Con el alta médica y Amelia abandonada a su suerte por el hombre que juró amarla por el resto de su vida, ella no tuvo más opción que subir al auto que la atropelló, junto a dos desconocidos, sin entender esta nueva etapa de su vida, ¿Cómo podía recuperar su vida? Y si eso no era posible, ¿Cómo podría salir adelante? Ryan iba en el asiento delantero, junto a su chófer, que de vez en cuando volteaba para ver a su jefe quien ahora tenía un brillo en los ojos que nunca, en los varios años que llevaba trabajando para él había visto. —Con cuidado.— le indicaba Ryan a Amelia cuando llegaron a su edificio, él bajó de inmediato para abrirle la puerta, como un caballero empedernido, que estaba urgido de socorrer a su princesa. Amelia no dijo una palabra, parecía que después de no poder oponerse a irse al apartamento de un desconocido, su lengua se hubiese contraído, ella seguía en shock, sumado al dolor que empezaba a sentir en todo su cuerpo por los golpes del accidente, aunque estos no
Mike no tenía pensado llegar a su mansión, esto podría implicar encontrarse a su esposa, la mujer que pudo burlarse de él, dejándolo en ridículo en su trabajo también, porque a pesar de ser el jefe, esto no evitó que recibiera algunas miradas extrañas de todo su personal cuando salió de su oficina.Luego del juego en el que Patricia quería involucrarlo, Mike la envió con su chófer a su casa, necesitaba despejar su mente, este no era momento para pensar en estar con otra mujer, necesitaba relajar o adormecer su mente, él también estaba sufriendo y lo único que pudo pensar fue en intentar ahogar sus penas con alcohol. El amanecer llegó y mientras Ryan se preparaba para visitar a su padre después de varios años sin verlo, Mike llegaba casi sin poder sostenerse en pie a su mansión, ambos habían sido convocados a la misma reunión, donde estarían cuatro Harrison, los más poderosos por supuesto. —Papá, me alegra mucho verte.— saludó Ryan al más viejo de los Harrison, quien llevaba un bas
Para Ryan, esto solo parecía un drama de su padre y con lo mal que se la llevó con toda su familia en el pasado, esto era lo último que quería, una nueva confrontación, cuando a él le iba de maravilla recorriendo el mundo, haciendo más dinero que todos, disfrutando de muchas cosas a la vez. Pero su percepción de la situacion cambió de repente cuando Joan habló después de un largo silencio en el salón, mientras Paul encendía su enorme pipa de marfil, traída de contrabando desde África. —Esto me parece un completo disparate papá, Ryan se la pasa viajando por todo el mundo, haciendo tonterías y ahora vuelve como un supuesto heredero al trono, ¿Me estás jodiendo?— dijo exaltado Joan, mientras Ryan reía en silencio y Mike solo quería terminar con esto, la resaca controlaba su cuerpo, este no era su momento de pelear por nada. —Para eso es esta reunión, uno de ustedes será el elegido y tus peleas no te ayudan, ahora mismo estás al final de la lista.— respondió calmadamente Paul, su f
— Estoy bien, gracias por preguntar, ya es hora de que me vaya, ya has hecho suficiente por mí.— respondió Amelia, evitando la mirada de Ryan, que era muy intensa y dominante, justo como a ella le gustaba que la viera un hombre, pero su corazón aún le pertenecía a otro, sin importar el daño que le hubiera causado en las últimas horas. — Yo lo causé, aunque entiendo tu incomodidad, solo dime donde vives y ahí te llevo.— dijo Ryan, entendiendo que no podía presionarla demasiado, ya tendría el tiempo de conocerla mejor, ella no podía salir de su visa así nada más. — Me iré en taxi, no te preocupes, además, creo que ya puedo caminar mejor.— mintió Amelia, pero quedando en descubierto cuando intento dar un paso sin sus muletas y caía a los brazos de Ryan, quien afortunadamente la atajó antes de que esta cayera al suelo. — Por supuesto que aún no estás bien, ¿Estás segura de que tienes un lugar a donde ir? Porque tengo la ligera sospecha de que me estás mintiendo sobre es
