Capítulo 3 - Una oportunidad
(Sebastián Cooper)
Camila está suspendida en mis brazos, parece que está inconsciente, bajo con cuidado el último escalón en el que estoy para no desplomarnos. —¡Camila despierta! —exclamo mientras la trato de acomodar en mi pecho. Hago una leve presión con mis dos dedos al costado de su cuello, detecto que tiene pulso.
Patrick sorprendido empieza a hacer llamadas a la brigada médica de la facultad, algunos invitados se habían ido, y de los que quedaron, sólo se enteraron unos pocos, estaban preocupados con lo sucedido.
—¡David! —veo que viene bajando las escaleras, levanto la voz para que me escuche, acelera el paso al verme con Camila en los brazos.
—¿Qué le sucedió a la Srta Camila? —cuestiona angustiado.
—No sé, de un rato a otro se desmayó, necesito recostarla. —Él asiente enseguida, la cargo conmigo, subo las escaleras despacio. David saca unas llaves del bolsillo de su pantalón y me abre la puerta de atajo a la plataforma del auditorio, entramos y la recuesto con cuidado para no lastimarla.
—¿Qué le pasó a la joven? —replica una pareja de invitados, sus miradas son compasivas.
—Se desmayó, pero no se preocupen, el médico no debe tardar. Todo estará bien. —respondo mientras aclaro mi garganta. Aún no entiendo de donde saco valor al ver a Cami así. Es la primera vez que la veo desmayarse, se la ve tan vulnerable, muy distinta a la mujer firme y segura que siempre la ha caracterizado.
Me retiro el saco y lo coloco como almohada para que repose su cabeza a la espera del médico. Pido un mantel limpio al personal del catering para cubrirle las piernas, lo traen. Me siento cerca de ella tomando su rostro, levemente.
—¿Que sucedió Sebas? ¿Qué le pasó a Camila? —exclamó la subdecana abrumada, al ver la aglomeración de algunas personas.
—Enseguida vienen por ayuda, estábamos hablando y de pronto se desmayó.
—Sí, menos mal el joven la sostuvo a tiempo. —interviene una señora que apreció de cerca el suceso.
Veo a Patrick, entrando con el médico de la universidad, me pongo de pie y le doy espacio para que la chequeen.
—¡Abran paso, por favor! —ordena el doctor a las personas, trae consigo su maletín de primeros auxilios, le toma los signos vitales.
Tratan de reanimarla. Colocan algodón empapado con alcohol, parece que empieza a reaccionar de a poco, se ahoga por un momento, lleva su mano a la boca para toser, y abre sus brillantes ojos azules.
—¿Qué me pasó? —pregunta desconcertada, tallando sus ojos con delicadeza, y mirando a todos lados.
—Tranquila lo que cuenta es que estás bien. —respondo con alivio.
Minutos después, esperamos a que Camila se vaya reincorporando.
—¿Cómo te sientes? —interviene Patrick con algo de preocupación.
—Ya me siento mejor Psicólogo, no recuerdo exactamente lo que me pasó pero creo que ya estoy mas estable, ¡supongo! —le contesta Cami.
—¿Usted tiene problemas cardíacos? —interroga el médico.
—¡Ehm, no doctor! —contesta con voz adormitada.
—¿Tiene algún familiar que sufre de migrañas?
—No, que yo sepa.
—¿Alguna noticia que la haya impactado o estrés?
Su silencio es incómodo por un momento, pero luego responde.
—Ya me siento bien doctor, no se preocupe, quizá fue por la presión del evento. —recoge un poco sus piernas, se sienta en el bordillo de la plataforma, nota que tiene un mantel como cobija cubriendo sus piernas por la falda que cargaba puesta, y de almohada mi saco —esboza una sonrisa. Y nos agradece a todos.
—Entonces, ¿qué mismo tiene doctor? —interrumpo.
