Muero de ganas porque conozcan más de lo que hay detrás de cada personaje involucrado, y es que, todos tenemos una historia; la trama empieza a cobrar vida así que...
ME ADELANTO EN LA ACTUALIZACIÓN. =D
(Camila Almeida)
Me he despedido de Alice, camino mientras miro mi reloj de mano, y son casi las 11H11am.
—Vaya, tengo hora espejo. —Me dirijo al auditorio de la facultad de psicología, voy subiendo las escaleras con delicadeza, los tacos me incomodan un poco pero lo disimulo. Me encantan porque estilizan mi outfit y me gusta sentirme así, además lucen tan bien que no me importa lo demás.
—¡Bueno empecemos esto ya! —me digo a mí misma, estoy a punto de tocar la puerta, pero alguien se adelanta a abrirla y es...
Sebastián. Ahora entiendo mi 11.11 sonrío en mi mente.
—¡Hey Camila, bienvenida! —arquea una ceja, enseguida muestro una sonrisa inevitable, levanto la mirada, él es más alto que yo.
—¡Hola Sebas, gracias! —Luce relajado, le acompañan sus lentes medianos de pasta fina dorada, sus ojos grises me miran, carga un jean, una camisa blanca, su saco es de color tabaco al igual que sus zapatos mocasines, combinan bastante bien. —Trato de no morderme el labio inferior, al verlo tan bien puesto. —contrólate Cami, vienes a trabajar. —me reprocho en la mente.
Entro a la sala de eventos, las sillas están distribuidas en dos bloques y la decoración cuelga murales, listones y arreglos florales cerca de la entrada de una manera elegante. La temperatura de los acondicionadores de aire es apropiada, las alfombras ya están tendidas, las cortinas largas y doradas mate le cambian el ambiente a todo.
Saco de mi cartera la libreta de apuntes para repasar los pendientes que tenemos.
—Sebas, puedes comunicarte con el personal del audio, necesitamos probar los micrófonos y la proyección también. —digo mientras me dirijo al pódium, él me sigue. Mis tacos resuenan el piso y me encanta.
—Descuida, David ya se encargó de eso y ya los revisé. —responde.
—¡Perfecto! La decana pidió que removieran las plantas de su oficina y las trajeran acá para decorar la plataforma en la ceremonia. —Menciono mientras hago un par de toques en el micrófono confirmando que todo esté listo con el audio. Ser la hija de un policía y la vida misma, me han enseñado a ser desconfiada.
—Probando, probando. —me coloco detrás del pódium, David, el sonidista desde atrás me hace señas de que sí se escucha a la perfección.
—Hablaré con Fabricio para que me ayude con lo de las plantas. —replica.
—Camila tú ¿confirmaste el personal del Catering?
—Sí, pero déjame y les vuelvo a marcar. ¿Aún no llegan?
—No, aún no llegan. —mis ojos se abren como platos, al escuchar eso.
—Ya regreso, coordinaré lo de las plantas que dijiste para que las traigan de inmediato.
—Gracias Sebas. —Él se retira mientras yo me quedo revisando los nombres que están colocados en improntas doradas sobre la mesa directiva de forma rápida.
—Máster Cecilia Collins vá aquí, Dr. Julian va acá. —digo acomodandolos de lugar.
Le marco al celular de la encargada del catering por lo del coffee break, veo que entran por la puerta principal, vienen cargados de gavetas. —Suelto un suspiro de alivio. —¡Están aquí al fin! —Pienso. En definitiva parece que hoy es un gran día.
Me aproximo hacia ellos, doy las instrucciones con señas de dónde deben ubicarse, ellos se van organizando de a poco. Alcanzo a ver que la subdecana entra por esa misma puerta, se dirige a mí sonriente.
—Camila, cómo vamos, ¿todo en orden?
—Todo en orden Economista. —respondo sin dudar.
—Estamos ultimando detalles, casi que listos.
—Perfecto, vine para saber como iba todo. Y Sebastián ¿Te está apoyando?
—Sí, es más, fue por las plantas que la decana pidió traer al evento, lo esta haciendo personalmente, ya mismo está por aquí.
—Me parece bien, ¿el audio y la proyección?
—Eso ya está resuelto. —digo revisando mi libreta.
—Okay hablaré con Cecilia para que tenga conocimiento de que todo está listo. —indicó mientras buscaba su número en la lista de contactos de su móvil, veo que se retira del lugar para realizar una llamada telefónica. Continúo en lo mío, creo que eso es todo, los manteles, las plantas, el audio, todo está en orden. Los presentadores y los docentes ya estan empezando a llegar, los periodistas están ubicándose conforme a lo acordado.
