—Ven conmigo— Andrés miró la rodilla lesionada de Selene a través de sus jeans rasgados y la levantó sin decir una palabra.

Pero en el momento en que se dio la vuelta, entrecerró sus ojos profundos y dijo:

—Es demasiado tarde.

Selene estaba completamente desconcertada durante todo el proceso. Primero, él apareció de repente como un dios, luego dijo que la encontró a través de un gato, y ahora de repente... ¿era demasiado tarde?

—¿Qué? Andrés, no entiendo lo que estás diciendo...— Selene no podía entenderlo, solo siguió su mirada y vio a los trabajadores de Valle Sereno y a la policía corriendo hacia ellos.

—¿Alguna vez te preguntaste por qué estabas con Esmeralda en un almacén?

Selene se quedó perpleja por un momento, de repente lo entendió.

—¿Quieres decir... que el asesino mató a Esmeralda y luego me secuestró, tratando de culparme?

Andrés se rió. Su mujer aún tenía reflejos rápidos.

Luego, la policía llegó y, después de confirmar que Esmeralda no mostraba signos vitales, llamaron