—Al parecer es una lipotimia, por la presión laboral que ha comentado, es decir un desmayo por el exceso de fatiga, nada grave pero le enviaré algunos exámenes, para descartar cualquier imprevisto, hágaselos lo mas pronto posible.
El doctor me entrega el recetario y la orden médica. —Aquí está mi número, llámeme para saber como sigue su novia. —Concluye, extiende su mano para entregarme los papeles. Los tomo.
Espera, dijo “su novia”. —Pienso.
—¿Qué? No no, creo que se... —explica Camila en tono de aclaración.
—Okay doctor, le avisaré cómo sigue. —La interrumpo, veo que Patrick se tensa.
Ella me mira sorprendida. El doctor se retira, todos retoman sus actividades. La subdecana abraza a Cami, —Hijita por ahora debes descansar. —Se despide sutilmente, ella sonríe y agradece.
David le entrega su bolsa a Camila; la ayudo a ponerse de pie. Patrick se acerca de nuevo. —¿Te llevo a casa? —interroga.
—Ella tiene quien la lleve, no escuchaste al doctor.
—¿De qué hablas, él malinterpretó las cosas Cooper.
—¡Es en serio! ¿Por qué no eligen otro momento para discutir? —reclama Camila cogiéndose la cabeza una vez más, ambos la tomamos del brazo para evitar otro desmayo.
—¿Te encuentras bien? —decimos al mismo tiempo.
Ella se suelta de los dos y llama a David quien esta cerca, para que la ayude.
—David, ¿puedes acompañarme hasta mi auto? sólo por el tema de las escaleras, yo conduciré no te preocupes.
Él asiente. —Pero ¿Srta Camila, conducirá así? —titubea algo atónito.
—Ya estoy bien, descuida.
—Pediré un taxi para que te lleve a tu casa, ¡cómo crees! —interviene Patrick.
—Gracias por su buena intención psicólogo pero no es necesario, en serio estoy bien. —ella se ruboriza al contestarle, y no entiendo por qué, mientras le “agradece”, llamo a David al disimulo, le pido que él se ofrezca a cambio de unos dólares.—De seguro a él no le dirá que no, así me siento más tranquilo. Prefiero esto, a que acepte algo de Patrick, o peor aún conduzca en ese estado.
David abre sus ojos con sorpresa al escuchar la rápida oferta, y logra acceder. Cami vuelve su mirada hacia mí.
—Srta. Camila, le parece si mejor yo la llevo hasta su casa, así todos estaremos tranquilos, además ya es casi de noche y en su estado no estaría bien que conduzca. —interviene David, ella lo piensa unos segundos, lo noto en su mirada, suelta un suspiro resignado, y termina aceptando sin refutar.
—Esta bien, iré contigo.
—Perfecto, estaré mas tranquilo si él te lleva, en todo caso avísame cuando llegues a casa, luego platicamos lo que quedó pendiente. —comenta Patrick.
—Okay, que tenga buenas noches Psicólogo, gracias por todo. —ella responde de forma diplomática.
—Con todo gusto Camila. —La abraza preocupado—, eso no pensaba verlo, pero después de todo al fin Patrick se despide. Me digo mientras se retira del auditorio.
David la esta esperando en la puerta principal pero Cami se aproxima un poco hacia mí.
—Lamento haber arruinado la buena noticia de tu maestría con mi estúpido desmayo. —eso lo suelta sin filtros, no hay tantas personas a nuestro alrededor.
—No, no es... —estoy apunto de explicar pero ella me interrumpe.
—Gracias por todo Sebas, menos mal estuviste allí. —Su mirada azulada se vuelve cálida y asiente como quien se despide.
—¡Descuida! —Es lo único que alcanzo a decir, sonrío.
Ella toma su bolsa y se dirige hacia David quien está esperándola para ir al estacionamiento, les alcanzo manteniendo un poco de distancia y observo que bajan despacio las escaleras, me regreso al auditorio para dar las últimas instrucciones al personal de desmontaje y de seguridad. Luego de algunos minutos, me retiro del lugar y hago una llamada importante...
