Capítulo153
—Iker! ¿Qué pasa con esa sonrisa que tenías?— Nicolás agarró su oreja directamente. —¿Quién te dio permiso para sonreír de esa manera tan astuta frente a señorita Soto? ¡Sonriendo sin parar, eso no es bueno!

—¡Papá, por favor, perdóname!

Iker nunca imaginó que las cosas saldrían tan mal. Justo cuando intentaba lucir una sonrisa traviesa para ganar algunos puntos, las puertas del ascensor se abrieron, y justo en ese momento, su padre estaba allí afuera. ¡Qué mala suerte tenía!

—¡Soy una estrella de cine, al menos deberías darme un poco de respeto!

Selene apenas podía contener la risa mientras decía:

—Por tu bien, hice que todos los secretarios se fueran a la oficina.

—Señorita Soto, ¡te agradezco mucho!— Iker se veía muy afligido.

No fue hasta que llegaron a la oficina de Selene que Nicolás soltó la oreja de Iker, pero esta vez, con un golpe directo.

—Maldito chico, escuché que detuviste a Yael, estaba a punto de elogiarte, ¡pero entonces te atrapé sonriendo de manera maliciosa a señor
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