Desperté en un sitio totalmente familiar para mí, estaba en la casa de mi madre. Casi no podía respirar, tenía una presión en el pecho que se hacía más grande conforme pasaban los minutos. Temí no poder seguir respirando y morir ahogada.—¿Sara? —preguntó una voz, entrando a mi cuarto.Reconocí de inmediato a mi madre, que tenía una taza de té en sus manos. Su mirada llena de amor me hizo sentir culpable, por alguna extraña razón.Intenté recordar que había pasado, porque me sentía tan mal. Pero por mucho que lo intentara, no lograba recordar nada.—Estaba en el trabajo, es todo… Supongo. —dije, con la voz rugosa por el dolor.Comencé a respirar mejor, el aire se filtraba por mis fosas nasales. La presencia de mi madre me tranquilizaba. Ella se sentó en la cama, sonriente.—Linda, te trajo uno de tus compañeros de trabajo. Me ha dicho que te desmayaste. —dijo mi madre, negando con la cabeza. —Eso por salir sin desayunar, me lo imagino. Hace mucho que no llamas…—Perdón. —contesté de i
Comencé a sentir una extraña sensación en la boca, un sabor amargo que luego se tornó dulce. Era sangre, en mis labios. Me hallaba en otro sitio también, no estaba en mi casa. Era un lugar oscuro, me di cuenta que era un edificio por los sonidos del exterior.—Has despertado. —dijo una voz, a mi lado.Estaba tan oscuro que no podía ver quien era, pero la voz me resultaba vagamente familiar.Respiré profundo, por algún motivo, no tenía miedo, a pesar de no estar en mi casa. Mi memoria estaba muy fragmentada, era como si tuviera una laguna dentro de mi propia cabeza.El extraño caminó hacia mí y me tendió un espejo, para que me mirara. Obedecí, sin preguntarme nada, era como si no tuviera voluntad propia.Al mirar mi reflejo, contemplé una imagen aterradora de mi misma. Mis ojos estaban rojos como la sangre, mi boca también.—Acaso… ¿Qué demonios soy? Que me ha sucedido… —empecé a decir, tan confundida que apenas si podía tartamudear un par de frases.—No eres un vampiro, si eso piensas
Podía llevar a Kily en mis brazos con mucha facilidad. Mi fuerza había aumentado drásticamente cuando Zem me convirtió en uno de los suyos. Comprendía que mi vida cambió de golpe al transformarme. Por alguna razón, no me preguntaba porque lo había hecho, sino que lo agradecía. Era como si quisiera ayudarlo. Mi voluntad era suya, todo lo que él quería para mí, era incuestionable.Llevábamos tres días caminando, estábamos cerca de la mansión de la que me habló Zem. El quería que yo desempeñara un papel especifico. Me dio instrucciones claras. Yo tendría que decirle al alfa que era una muchacha que quería hacer lo correcto, que logré rescatar a Kily de los monstruos pálidos y que ahora, intentaba ganar su lealtad. No creí que me creyeran, el alfa se veía demasiado peligroso. Zem dijo que debía escoger con cuidado las palabras, porque ellos podrían olfatear la mentira.Llegamos a la mansión y empecé a experimentar una sensación muy extraña. Tenía temblores en todo el cuerpo, como si estuv
Un aullido insoportable hizo que me quedara sorda por unos minutos. La cabeza me dolía horriblemente y cerré los ojos por el resplandor de la luz. La loba aprovechó para clavarme sus garras cerca de mi cuello y logró caer al suelo, junto con los otros. Collin me sujetó de los brazos para inmovilizarme, justo cuando estaba por tomar la daga y atacar. Tanya mordió mi brazo, arrastrándome. Dos lobos más llegaron para atacarme. Planeaban matarme lo más rápido posible, para que no pudiera defenderme. Sentí los hilos de sangre caer por mis brazos y piernas, las garras me estaban lastimando y me ardía. —¿Qué demonios están haciendo? —la voz severa resonó en toda la sala.El miedo comenzó a sentirse mientras el lobo ingresaba caminando con elegancia. Era enorme, el más grande de todos y el más feroz. Su aspecto era temible.Cada pared de la mansión tembló, la presencia del alfa era muy imponente. El estaba avanzando hacia nosotros. Los lobos obedecieron la orden de detener el ataque y aleja
