Las miradas eran todas dirigidas a Duncan y aurora siendo el centro de atención de todos. Ella estaba tan inquieta, pues la tensión era demasiada intensa y el silencio y las palabras de su esposo hacia su madrastra fueron demasiado despectivas, no tenía idea de porqué él la detestaba tanto, pero ese no era ni el lugar ni el momento.

—hijo, hemos hablado ya de tu comportamiento vulgar y sin escrúpulos hacia mi esposa. No quiero incomodar a los invitados, tampoco me interesa que le hagas daño a tu esposa embarazada ¿no ves cómo está de inquieta? Así que, amarra tu lengua sucia y sin modales y empieza a disfrutar de la velada—

Jazmín resopla tomando la copa de vino y dándose un trago.

—ni siquiera se cual fue el fin de esto— espeta con tono despectivo. Esta que arde y su mirada asesina va dirigida a Duncan quien no la ha mirado ni por equivocación, pero él la mira y le habla cuando la escucha quejarse, él sabe muy bien que está enojada, pero también es consciente de que no le importa.

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