Cuando James y Tom estaban a punto de escapar por una ventana, fueron atrapados por la policía. Los llevaron de vuelta a la sala de interrogatorios, justo donde los esperaban Margaret y los demás. Los oficiales expusieron lo que esos dos estaban tratando, lo cual les daba más razones para inculparlos y encerrarlos en una celda.— ¿Qué estás haciendo, James? — exclamó Margaret —. Sólo estás empeorando las cosas ¿Lo sabes? — Tenía que hacer algo, Margaret. No podía simplemente sentarme aquí y no hacer nada. Lamento habernos metido en este lío, pero tenemos que encontrar una manera de ayudarte a ti y al bebé.Ella se quedó sin palabras y no pudo decir más, porque con la misma se llevaron a James y a Tom para alguna especie de selva.Luego de aquel inquietante episodio, Margaret se sentó nerviosa en la comisaría, su mente se aceleraba con pensamientos de lo que sucedería a continuación. Ella había pedido hablar con un juez y demandar a Alexander, pero las autoridades insistieron en la p
Tatiana paseaba de un lado a otro en la sala de estar de Richard, sumida en sus pensamientos. Estaba decidida a encontrar una forma de rescatar a James y Tom de la comisaría. Sabía que no sería fácil, pero no podía soportar la idea de dejarlos allí por mucho más tiempo. — ¿De verdad puedes hacer esto, Tatiana? — Margaret le preguntó, sus ojos llenos de preocupación. — Tengo que intentarlo — respondió Tatiana, su voz firme.— Pero, ¿cómo? — intervino Richard, preocupado —. La comisaría está fuertemente custodiada.Tatiana respiró hondo y comenzó a explicar su plan. — Usaré mis habilidades de espionaje. Me colaré en la estación de policía disfrazado de conserje u otro miembro del personal. Reuniré información sobre el diseño del edificio y encontraré una manera de sacar a James y Tom sin que se den cuenta.— Margaret y Richard se miraron, sin saber si era una buena idea.— Pero, ¿y si te atrapan? — preguntó Margaret con voz temblorosa. — No lo harán — dijo Tatiana con confianza —. Ya
¡Advertencia! Sutil contenido erótico. Lee bajo tu propio riesgo.Mientras tanto, en el apartamento de Richard, él había quedado emocionado de que ella estuviera justo allí a su lado. En cuanto ella se dirigió hacia donde Ben estaba dormidito, él la agarró de la muñeca para que volteara a verlo ¿Acaso el vino le había hecho algo de efecto? Por inercia, Richard no pudo evitar acercarse al oído de la joven madre:—Al fin solos — musitó con su respiración tibia y excitada, esa que le provocó un escalofrío agradable en todo el cuerpo.Margaret no pudo resistir el acercamiento de Richard y pronto, casi sin darse cuenta, estaban besándose apasionadamente. Sus lenguas danzaban, acariciándose y enviando sensaciones de placer al vientre de Margaret y a la entrepierna de Richard.De pronto, ella sintió el fuego dentro de ella ardiendo más fuerte que nunca. La forma en que Richard la sostuvo en sus brazos la hizo sentir como si estuviera en la cima del mundo. Podía sentir su pasión y deseo p
La mañana había llegado, los rayos de luz se filtraban por cada resquicio del apartamento de Richard. Se habían despertado algo adormilados a causa del insomnio de la noche anterior.Margaret se sentó en el sofá con el bebé en su regazo, dándole de beber su desayuno, mientras Richard estaba ocupado en la cocina preparando el desayuno para ambos. Él era todo un experto en la cocina y eso asombró a la joven madre.Mientras cocinaba, Richard miró por encima del hombro a Margaret y dijo: — No sé si yo también estoy paranoico, pero te juro que, también tengo la sensación de que nos están observando desde afuera o desde adentro del apartamento.Margaret dejó de alimentar a Ben y miró a Richard con asombro.— ¿Qué quieres decir? ¿También has sentido lo que yo desde anoche? — preguntó ella, sintiendo que su corazón se aceleraba con miedo. – No lo sé, aun no lo tengo muy claro — respondió Richard, sacudiendo la cabeza —. Simplemente siento que alguien nos está siguiendo u observando cada uno
