Narra Mariam. El sonido de mi teléfono me despierta, es medio día, y la verdad no recuerdo a qué hora me quedé dormida. Toda la noche me la pasé pensando en lo que Mel y Natalia me dijeron, y de verdad a quien quiero engañar, estar cerca de Daniel me desestabiliza, mis emociones se vuelven un caos. Todavía no asimilo, lo que paso anoche. Y si las chicas tienen razón y él actuó así porque todavía siente algo por mi. No, no, no, eso no puede ser verdad, el se caso y si ya esta divorciado, pero... Será mejor levantarme y darme una ducha, eso es lo que necesito para relajarme. Después de terminar de ducharme y medio arreglarme, tomé mi celular, necesitaba hablar con mi hermano, aunque sabía que si le decía algo sobre Daniel, me pediría de inmediato que me regresará para California. Aún así decidí llamarlo, él era mi confidente también, es el mejor hermano que me pudo tocar. Mi hermano me contesta al primer tono — hermanita, hasta que te acuerdas de mi. — sonrío. — eres un exagerado,
Estamos en su inmensa oficina, confieso que me da un poco de temor estar aquí los dos solos, pero esta bien lo voy a escuchar, y le daré la oportunidad y el beneficio de la duda, solo espero que mi lado necio no salga. — ¿Y bien? ¿De que quiere hablar señor Harrison? — pregunto, y doy gracias a dios que el esta lejos de mi, debo reconocer que su cercanía me pone nerviosa. Él me mira y trata de buscar mis ojos pero yo desvío la mirada. — yo quiero saber Mariam, quiero saber ¿por qué nunca me contestaste las cartas que te envié? Quiero saber ¿Por qué no contestabas mis llamadas? Quiero saber ¿Por qué te fuiste a estudiar lejos de California? Quiero saber ¿Por qué dejaste de amarme? — de verdad que no entiendo sus preguntas. — ¿De que cartas hablas Daniel? ¿Cuáles llamadas? Y yo nunca salí de California, te espere siete años Daniel, siete largos años, con la esperanza de que tú un día regresaras por mí, por esa promesa que hiciste en el aeropuerto siete años Daniel siete años en los q
Narra Mariam. Es increíble, ha pasado un mes, aun nos estoy segura de lo que siento por él, pero se ha portado muy lindo conmigo, al final el me conoce y sabe lo que me gusta. Jack me ha invitado a su casa, dice que su madre quiere conocerme, porque ya está arta de que siempre habla de mi. Somos muy buenos amigo, si lo sé, lo conozco hace apenas un mes y semanas, pero siento que lo conozco de toda la vida. Llegamos a una gran mansión, a decir verdad es mas grande que la de mis padres, pero es porque aquí viven los abuelos de Jack. Por lo que me ha contado, después de la pérdida de su hermana, los padres de su madre y de su padre decidieron vivir junto a la señora, porque ella quedó muy devastada, y quien no lo estaría, no se que se sentirá, perder un hijo. Todos están en la sala, pero yo me llevo una enorme sorpresa. La madre de Daniel esta aquí junto a un hombre ya mayor, supongo que es el abuelo de Daniel. — Buenas tardes a todos. — saluda Jack. — Mamá. — él se dirije a una señ
Llegue a casa, y no puedo negar que muero de ganas por ver esa foto, pero no ahora. No puedo pedírsela a mi abuela, ella sospechara, y no puedo hacer eso, ya nos han roto las ilusiones otras veces. Ya han venido con el cuento de que la han encontrado, al parecer mi madre siempre busca en ellas una marca de nacimiento y una medalla que ella misma le mando hacer, días después de que mi hermana nació, esa medalla es especial, y cuando mi madre pregunta por ello, esas personas no saben que responder. El mundo está tan jodido, que con tal de sacar dinero utilizan cualquier cosa, incluso el dolor. En mi cabeza rondan las palabras de Daniel, y las de mi abuela, también esa sensación que tengo de protegerla. Y si Mariam es mi hermana perdida. Yo realmente seria feliz. Antes de sacar conclusiones será mejor investigar, y veré que resultado sale. Contrataré a un investigador privado y que él se encargue de investigar en California, yo aquí veré, que es lo que puedo investigar de Mariam, obvia
Narra Mariam. Me despierto, con el cuerpo algo adolorido y un fuerte dolor de cabeza, miro a mi alrededor y me doy cuenta que no es mi habitación, intento levantarme, y es ahí donde me doy cuenta que hay alguien abrazándome, giro mi cabeza y me encuentro con el rostro dormido de Daniel. Oh Dios mio que he hecho, estoy desnuda en su cama y él... También lo está, porque demonios no recuerdo nada, intento despertarlo y después de varios intentos él despierta. Él me mira desconcertado y yo cubro mi cuerpo con la sabana. — ¿Mariam? — dice él, y esta igual o más desconcertado que yo. — Daniel ¿que pasó? Tú ayer me sacaste del club y... Tú y yo no.... — Niego con la cabeza, él se talla la cabeza con un signo de frustración. Me levanto envuelta en la sabana, busco mi ropa pero no la veo por la habitación. Daniel se queda sentado en la cama, puedo ver su torso desnudos y me sonrojo. Yo aún no puedo creer que haya pasado la noche con él, y no me acuerdo de nada, de verdad ¿que demonios pasó?