Sebas y su ayudante entran cargando las macetas que pidió Cecilia, la decana. Abro de par en par las puertas para que pasen sin dificultad; colocan una planta en cada extremo de la plataforma, combinan bastante bien con las luces tenues del lugar. David está en la cabina de audio, y coloca música instrumental para ambientar.
—Camila, ya tenemos todo, hablé con Ronald para que me trajera la cámara y así evidenciar todo con la filmación. —confirma Sebas.
—¡Estupendo! —respondo al escuchar que ha pensado en esos detalles.
—No es el momento pero, ¿Crees que podamos hablar al finalizar la ceremonia?
—¡Ehmm sí claro! —intento controlar mi curiosidad, y sólo asiento.
***
Minutos después, todos empiezan a copar el auditorio.
—Ya es la hora—, indica Sebas a los presentadores.
Entre discursos, condecoraciones y anécdotas que transcurren el programa, aviso al catering para que sirvan el break, y ya luego de algunas horas doy la señal para que concluyan el evento con el vino. Todos formarán parte del brindis por lo que veo. Me percato que Cecilia se dirige al pódium, eso es raro comúnmente las clausuras de eventos las realiza la subdecana. —Pienso
—Bien luego de todo lo dicho, me gustaría que le brindaramos un fuerte aplauso a todo nuestro personal de apoyo que se ha encargado de que este evento se realizara con éxito.
Sebas estaba sentado junto a los docentes, en la parte de adelante. Yo estaba atrás por si necesitaban algo, nos habíamos coordinado incluso las zonas en donde nos podrían requerir, más que colegas, éramos muy buenos amigos, confiábamos el uno al otro en cualquier tipo de eventos y demás. Ambos éramos súper responsables.
Los aplausos envuelven el lugar, me ruborizo un poco al oír la mención que hace la decana, junto a mí estaban las secretarias de las autoridades, ellas también aplaudían, habíamos hecho una agradable amistad. Cecilia retoma la palabra, diciendo que tenía un último anuncio, el silencio invadió al auditorio por completo.
—Antes de finalizar la ceremonia del cierre de semestre de la promoción graduada en la facultad, quisiera comunicarles que, hasta el día de hoy tendremos a Sebas con nosotros, como bien sabemos él ha sido estudiante y docente en la carrera de psicología, un gran apoyo sin duda, pero viajará a Chile para continuar su maestría. En nombre de todos, te expresamos los mejores deseos en cada uno de tus proyectos querido, es una pena dejarte ir pero sabemos que es por un bien profesional. Despidámoslo con un fuerte aplauso.
El auditorio reventó, pues todos le tenían muchísimo aprecio. Sólo sé que, algo dentro de mí se paralizó. No asimilaba la noticia, aún. No pensé que la maestría que en su momento me comentó la haría en el exterior.
—Camila, ¡estás bien! ¿por qué no aplaudes acaso no es tu mejor amigo y colega? —escucho la voz de una de las secretarias que me hace aterrizar.
—¿Qué? ¡Disculpa! ¿Me decías algo?
—Tus manos están quietas mujer, ¿qué pasó? Sebas se nos va y ¿no aplaudes?
—Sí, así lo escuché, claro que me alegro por él. —Aplaudo por inercia.
—Ya regreso voy a confirmar algo con Elina y Mary, sobre la limpieza. —miento a mis compañeras, pues necesito una excusa para salir del auditorio lo más pronto posible.
—Adelante, te esperamos. —responden.
Voy de inmediato al baño, cierro la puerta principal con seguro, me miro al espejo mientras afirmo mis manos sobre el tocador.
—¿Qué te pasa Camila, él es tu mejor amigo, debes desearle lo mejor, no? ¿Por qué te ha puesto así esta noticia?
No entiendo por qué siento una profunda tristeza, es como si estuvieran desprendiendo algo de mí sin saber qué. —Trago saliva.
Tomo algo de papel toalla del dispensador y seco un tanto mi rostro, retocando el maquillaje sin dañarlo. Respiro hondo y lo suelto despacio.
Minutos después, regreso a la sala de eventos, algunos estaban retirándose del lugar, otros estaban tomándose fotos, Sebas estaba con ellos. Pido una botella de agua al personal del catering. Le doy una par de sorbos, mientras estaba sentada en la última fila del auditorio, resoplo algo de cansancio. Sólo veo que de a poco el personal se estaba encargando del desmontaje. Me quedé así por un rato.
***
Más tarde... reviso mi móvil, tengo una llamada perdida de Patrick, decido marcarle enseguida. —Hola, Psicólogo, me estaba llamando, recién me desocupo, dígame.
