ISABEL.-

Siento como un rayo de sol se posa sobre mis ojos, los abro y siento una respiración bajo mi mejilla, levanto mi cabeza y observo al perfecto adonis que se encuentra a mi lado, recordando el más increíble y alucinante sexo de la noche anterior, trato de moverme y ¡mierda! El dolor en mi vagina me termina de despertar… me levanto de la cama hasta el baño para darme una ducha dejo caer el agua tibia sobre mi cuerpo, comienzo a pasar la esponja por mis hombros, mi mente me juega una pasada y me viene una pregunta ¿Realmente lo quiero como algo ocasional? no, no, desecho esa opcion de inmediato, debo seguir así recordando que su madre y su hermana no me quieren sin siquiera conocerme

De repente siento dos manos sobre mi trasero y me giro

- ¡Buen día guapo! –Digo con mi vos seductora y sonriendo-

- ¡Buen día preciosa! ¿Quieres que te ayude a lavarte?

- ¡Por favor! -Lo tomo por el cuello y lo acerco a mí y lo beso apasionadamente, él me pega a la pared y siento todo su cuerpo cerca