Capítulo212
Los empleados de la posada miraban con envidia esas hermosas piernas largas.

—¡La señorita Soto es realmente hermosa! Miren esa cintura, tan delgada y firme, y esas piernas largas y esbeltas...

—¡Tiene una venda en la rodilla, parece que se lastimó! ¡Pero eso no opaca en absoluto la belleza de la señorita Soto!

—¡No es de extrañar que el señor Andrés no pueda olvidar a su ex esposa! ¡Si fuera yo, la tendría como un tesoro en la palma de mi mano!

Pero justo en ese momento, se escuchó un agudo grito...

—¡Selene, mataste a mi hija, devuélveme a mi hija!

Selene ya estaba acostumbrada a este tipo de situaciones.

Los estudiantes que estaban alrededor se quedaron atónitos, sin poder creer la escena que estaban presenciando.

Selene no tenía intención de detenerla, así que dejó que Ana continuara insultándola.

—Selene, ¿qué pretendes? ¿Cuál es tu propósito al volver? ¿Acaso no descansarás hasta quitarnos todo a los Herrera? Primero le diste una poción de amor a Andrés, no sé qué brujería usaste
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