***
—¡Perfecto! —afirmo al otro lado de la línea.
Holaaaaaa chiks!!!!!!
¿Adivinan con quién estará hablando Sebas?
¿Qué estará tramando?
¿Después de todo, qué pasó con Alice?
Se los cuento en los siguientes episodios! Atent@s <3
P.D.: Espero estés disfrutando de esta historia, te cuento que ya estan disponibles las actualizaciones en Buenovela, a la fecha vamos 26 capítulos completos. Alice, Dawson, Sebas y Camila estan listos. No te quedes con las ganas de saber qué pasó con ellos. Nos vemos dentro! =)
Capítulo 4 - Invitaciones (Alice Thompson) En estos momentos es donde digo: ¡Te extraño Cami! pero ni modo, hoy me ha esperado un incómodo regreso en metro, todos los asientos estan ocupados, pero menos mal alguien me ha cedido su puesto. *** De pronto... me despiertan unos toques algo ásperos sobre el hombro, un poco aturdida abro mis ojos y, me respingo en mi lugar al ver un hombre casi en frente de mí, repaso rápidamente a mi alrededor y no hay nadie. —Hey Srta, llegamos a la estación, tiene que bajarse. Ya mismo sale la siguiente ruta. —advierte el chofer de turno con algo de prisa. ¡Mierd... me quedé dormida! miro a mi ventana y ya está anocheciendo, las nubes se empiezan a asomar avisando una inevitable tempestad, rebusco
Capítulo 5 - Algo inesperado (Camila Almeida) ¡Ya es tardísimo! Parece mentira todo lo que sucedió hoy, Patrick y Sebas discutiendo por quien me lleva a casa, el desmayo, la noticia de su viaje, el evento. —¡Qué día! —Suelto un respiro. David acaba de terminar una llamada telefónica. Entramos al parqueo. —Ese es mi carro, el blanco que está en el lado izquierdo. —señalocon mi mano, con la otra llevo mi bolsa. —Ya lo vi Srta.Camila. —responde, noto tensión en su voz y en su rostro de un momento a otro. —¿Está todo bien David? —el estacionamiento luce desolado, hay pocos autos en la planta baja. —Le puedo pedir disculpas. —me mira apenado. —¿Qué sucede? ¿Todo bien? —él niega. —Lo que pasa es que no puedo llevarla, acaban de avisarme que me necesitan con urgencia en casa, un asunto personal. —¡Oh comprendo! No se preocupe, pr
Holaaaaaaaa chiks! =) ¿Qué pasará con nuestro Sebas y Cami? Capítulo 6 -Todo cambia en segundos (Sebastián Cooper ) Estoy cansado de callarme esto, no tolero seguir siendo su amigo. Camila siempre me ha dejado claro en los semestres que tiene otros planes y que no quiere saber nada del amor, pero... Mis labios se encuentran humedeciendo los suyos, mi mano está acariciando su nuca, mientras que la otra delicadamente roza su mejilla, pareciera que este beso lo hubiera esperado por tanto y por mucho tiempo. Su mano recorre mi pecho, bajando lentamente a mi abdomen y... &nb
Capítulo 7 – Un pasado Alice Thompson Una mañana radiante se posa en mi ventana. Trato de cubrirme el rostro con mis manos, pero definitivamente las cortinas encienden su color con los rayos del sol, me despierto con algo de sueño habiendo dormido temprano. —Aún no entiendo como este cuerpo mío puede ser así. —me reprocho soltando una risa adormilada. Me estiro, la verdad no quiero levantarme, pero ni modo. Tanteo la cama buscando mi móvil como de costumbre, y leo: un mensaje de Dawson. Mis ojos siguen entrecerrados, pero la curiosidad me puede, doy un toque con mi índice en la opción “leer más...”.“Alice, estuve pensando respecto al baile de Fabricio, y no sé si quieras venir conmigo”. Algo en mi estómago se encoge. Me recargo en el espaldar de mi cama de un solo movimiento para asimilar el mensaje. —Claro, de seguro su amiguita le dijo que n