Narra Daniel. Después de ver salir casi corriendo a Mariam, decidí darle su espacio y no la seguí, después me arrepentí, al ver que su bolso está aquí, supongo que se lo daré el lunes, o mañana no lo se, lo único que sé, es que tengo que ir a ese club y averiguar que fue lo que paso. Tomo la llaves de mi auto. Salgo de casa a prisa. Llego al dichoso club, Damián el el dueño de este y es un viejo amigo mío y de Jack, así que me dejan entrar, se a la perfección que el se encuentra aquí en estos momentos, pues es un maniático de la perfacion según se, y le gusta que todo a su alrededor esté en orden justo como a él le gusta. - Oh, viejo amigo, que milagro, verte por aquí y tan temprano. - dice con una sonrisa. Sonrisa que se esfuma caundo hablo. - dime Damián. ¡De verdad eres tan perfeccionada en tu trabajo, que se te escapó que anoche mi novia fue drogada y si no hubiera sido por mi, sepa dios con quien hubiera estado! ¡Ah! ! ¿Comprendes esta situación? - asiente con la cabeza y mir
Narra Mariam.Debo reconocer que el domingo se me paso demasiado rápido, pues ya es lunes y no tengo ni mi celular ni mi bolso, así que tomo otro y pongo unas cuantas cosas en el, tomo dinero oara irme en el autobús, porque si, mis queridas amigas están dormidas cual piedras, bueno la única ventaja de todo esto es que es temprano y yo quiero llegar antes que Daniel. Salgo del departamento y me encaminó a la parada de autobuses, pero mi uida se ve interrumpida al ver el auto de Daniel estacionarse frente a mí. - Sube. - me dice y yo volteo a ver a todas partes, como si no me estuviera hablando a mi. - Mariam, sube por favor, necesitamos hablar. - dice en tono desesperado y le hago caso. Subí a auto y saludo. - Buenos días jefe. - digo y el me mira., pero no dice nada, solo asiente y maneja rumbo a no se donde. - Daniel yo... - Quier hablar primero Mariam. - dice interrumoiedome y estacionado el auto en una via, que aún no conozco. - Sé que te dije que te daría tu tiempo para pen
Narra Alice. Roberto llega hoy de Londres, realmente no saben, las ganas que tenía de ir y ver a Mariam, es mi hija y he sido una mala madre con ella, lejos de ayudarla y apoyarla, solo la he hecho sufrir. Las palabras de Mónica, aquel día, me hicieron darme cuanta, de lo equivocada que estaba, no debí hacerle caso, no debí confabular con ella, para separarlos. Me cege, no quería que Mariam, se quedara en un lugar con una mujer tan frívola como Mónica. La conozco desde hace muchos años, es una mujer que solo busca el dinero. Y pensar que años atrás fue mi amiga. El rencor que ella tiene, es por mi culpa, todo ese odio que siente por mi niña, es por mi, y me da temor pensar que es lo que puede hacerle a Maríam estando en Londres, sé que Daniel la cuidara, pero me aterra el hecho de pensar que ella está allá sola, sin ninguno de nosotros para protegerla.Ella es capaz de todo, ella y su padre son iguales, los mueve el poder, solo que él hizo un mal manejo de su dinero y quedó en la b