Desde su graduación en una de las escuelas culinarias más prestigiosas de París, Ryan solo había cocinado unas pocas veces y todas habían sido para Alison, quien degustaba felizmente de cada bocado, sobre todo del postre. Ahora, a pesar del pequeño incidente con las verduras, Ryan volvía a preparar una exquisitez que sirvió generosamente, pero no lo entregó él como tenía pensado, le ordenó a una de sus empleadas que lo hiciera, él necesitaba estar a solas para poder pensar todo lo que ocurría a su alrededor. —¿Puedo pasar?— preguntaba Stuart, en la puerta del despacho de Ryan, había pasado ya una hora desde el incidente en la cocina.—Creo haberte pedido un momento a solas.— respondió Ryan con cara de pocos amigos. —No entiendo por qué te enrollas tanto, si, es la esposa de tu sobrino, pero no has hecho nada malo, lo que ocurrió fue un accidente.— dijo Stuart, creyendo que todo moría aquí, solo era una chica muy hermosa, alguien por quien cualquier hombre moriría por estar, p
Para Ryan, con cada segundo que pasaba el tormento en su mente se incrementaba, eran más las preguntas que respuestas las que tenía y por esta razón debía mantener la mayor cantidad de tiempo a la esposa de su sobrino a su lado. Ellos definitivamente no estaban bien, Amelia estaba desaliñada al momento del accidente y esto significaba que algo ocurrió para que Mike la echara del edificio, ahora, ¿Por qué Amelia hizo lo que hizo en ese hotel? ¿Mike envió a su propia esposa a seducirlo para tener alguna oportunidad de quedarse con la empresa?Nada tenía sentido, sobre todo por lo que dijo su abuelo, quien aparentemente le tenía mucho aprecio a Amelia y que Mike pensara en hacer esto no encajaba en lo absoluto. —Mientras ella siga aquí, debes investigar todo sobre su vida, presente y pasado, hay algo que no cuadra y necesito saberlo antes de alejarla.— sentenció Ryan, indicándole con un simple gesto a Stuart que lo dejara solo. Stuart estaba completamente en contra de esto, pero
Decir que esta había sido la peor noche en la vida de Amelia, era algo bastante simple de saber, ella no pudo cerrar los ojos por más de treinta segundos seguidos esperando el amanecer, aunque tampoco sabía lo que haría cuando éste llegara. La eterna oscuridad de la madrugada había sido un gran tormento para Amelia, no sabía de dónde podría salir la persona encargada de hacerle daño, haciendo que sus nervios estuvieran alterados por toda la noche. La decisión que tomó era una difícil de asimilar, estaba relativamente cerca de la casa de su aún esposo, así que junto a los primeros rayos del sol, emprendió una larga y difícil caminata hasta ese lugar, sin saber con lo que se encontraría ahí. —¿No has dormido nada?— le preguntó Stuart a su jefe al verlo sentado en la sala con una botella de escoses prácticamente vacía. —Debí ir detrás de ella, en su estado, debió ser muy difícil estar en la calle.— respondió Ryan, disimulando su borrachera y sus verdaderos sentimientos.—Eso
—Debo resolver algo en la empresa, vuelve a ponerte cómoda, ya tendremos tiempo de hablar, le diré al doctor Stone que venga cuanto antes.— Dijo Mike después de unos segundos, evitando el contacto visual directo con su esposa, para él, esto también era difícil.—De acuerdo, no te preocupes por mi pierna, ya está curando bastante bien, gracias por todo.— respondió Amelia, esperanzada, sintiendo que su vida podría volver a ser igual que siempre.Sin decir nada más, Mike se retiraba, no podía seguir viendo a Amelia a los ojos, en su interior no quería hacer esto, ella había fallado, sí, pero engañarla de esta forma no era para nada correcto. Amelia subió a su habitación, estaba impecable, a pesar de que su esposo se había levantado recientemente.Todo estaba igual, exactamente como cuando ella se había ido hace unos cuantos días, pero ella no era la misma, su corazón quería explotar de emoción y felicidad, aunque su mente, exigía racionalidad, Mike había sido claro cuando la botó,