Cuando Collin comenzó a hablar, palidecí de golpe, me quedé sin palabras. El lobo que antes se mostró tan cortes y tímido, ahora decía un montón de mentiras sobre mí.Todo lo que él estaba diciendo no tenía sentido para mí, decía que yo no era la mujer que alguna vez amó Mark. Pero yo no lo conocía…Eran estrategias para engañarme, me dije a mi misma. No cedería ante ellos. Zem me había dicho y preparado para todas estas situaciones. Por lo cual, guardé silencio, mirándolos con incredulidad y miedo. Quería que me vieran vulnerable, a punto de llorar. Mis ojos enrojecidos por la rabia podían confundirse con tristeza. Escondí mi rostro con mis manos.Mark se esforzaba por defenderme, pero los otros estaban tan sedientos de mi sangre que no cedían ni un poco, aunque fuera el alfa.—Se quedará esta noche, mañana se marchará y no volveremos a verla. —dijo al fin, luego de horas interminables de discusiones. Mark me miró y tomó mi mano. —No dejaré que se vaya de noche, es muy peligroso.—No
Alcancé el climax cuando estuvo dentro de mí, con tanta fuerza que pensé que iba a desmayarme. La mezcla de odio y amor nos generó el mayor de los placeres y eso me encantó. Me gustó tanto que estuve a punto de no seguir con el plan. Quise convencerme a mi misma de abandonarlo todo, de darme la oportunidad de conocer el amor.—Te amo… —dijo Mark, susurrando en mi oído, estaba abrazado a mi cintura.Mordió mis labios con fuerza y me hizo gemir, el placer era constante. Sus enormes músculos se lucían ante su desnudez. Yo estaba refugiada en su fuerza, sintiéndome a salvo.Pero no debía decirme que me amaba, eso lo complicaba aún más. Zem me advirtió que él era un lobo con malas costumbres. Me dijo que, si intentaba marcarme, lo haría para divertirse conmigo y usarme, para luego desecharme y dejarme sola. Era lo que los lobos hacían.Noté sus colmillos cerca de mi cuello y entonces, me di cuenta que lo que decía Zem era completamente cierto. El muy desgraciado quería usarme como su jugue
(POR MARK)Ella se había marchado, así sin decir ni una sola palabra. En un principio, creí que estaba en un gran peligro. Pensé que la habían secuestrado, a mi amada y frágil Sara. Cuando vi lo que se había llevado, comprendí que mi amor no era correspondido.—¿Te sientes como un tonto? —preguntó Kily.Era demasiada insolencia de su parte, gruñí y me alejé. Si seguía provocándome tendría que hacerla pagar.—Sh, no digas nada. El alfa tiene bastante en que pensar. Sabes. Lo que se ha robado es algo importante. —dijo Tanya, con un tono sarcástico y afilado.—No lo comprendo. —murmuró Collin, podía oler su miedo en todo su pelaje. Estaba apestando a temor.—Es que solo un alfa débil dejaría que alguien se llevara de su guarida un arma tan poderosa. —Adren me miró con severidad. Él era mi Beta, su inteligencia era superior y por eso lo elegí.—Deberían callarse todos. —ordené, mostrando los colmillos.Ataqué a Adren por cuestionarme y lo hice sangrar. Clavé mis colmillos en su lomo y le
—Debes dejarme ir… No puedo… —empecé a decir, al ver que Zem no tenía la intención de detenerse.—No quiero, tu eres mía y no quiero el olor a lobo en tu interior. —farfulló, con desprecio.Me aparté de su lado y utilicé la daga para amenazarlo. La sostuve entre mis dedos con fuerza y apunté. Arrojé la daga con todas mis fuerzas y llegó a su brazo izquierdo.—Te mueves rápido. —dijo, abriendo los ojos como platos. Sonrió.La daga había perforado parte de su piel, desgarrando ese punto y haciendo que sangrara. Tomé valor para empujarlo nuevamente. Podía leer sus movimientos, tenía la fuerza de pálido en la sangre y también la velocidad de un lobo. Supuse que era porque había estado con Mark, como si hubiera potenciado mis poderes al estar a su lado.—Loba y pálida, que bonito. Eres una caja de sorpresas. —dijo él, caminando hacia mi lado.—Apártate, no podrás hacerme daño. —advertí, mirándolo fijamente.—Lo sé. —contestó con tranquilidad. —Solo quería probarte.—¿A que te refieres? —pr