Para Ryan, esto solo parecía un drama de su padre y con lo mal que se la llevó con toda su familia en el pasado, esto era lo último que quería, una nueva confrontación, cuando a él le iba de maravilla recorriendo el mundo, haciendo más dinero que todos, disfrutando de muchas cosas a la vez. Pero su percepción de la situacion cambió de repente cuando Joan habló después de un largo silencio en el salón, mientras Paul encendía su enorme pipa de marfil, traída de contrabando desde África. —Esto me parece un completo disparate papá, Ryan se la pasa viajando por todo el mundo, haciendo tonterías y ahora vuelve como un supuesto heredero al trono, ¿Me estás jodiendo?— dijo exaltado Joan, mientras Ryan reía en silencio y Mike solo quería terminar con esto, la resaca controlaba su cuerpo, este no era su momento de pelear por nada. —Para eso es esta reunión, uno de ustedes será el elegido y tus peleas no te ayudan, ahora mismo estás al final de la lista.— respondió calmadamente Paul, su f
— Estoy bien, gracias por preguntar, ya es hora de que me vaya, ya has hecho suficiente por mí.— respondió Amelia, evitando la mirada de Ryan, que era muy intensa y dominante, justo como a ella le gustaba que la viera un hombre, pero su corazón aún le pertenecía a otro, sin importar el daño que le hubiera causado en las últimas horas. — Yo lo causé, aunque entiendo tu incomodidad, solo dime donde vives y ahí te llevo.— dijo Ryan, entendiendo que no podía presionarla demasiado, ya tendría el tiempo de conocerla mejor, ella no podía salir de su visa así nada más. — Me iré en taxi, no te preocupes, además, creo que ya puedo caminar mejor.— mintió Amelia, pero quedando en descubierto cuando intento dar un paso sin sus muletas y caía a los brazos de Ryan, quien afortunadamente la atajó antes de que esta cayera al suelo. — Por supuesto que aún no estás bien, ¿Estás segura de que tienes un lugar a donde ir? Porque tengo la ligera sospecha de que me estás mintiendo sobre es
Desde su graduación en una de las escuelas culinarias más prestigiosas de París, Ryan solo había cocinado unas pocas veces y todas habían sido para Alison, quien degustaba felizmente de cada bocado, sobre todo del postre. Ahora, a pesar del pequeño incidente con las verduras, Ryan volvía a preparar una exquisitez que sirvió generosamente, pero no lo entregó él como tenía pensado, le ordenó a una de sus empleadas que lo hiciera, él necesitaba estar a solas para poder pensar todo lo que ocurría a su alrededor. —¿Puedo pasar?— preguntaba Stuart, en la puerta del despacho de Ryan, había pasado ya una hora desde el incidente en la cocina.—Creo haberte pedido un momento a solas.— respondió Ryan con cara de pocos amigos. —No entiendo por qué te enrollas tanto, si, es la esposa de tu sobrino, pero no has hecho nada malo, lo que ocurrió fue un accidente.— dijo Stuart, creyendo que todo moría aquí, solo era una chica muy hermosa, alguien por quien cualquier hombre moriría por estar, p
Para Ryan, con cada segundo que pasaba el tormento en su mente se incrementaba, eran más las preguntas que respuestas las que tenía y por esta razón debía mantener la mayor cantidad de tiempo a la esposa de su sobrino a su lado. Ellos definitivamente no estaban bien, Amelia estaba desaliñada al momento del accidente y esto significaba que algo ocurrió para que Mike la echara del edificio, ahora, ¿Por qué Amelia hizo lo que hizo en ese hotel? ¿Mike envió a su propia esposa a seducirlo para tener alguna oportunidad de quedarse con la empresa?Nada tenía sentido, sobre todo por lo que dijo su abuelo, quien aparentemente le tenía mucho aprecio a Amelia y que Mike pensara en hacer esto no encajaba en lo absoluto. —Mientras ella siga aquí, debes investigar todo sobre su vida, presente y pasado, hay algo que no cuadra y necesito saberlo antes de alejarla.— sentenció Ryan, indicándole con un simple gesto a Stuart que lo dejara solo. Stuart estaba completamente en contra de esto, pero
