Capítulo 30
Ahora entendía por qué había despertado en el auto de Alexander.

—Serena, no sabes lo preocupado que estaba cuando le dije que estabas inconsciente.

Mientras Laura hablaba, Serena no estaba segura si intentaba agradarle o simplemente compartía su preocupación.

Entonces respondió con cautela:

—¿En serio? ¿Qué tan preocupado?

Laura sonrió con timidez.

—Llevo años en la Corporación Quinn y nunca lo había visto así. Estaba en una reunión con los altos mandos cuando le dije, y los dejó de inmediato para ir a verte. Te llevó en brazos al auto. Parecía muy preocupado.

Al final, Laura le guiñó un ojo:

—El señor Quinn se preocupa mucho por ti.

—¿En serio?

Serena la miró y, como si algo la impulsara, le preguntó:

—¿No viste a otra mujer con él ayer?

Esa pregunta le apagó por completo a Laura las ilusiones de un posible romance en la oficina. Se quedó en silencio, sin saber cómo responder para aliviar la incomodidad.

Recordando la actitud del señor Quinn, Laura había olvidado momentáneamente la p
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