En medio de las bromas y risas de los demás, Alexander bajó la mirada y con rapidez le respondió un mensaje a Serena.[No necesitas el paraguas, mejor regresa a casa.]Cuando ella recibió el mensaje, se sintió un poco confundida y respondió. [¿Pasa algo?]Esperó un momento con la mirada baja, pero él no volvió a responder. Tal vez estaba muy ocupado por eso decidió regresar a casa.—Espera.Alguien la llamó desde atrás, y cuando se dio la vuelta, vio a dos chicas con ropa a la moda acercándose. Una de ellas, alta y con una mirada despectiva, le preguntó.—¿Tú eres Serena Sterling?Con una actitud claramente hostil, Serena mantuvo la compostura y respondió sin bajar la cabeza.—¿Y tú quién eres?—Quién soy no importa, lo que importa es que Camila ha vuelto, así que mejor lárgate de la vida de Alexander.Los ojos de Serena se agrandaron. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que escuchó ese nombre? Tanto tiempo que casi había olvidado que esa persona existía. Su reacción
Alexander la llevó a la fuerza al baño y luego salió. Serena mantuvo la cabeza baja, y solo levantó la mirada y se secó las lágrimas después de quedarse sola. Unos momentos después, cerró la puerta con seguro y sacó del bolsillo el informe de embarazo que le dieron en el hospital.El documento estaba empapado a causa de la mojada que se había dado y las letras ya no se distinguían. Lo que pensaba que sería una sorpresa para su marido ahora parecía innecesario. Después de estar a su lado durante dos años, sabía muy bien que él no se separaba de su teléfono.Él nunca perdería el tiempo enviándole un mensaje solo para que fuera y luego le dijera que regresara. Alguien más debió haber tomado su teléfono y enviado ese mensaje para que ella fuera y se convirtiera en objeto de burla. Probablemente, mientras ella esperaba bajo la lluvia con el paraguas, había un montón de gente arriba riéndose de ella.Serena miró el informe durante un largo rato, luego sonrió con amargura y lentamente lo romp
Antes de la caída de la familia Sterling, los pretendientes de Serena eran innumerables, pero ninguno lograba captar su interés. Con el tiempo, la gente empezó a decir que la señorita era altiva. Sin embargo, cuando su familia se vino abajo, un grupo de hombres comenzó a verla como un blanco fácil y empezaron a hacer apuestas en secreto sobre quién lograría conquistarla.En su momento más bajo, cuando estaba más humillada, Alexander regresó. Él se encargó de esos hombres, haciéndoles pagar un alto precio, saldó las deudas de la familia Sterling y luego le dijo a Serena.—Comprométete conmigo. —Ella lo miró asombrada, él, al ver su sorpresa, le acarició el rostro—. ¿Por qué te sorprendes? ¿Tienes miedo de que quiera aprovecharme de ti? No te preocupes, es solo un compromiso falso. Mi abuela está enferma y le caes bien. Si finges comprometerte conmigo para hacerla feliz, yo te ayudaré a levantar de nuevo el apellido de tu familia.Así que era un compromiso falso, solo para complacer a su
Al día siguiente. Serena se despertó sintiéndose un poco resfriada. Sacó un medicamento del cajón y llenó un vaso con agua tibia. Justo cuando iba a tragarse la pastilla, se dio cuenta de algo, su rostro cambió y corrió al baño para escupirla. Se inclinó sobre el lavabo, enjuagándose la boca para eliminar el amargor del medicamento.—¿Qué pasa? ¿Por qué tanta prisa? ¿Te sientes mal?Una voz masculina fría sonó de repente en la puerta, lo que la hizo sobresaltarse. Miró hacia Alexander, que la observaba con el ceño fruncido. Tan pronto como sus ojos se encontraron, ella desvió la mirada rápidamente y dijo.—Nada, tomé el medicamento equivocado, eso es todo.Luego se secó la boca y salió del baño. Él la siguió con la mirada, pensativo. Desde la noche anterior, su esposa estaba actuando extraño. Después del desayuno, salieron juntos y al mirarla se dio cuenta que aún tenía el rostro pálido, y comentó.—¿Quieres ir en mi coche?Serena, que había pasado la noche anterior bajo la lluvia y no