—Tomen asiento por favor.—Gracias. —respondimos. —Su oficina es bastante amoblada y acogedora, sobre su escritorio tiene bien apilados sus documentos, además de un portanombre, que dice Msc Arturo Watson Ph.D. Vicerrector de Investigación y el logo de la universidad, todo combina con colores neutros, café, negro y dorado mate. Garraspea su garganta para iniciar la conversación. Me aterrizo de inmediato poniendo mi atención en él. —Como sabrán, sus facultades han sido finalistas al proyecto de investigación que estamos realizando respecto al “E-business” y debo admitir que, luego de haber conversado con el comité de estudio, hemos decidido apoyar sus propuestas, pero no por separado, queremos que ustedes se pongan de acuerdo y muestren lo mas relevante de sus trabajos, a tal punto en que puedan unificarlo. Francisco el director de tesis, los ayudará con ciertos lineamientos, a la salida lo van a encontrar, ya está todo coordinado.
Estoy frente al espejo de mi velador, me observo detenidamente, mi mirada ya no es la misma de antes, es un poco dura y es que... ese día marcó mi vida para siempre... me acerco al colgador de carteras que esta junto a mi puerta, rebusco en una de ellas mi bolígrafo, lo encuentro y tacho ese día, rayándolo con fuerza, el color negro ha opacado el azul que tenía aquella tinta, que quiso hacerse inolvidable. —Ese día no pasó nada Alice. —me repito un par de veces.Me alisto para visitar a Camila, —Debo preguntarle si puede acompañarme a la graduación de Fabri y el siguiente sábado al matrimonio de Francis. Hago una coleta en mi cabello. —concéntrate. —me digo para ahuyentar pensamientos que no vienen al caso recordarlos, decido bajar en puntillas, cargo un short corto celeste y mi blusa de bolitas rosa con blanco, aún de dormir. Me dirijo a la cocina para preparar algo de desayuno, abro la alacena en busca de galletas, mientras pongo unas bananas con leche y hoj
Capítulo 8 - Una desilusión(Camila Almeida)Son las once de la mañana.Sebas no se ha levantado aún, no veo a mi madre por aquí parece que ha salido,mi padre sigue en el garaje reparando su auto. Acabo de desayunar unos panqueques y un vaso de yogurt con sabor a frutilla, me he resuelto a ir cuidadosamente a la habitación de huéspedessin ser vista. Debo aclarar todo con Sebas, cómo le explico que he sido reprimente con mi vida sentimental...y que saber la noticia de sumaestríaen el exterior fue eso que necesitaba para darme cuenta de lo que siento por él.—¡Qué infantil Cami!—me reprocho mentalmente.Subo las escaleras con mucha cautela, miro a todos lados por si mi padre se asoma. Eso de ser hija única es complicado, te cuidan demasiado, te ponen límites,
—Qué sucede con las llamadas, últimamente se transforman en malas noticias. —afirmo resignada, negándome a la realidad.Me bajo del auto y llamo a mi padre para que me ayude con la reparación, él es el experto.Mientras tanto llevo los vasos de la sala para lavarlos, voy a la cocina una vez más.Pienso en Sebas, intento buscar en mi short el pañuelo que Sebas dejó olvidado. Me lo acerco, pero su aroma se la ha robado el detergente.—¡Cooper! —susurro su nombremientras entrecierro mis ojos al recordar cómo me besaba, su respiración cerca de la mía, saber que me tenía en sus brazos y... —abofeteo mi mente por un momento.—Camila, no pienses tonterías. —termino de lavar los trastos, tomo el paño de cocina, me seco y decido insistir...Subo a mi habitación, tomo mi móvil y le marco