—Sí Camila, debo hablar contigo ahorita, estoy en planta baja, cerca de la copiadora de la facultad, te espero. —contesta al otro lado de la llamada.
—Oh claro, enseguida bajo. —cuelga, el profesor y amor platónico de mi etapa universitaria, me estaba llamando; pero yo seguía estupefacta con la noticia de Sebas.
Bajo despacio, había poca gente deambulando por allí, de repente en el último escalón alguien me cierra el paso.
***
—Sebastián.
—Disculpa Camila, de esto quería hablarte, la verdad no pensé que lo harían público. —explica tomando mi mano, con una mirada apenada.
—Descuida Sebas, lo bueno es que me enteré, ¡no! Te mereces lo mejor, sé que te irá bien. —finjo sentir alegría cuando por dentro me consume un devastador no se qué, que ni yo misma entiendo.
—¿Era sobre eso entonces de lo que me querías hablar?
—No solo eso Camila, hay algo más, mira lo que sucede es que...
—¡Camila! —exclaman detrás de Sebas, y alcanzo a ver que es Patrick.
—¿Interrumpo algo? —su voz es cálida, pero esta vez suena algo áspera. Sebastian mira de reojo.
—No, para nada. —respondo.
Ellos fueron colegas pero nunca se llevaron bien, desconozco las razones pero eso sigue intacto por lo que veo.
—Camila necesito hablar contigo.
—Puede ser en otro momento, estoy con ella ahora. —Sebas asevera con un tono imponente.
—¿No estabas ocupado con tu fantástica despedida? —espeta Patrick.
Vi que la situación se tornaba fría y sarcástica.
—Hey que sucede aquí, tranquilos! —exclamo mientras me llevo una mano a la cabeza por un momento, con la otra al pecho.
—Esper... no me siento bien... creo que..., —replico, la cabeza me da vueltas, siento algo de escalofríos. Sebas me atrapa en sus brazos, levanto mi mirada perdida en él, pero mis ojos se entrecierran y...
Capítulo 3 - Una oportunidad (Sebastián Cooper) Camila está suspendida en mis brazos, parece que está inconsciente, bajo con cuidado el último escalón en el que estoy para no desplomarnos. —¡Camila despierta! —exclamo mientras la trato de acomodar en mi pecho. Hago una leve presión con mis dos dedos al costado de su cuello, detecto que tiene pulso. Patrick sorprendido empieza a hacer llamadas a la brigada médica de la facultad, algunos invitados se habían ido, y de los que quedaron, sólo se enteraron unos pocos, estaban preocupados con lo sucedido. —¡David! —veo que viene bajando las escaleras, levanto la voz para que me escuche, acelera el paso al verme con Camila en los brazos. —¿Qué le sucedió a la Srta Camila? —cuestiona angustiado. —No sé, de un rato a otro se desmayó, necesito recostarla. —Él asiente enseguida, la cargo conmigo, subo las escaleras despacio. Dav
Capítulo 4 - Invitaciones (Alice Thompson) En estos momentos es donde digo: ¡Te extraño Cami! pero ni modo, hoy me ha esperado un incómodo regreso en metro, todos los asientos estan ocupados, pero menos mal alguien me ha cedido su puesto. *** De pronto... me despiertan unos toques algo ásperos sobre el hombro, un poco aturdida abro mis ojos y, me respingo en mi lugar al ver un hombre casi en frente de mí, repaso rápidamente a mi alrededor y no hay nadie. —Hey Srta, llegamos a la estación, tiene que bajarse. Ya mismo sale la siguiente ruta. —advierte el chofer de turno con algo de prisa. ¡Mierd... me quedé dormida! miro a mi ventana y ya está anocheciendo, las nubes se empiezan a asomar avisando una inevitable tempestad, rebusco
Capítulo 5 - Algo inesperado (Camila Almeida) ¡Ya es tardísimo! Parece mentira todo lo que sucedió hoy, Patrick y Sebas discutiendo por quien me lleva a casa, el desmayo, la noticia de su viaje, el evento. —¡Qué día! —Suelto un respiro. David acaba de terminar una llamada telefónica. Entramos al parqueo. —Ese es mi carro, el blanco que está en el lado izquierdo. —señalocon mi mano, con la otra llevo mi bolsa. —Ya lo vi Srta.Camila. —responde, noto tensión en su voz y en su rostro de un momento a otro. —¿Está todo bien David? —el estacionamiento luce desolado, hay pocos autos en la planta baja. —Le puedo pedir disculpas. —me mira apenado. —¿Qué sucede? ¿Todo bien? —él niega. —Lo que pasa es que no puedo llevarla, acaban de avisarme que me necesitan con urgencia en casa, un asunto personal. —¡Oh comprendo! No se preocupe, pr
