Capítulo 129
Selene asintió con firmeza y dijo:

—Estoy segura. La voz de mi primo... no puedo equivocarme.

Hasta ahora, las palabras que Rafael pronunció en el estacionamiento seguían resonando en sus oídos.

—Gracias por la cooperación, señorita Soto. Has pasado por un momento difícil. Deja el resto en nuestras manos— dijo la policía.

—Gracias— asintió Selene hacia ellos y luego miró su mano que él aún sostenía.

Apretó los dientes, mirándolo con enojo.

—¿Cuánto tiempo más vas a sostenerme?

—Hasta el fin de los tiempos— respondió él con seriedad.

Selene lo llamó por su nombre completo:

—¡Andrés!

Él sonrió ligeramente, viendo su expresión enojada y pensando que era adorable.

En ese momento, la puerta de la sala de emergencias fue golpeada.

Damián entró con respeto y saludó:

—Don Andrés.

—¿Se ha averiguado algo?— preguntó Andrés.

Damián negó con la cabeza.

—El otro lado es muy cauteloso. El número de teléfono es un número sin asignar. No podemos rastrear quién es.

Selene estaba confundida, mirand
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