Margaret miró el teléfono sorprendida y rápidamente respondió la llamada. Sus manos temblaban y aunque Richard negó con la cabeza para que ella no respondiera. Aun así ella se atrevió a hacerlo y él solo se llevó la mano hacia la frente, con la preocupación saliendo por sus poros.— ¿Hola? — respondió Margaret, agravando un poco su voz para no sonar como ella.Al otro lado de la línea se escuchaba una respiración fuerte y el corazón de Margaret se aceleró con angustia.— Eres una ingrata, Margaret — habló por fin la voz grave de James.Margaret sintió que le volvía el alma al cuerpo.— Oye... No le digas esas cosas — resonó la voz de Tatiana.Msrgaret estaaba tan feliz de que quienes estuvieran al otro lado fueran James y Tatiana. — ¡Hola chicos!, pero... ¿cómo obtuvieron este número? ¡No le dijimos a nadie sobre el cambio! — dijo Margaret con un dejo de preocupación en su voz. — ¡Ay, por favor, Margaret! Usamos nuestras habilidades de espionaje para rastrearte — respondió Tatiana,
Sus dedos apretaron el gatillo y el arma retrocedió con un fuerte estampido. Los ojos de Margaret se abrieron cuando vio el agujero que había hecho en la pared. Su corazón estaba acelerado y respiraba con dificultad. De repente, la voz de Richard rompió su bruma, — Margaret, ¿qué diablos está pasando? Ella se volvió hacia Richard y él vio el miedo en sus ojos. Rápidamente se levantó de la cama y fue a su lado.— Pero, ¿qué pasa? ¿Estás bien?Ella se derrumbó en sus brazos, las lágrimas corrían por su rostro. — Lo vi, Richard. Vi a Alexander por la ventana, y pensé que nos iba a hacer daño. Tuve que dispararle — sollozó. Los ojos de Richard se suavizaron y la abrazó con más fuerza. — Shh, está bien. Fue solo una pesadilla, Margaret. No fue real. Estoy aquí y te protegeré. Con cuidado, le quitó el arma de la mano y la volvió a colocar en la mesita de noche. Luego la llevó a la sala de estar, donde pudieron calmar juntos al bebé que lloraba, angustiado por aquel fuerte ruido de ba
La familia Clark se sentó junta en la sala de estar, cada uno con sus propios pensamientos sobre el hombre que se había infiltrado en sus vidas. Necesitaban planear bien sus movimientos.Albert estaba decidido a descubrir la verdad sobre el sugeto que les estaba proponiendo tal información. Era muy sospechoso que deseara soltar información que no sabrían si era verídica en primer lugar. Pero era tentadora la idea de separar a su hijo de esa mujer que traía muchos problemas a cuestas.La misteriosa mujer los había citado en uno de los restaurantes de lujo que tenía la ciudad. Y para descartar un posible atentado, se valieron de sus más habilidosos guardaespaldas y Alice no los acompañaría, ella sabría qué hacer si a sus padres les llegara a suceder cualquier cosa, era lo único que debía saber, aunque nunca le mencionaron con quien se juntarían, ya que la joven no compartía esa idea desde el principio. Y así partieron rumbo a aquella misteriosa cita que les hacía saltar el corazón de inq
Albert y Rose estaban sentados en su sala de estar, rodeados de montones de papeles, desde que llegaron a la mansión no habían parado de buscar información sobre Alexander. — No debimos aceptar — susurró Albert — ¿En qué estaba pensando? Nuestro hijo podría resultar perjudicado.— Estoy de acuerdo — dijo Rose —. Pero, ¿qué podemos hacer? Ni siquiera sabemos quién es realmente.— Continuemos investigando sus antecedentes — dijo Albert. Descubrimos todo lo que podemos sobre él. Rose asintió con la cabeza. — Ayudaré. Podemos comenzar por revisar sus registros financieros, ver si hay algo sospechoso. Durante los dos días siguientes, los Clark comenzaron su investigación sobre Alexander. Contrataron a un investigador privado para que los ayudara a descubrir cualquier información que pudieran encontrar. Revisaron sus registros financieros, buscaron antecedentes penales o demandas, e incluso hablaron con personas que lo conocieron en el pasado.A medida que profundizaron, descubrieron a