Holaaaaaaaa chiks! =) ¿Qué pasará con nuestro Sebas y Cami? Capítulo 6 -Todo cambia en segundos (Sebastián Cooper ) Estoy cansado de callarme esto, no tolero seguir siendo su amigo. Camila siempre me ha dejado claro en los semestres que tiene otros planes y que no quiere saber nada del amor, pero... Mis labios se encuentran humedeciendo los suyos, mi mano está acariciando su nuca, mientras que la otra delicadamente roza su mejilla, pareciera que este beso lo hubiera esperado por tanto y por mucho tiempo. Su mano recorre mi pecho, bajando lentamente a mi abdomen y... &nb
Capítulo 7 – Un pasado Alice Thompson Una mañana radiante se posa en mi ventana. Trato de cubrirme el rostro con mis manos, pero definitivamente las cortinas encienden su color con los rayos del sol, me despierto con algo de sueño habiendo dormido temprano. —Aún no entiendo como este cuerpo mío puede ser así. —me reprocho soltando una risa adormilada. Me estiro, la verdad no quiero levantarme, pero ni modo. Tanteo la cama buscando mi móvil como de costumbre, y leo: un mensaje de Dawson. Mis ojos siguen entrecerrados, pero la curiosidad me puede, doy un toque con mi índice en la opción “leer más...”.“Alice, estuve pensando respecto al baile de Fabricio, y no sé si quieras venir conmigo”. Algo en mi estómago se encoge. Me recargo en el espaldar de mi cama de un solo movimiento para asimilar el mensaje. —Claro, de seguro su amiguita le dijo que n
—Tomen asiento por favor.—Gracias. —respondimos. —Su oficina es bastante amoblada y acogedora, sobre su escritorio tiene bien apilados sus documentos, además de un portanombre, que dice Msc Arturo Watson Ph.D. Vicerrector de Investigación y el logo de la universidad, todo combina con colores neutros, café, negro y dorado mate. Garraspea su garganta para iniciar la conversación. Me aterrizo de inmediato poniendo mi atención en él. —Como sabrán, sus facultades han sido finalistas al proyecto de investigación que estamos realizando respecto al “E-business” y debo admitir que, luego de haber conversado con el comité de estudio, hemos decidido apoyar sus propuestas, pero no por separado, queremos que ustedes se pongan de acuerdo y muestren lo mas relevante de sus trabajos, a tal punto en que puedan unificarlo. Francisco el director de tesis, los ayudará con ciertos lineamientos, a la salida lo van a encontrar, ya está todo coordinado.
Estoy frente al espejo de mi velador, me observo detenidamente, mi mirada ya no es la misma de antes, es un poco dura y es que... ese día marcó mi vida para siempre... me acerco al colgador de carteras que esta junto a mi puerta, rebusco en una de ellas mi bolígrafo, lo encuentro y tacho ese día, rayándolo con fuerza, el color negro ha opacado el azul que tenía aquella tinta, que quiso hacerse inolvidable. —Ese día no pasó nada Alice. —me repito un par de veces.Me alisto para visitar a Camila, —Debo preguntarle si puede acompañarme a la graduación de Fabri y el siguiente sábado al matrimonio de Francis. Hago una coleta en mi cabello. —concéntrate. —me digo para ahuyentar pensamientos que no vienen al caso recordarlos, decido bajar en puntillas, cargo un short corto celeste y mi blusa de bolitas rosa con blanco, aún de dormir. Me dirijo a la cocina para preparar algo de desayuno, abro la alacena en busca de galletas, mientras pongo unas bananas con leche y hoj
Capítulo 8 - Una desilusión(Camila Almeida)Son las once de la mañana.Sebas no se ha levantado aún, no veo a mi madre por aquí parece que ha salido,mi padre sigue en el garaje reparando su auto. Acabo de desayunar unos panqueques y un vaso de yogurt con sabor a frutilla, me he resuelto a ir cuidadosamente a la habitación de huéspedessin ser vista. Debo aclarar todo con Sebas, cómo le explico que he sido reprimente con mi vida sentimental...y que saber la noticia de sumaestríaen el exterior fue eso que necesitaba para darme cuenta de lo que siento por él.—¡Qué infantil Cami!—me reprocho mentalmente.Subo las escaleras con mucha cautela, miro a todos lados por si mi padre se asoma. Eso de ser hija única es complicado, te cuidan demasiado, te ponen límites,