—De verdad, no es nada. ¿Terminaste el resumen del trabajo de ayer?Enseguida cambió el tema a trabajo. Laura no tuvo más remedio que ir a buscar los documentos organizados y luego le sirvió un vaso de agua caliente.—Si no quieres ir al hospital, al menos toma mucha agua caliente.Laura había sido la asistente que Serena contrató, y aunque siempre trabajaba diligentemente, no tenían relación fuera del trabajo. Por eso se sorprendió al ver que se preocupaba por ella. Sintió un calor en su corazón y bebió algunos sorbos de agua caliente. Al principio se sentía fría, pero después de beber el agua, comenzó a sentirse mejor. Su asistente la seguía mirando con preocupación.—¿Qué tal si hago yo la presentación de hoy? Tú puedes descansar en la oficina. —La jefe negó con la cabeza.—No es necesario, puedo hacerlo yo.Solo estaba un poco indispuesta, no era para tanto. Si cada vez que se sentía mal descansaba y dejaba que otros hicieran su trabajo, acabaría volviéndose perezosa. ¿Y qué haría
Serena suspiró con resignación.—Solo fue un poco de lluvia, no es nada grave. —Dicho esto, se acercó y colocó el informe de trabajo de ayer sobre el escritorio.—Este es el resumen del trabajo de ayer, ya lo he organizado. Tengo otras cosas que hacer, así que los dejo para que sigan conversando.Ella miró a Camila, quien le sonrió de inmediato. Luego salió de la oficina, dejando a su esposo con el ceño fruncido.—¿Alexander?Camila lo llamó, sacándolo de sus pensamientos. Al ver su expresión, se sintió confundida, pero aun así le habló con amabilidad.—Veo que Serena no se siente muy bien. Aunque ahora trabaje como tu asistente, no olvides que antes de la quiebra era la señorita de la influyente familia Sterling. No la trates con demasiada dureza.¿Dureza? Él sonrió internamente. ¿Quién podría ser duro con esa princesa? Sin embargo, no expresó esos pensamientos en voz alta. Solo dijo.—Ajá.***Serena regresó a su oficina con la cabeza y los pies pesados. Apenas se sentó, se desplom
Pero de eso, Serena no estaba al tanto. Ese año, ella también cayó al agua y sufrió una fiebre alta que la dejó gravemente enferma. Cuando despertó, había olvidado muchas cosas, incluyendo cómo había terminado en el agua. Sus compañeros le dijeron que fue por jugar de manera imprudente, y aunque ella siempre sintió que había olvidado algo importante, pero nunca pudo recordarlo. Con el paso del tiempo, esos recuerdos se desvanecieron por completo. Nunca imaginó que Alexander recordaría con tanto fervor a quien le salvó la vida. Ojalá hubiera sido ella quien se lanzara al agua para salvarlo. En su sueño, ella sentía el mismo dolor que en su realidad.Una pesada piedra presionaba su pecho y el dolor de cabeza era insoportable. ¿Por qué no había sido ella quien lo salvó? De repente, apareció el rostro de él, su mirada fría e implacable.—Serena, aborta al bebé. —Junto a él, Camila se aferraba a su brazo como una enredadera.—Si no abortas, ¿pretendes arruinar nuestra relación?La expresió
Serena no podía ir al hospital, si lo hacía, su secreto se descubriría. Era irónico, pero no quería que nadie supiera sobre su embarazo, porque era lo único que le quedaba de su dignidad. Aunque sabía que desde el momento en que aceptó casarse falsamente con Alexander, había perdido esa dignidad.En presencia de su supuesto esposo y de la persona que él amaba, ¿qué dignidad le quedaba? Aun así... bajó la mirada. No podía permitir que todos se enteraran de algo que la haría objeto de burla. Él frunció su ceño al escucharla, giró el coche de manera brusca y se detuvo en la orilla de la carretera.Ella pensando que quería que se bajara, extendió la mano para abrir la puerta. Pero el puso seguro en las puertas bloqueando su salida. A través del retrovisor, la miró con una expresión indescifrable.—¿Por qué no quieres ir al hospital?Desde que regresó empapada por la lluvia anoche, había estado actuando extraño. Serena, manteniendo la calma, respondió.—Si me siento mal, iré por mi cuenta.