Decir que esta había sido la peor noche en la vida de Amelia, era algo bastante simple de saber, ella no pudo cerrar los ojos por más de treinta segundos seguidos esperando el amanecer, aunque tampoco sabía lo que haría cuando éste llegara. La eterna oscuridad de la madrugada había sido un gran tormento para Amelia, no sabía de dónde podría salir la persona encargada de hacerle daño, haciendo que sus nervios estuvieran alterados por toda la noche. La decisión que tomó era una difícil de asimilar, estaba relativamente cerca de la casa de su aún esposo, así que junto a los primeros rayos del sol, emprendió una larga y difícil caminata hasta ese lugar, sin saber con lo que se encontraría ahí. —¿No has dormido nada?— le preguntó Stuart a su jefe al verlo sentado en la sala con una botella de escoses prácticamente vacía. —Debí ir detrás de ella, en su estado, debió ser muy difícil estar en la calle.— respondió Ryan, disimulando su borrachera y sus verdaderos sentimientos.—Eso
—Debo resolver algo en la empresa, vuelve a ponerte cómoda, ya tendremos tiempo de hablar, le diré al doctor Stone que venga cuanto antes.— Dijo Mike después de unos segundos, evitando el contacto visual directo con su esposa, para él, esto también era difícil.—De acuerdo, no te preocupes por mi pierna, ya está curando bastante bien, gracias por todo.— respondió Amelia, esperanzada, sintiendo que su vida podría volver a ser igual que siempre.Sin decir nada más, Mike se retiraba, no podía seguir viendo a Amelia a los ojos, en su interior no quería hacer esto, ella había fallado, sí, pero engañarla de esta forma no era para nada correcto. Amelia subió a su habitación, estaba impecable, a pesar de que su esposo se había levantado recientemente.Todo estaba igual, exactamente como cuando ella se había ido hace unos cuantos días, pero ella no era la misma, su corazón quería explotar de emoción y felicidad, aunque su mente, exigía racionalidad, Mike había sido claro cuando la botó,
Pasaron tres meses exactamente desde la peor noche de San Valentín en la vida de Amelia, bueno, fue mala por las repercusiones inmediatas, porque en el momento fue algo memorable, así su mente no recordara nada después. —Imprimí tus correos importantes, Ryan, ¿Necesitarás algo más?— dijo Stuart, antes de salir del despacho de su jefe, necesitaba hacer unas diligencias personales así que debía terminar todos sus pendientes. —¿Hay algo importante?— preguntó Ryan, viendo algo en su teléfono, sin darle mucha importancia. —Nada nuevo, bueno, hay uno con el sello Harrison, supongo que tu padre hará otra reunión.— respondió Stuart, dejando ese correo de primero para su jefe.— saldré un par de horas, estaré al pendiente de mi celular para cualquier cosa que necesites.—Tomate el día, hoy no necesitaré nada más, gracias.— dijo Ryan, gentilmente, era el mejor jefe con que cualquier persona podría soñar.—Hasta luego.— se despidió Stuart, quien estuvo a punto de salir completamente
En un abrir y cerrar de ojos, los tres días que separaban a la invitación con el evento, terminaron. Así que Ryan, eligiendo su mejor traje, se alistaba para emprender el camino a la mansión de su sobrino, donde estaba la mujer que había robado su corazón por completo, sin saber qué esperar cuando ella se enterara de quien era él en realidad. — ¿A dónde vas tan elegante?— le dijo Ryan a Stuart, cuando lo vio en la sala, dando los toques finales a su traje.— Al mismo sitio al que vas tú, ¿O no se aceptan sirvientes en esa celebración?— respondió suspicazmente Stuart, sabiendo que esto irritaría a su jefe.— Por Dios, sabes cuanto detesto que te refieras a ti mismo de esa forma, yo no tengo sirvientes, y si ese fuese el caso, tú no serias uno de ellos.— masculló Ryan, evidentemente molesto.— creí que no querías que fuera a esta fiesta.— Por supuesto que estoy en contra de que asistas a esa casa, pero tú eres el jefe y nada de lo que diga o haga te hará cambiar de opin