Daniel cometió un gran error al no avisarme sobre esto, si me hubiera dicho que me presentaría con su familia quizás me hubiera preparado mentalmente y hubiera sido un poco más fácil para mí, en serio quisiera que la tierra me tragase ¿Por qué esto se me hace tan difícil?
—A mi mamá le vas a encantar. —Daniel está tan animado y despreocupado, pero yo estoy preocupada y nerviosa.— Y bueno, en general a toda mi familia. No sé si estará mi padre pero igual, podrías venir otros día ¿No?
—Claro que sí, siempre y cuando le avises con anticipación —Como si fuera tan fácil.
—¿Crees que se molesten tus papás por tu regalo?— Pregunta, curioso.
—No lo sé, pero esperándose de mi papá a lo mejor. Las cosas no andan muy bien con él. Además él me quito mi auto así que no me podría decir nada respecto a eso— Le explico brevemente. La casa gigante está muy alumbrada, tiene un diseño arquitectónico muy limpio,
Daniel y yo nos miramos fijamente, creo que nunca me cansaría de hacerlo, tiene unos ojos bellísimos y sé que terminaré amándolos. —Mi familia te amó, me preguntaron sobre cuando te marcaré y cuando te convertiré en mi Luna —Me dice repentinamente. —No sé que decir, eso me pone algo nerviosa, no hay fecha para tal cosa, soy fiel creyente de que todo pasa conforme al destino, así que hablar desde ahora no se me hace muy conveniente —Consigo decir. —Además, no he rechazado a Andrew y no has ido a mi casa a presentarte, aunque ya te conocen y bueno yo soy muy penosa, no me gustaría vivir con tu familia. No es que no me caigan bien, solo es que no sé, me siento incapaz de encajar en tu familia. Me mira expectante. —En mi manada, dos familias no viven juntas, eso jamás y yo no puedo ser la excepción, así que no hay problema, quiero vivir separado de mis padres. Además, no me gustaría meter a mi familia en nuestra relación, eso no es sano, ni mucho menos pr
Llego a la casa desesperada por encontrar a mi mamá, pero no se le ve por ninguna parte. El problema no es que ese hombre sea su mate, el problema es el porqué no me quiso decir quién era. Puede que James tenga alguna idea del paradero de mamá, entro si pedir permiso a su habitación para preguntarle si la ha visto, pero lo primero que veo es a Aranza, quien se sonroja por haber sido descubierta con mi hermano en una pose poco comprometedora, no puedo ni quiero detenerme a hacerles burlas, me vale ahora mimo. —Lo siento, pero ¿Has visto a mamá? —Le pregunto a James. —Por dios Eli, toca la puerta, ten un poco de educación y mi mamá salió con papá. Ahora ¡Largo! —Gracias— digo y salgo de la situación bochornosa. Quiero respuestas, pero si no está tengo que esperarla y no soy muy paciente, mamá llega ya. Entro a mi habitación con ganas de tranquilizarme y hacer tiempo, pero me encuentro con Salma con mi cámara en las manos. —¡¿Qué diablos haces tú
—No puedo creer que me ocultaras esto, esto es muy grave, en serio que no sé porque lo hiciste pero me hubiera gustado mucho que fueras sincera conmigo, ahora Salma lo sabrá y podrá humillarme más. Esto es un chiste,— me quejo. —Elizabeth, no, solo hay que guardar el secreto y tratar de superarlo, yo te entiendo, sé que es algo que no te esperabas pero entiendeme tú a mí, no era algo fácil. Perdoname hija— suplica. —Me acabas de matar, de romperme el corazón. Se que tenías tus razones pero eso no justifica nada, tú no sabes cuantas veces me pregunté que el por qué mis abuelos querían más a Salma que a mí, siempre me ponía a llorar por sentirme insuficiente y mala nieta, pero ahora que se el motivo me siento peor, ellos me miraban como lo que soy, una bastarda. —Nooo, no hables de esa forma hija,no hables así de ti misma. —Te suplico que me dejes en paz por un momento, ahora no puedo estar procesar lo q
Andrew Al mirar a Elizabeth, salio una chispa de....no sé.. ¿Amor?No,seguro es el vinculo de mates. Hoy que terminé con Jane,puedo luchar por Stefany. No sé como lo valla a tomar pero espero que lo tome muy bien.Saco mi móvil, y busco el numero de Stefany, en los contactos. Marco y suena. El corazón se me acelera. —Hola, Andrew. Justo te iba a llamar. —¿Nos podemos ver?—La interrumpo. —Oh, claro, ¿dónde estás?— —Estoy llegando a mi casa, ya ven.—Le digo. Ya la quiero ver. —Sí. Voy a decirle a los abuelos. —Hasta entonces.—Cuelgo antes de que ella pueda decir otra cosa. Cinco minutos después ella está tocando la puerta. —Hola.—Me abraza. Y mi lobo se estremece del asco. —Stefany, hay algo que me muero por decirte.—Hago una pausa y prosigo.—Sé que es algo imposible, y lo pensé
-No será ahora. No quiero dejar esto a medias, también mi mamá se preguntará donde estamos y vendrá a buscarnos.- Me besa en la frente a modo de disculpa y a mí solo me queda asentir con la cabeza. -Vayamos abajo.-Salimos de su habitación que por cierto no vi ni un poco. En el pasillo de las habitaciones nos encontramos a Natasha quien lleva dos copas con un líquido que según yo es vino tinto. -Te estaba buscando, Elizabeth. Ahora es mía.-Le dice jalándome hacia unas escaleras. -Natasha, por favor cuídala de Steve, no dejes que se le acerque.-Se oye que Daniel grita. -¿Por qué me pidió eso?-Me pregunta a mí, mientras llegamos a una terraza. -Mi lugar favorito, a suelta lo de Steve.-Natasha me entrega una copa de las que traía -Am... únicamente fue un malentendido, según Daniel le gusté a tu primo, pero de ninguna manera creo que sea sí. -Le explico.
Siento una respiración en mi cuello, tal vez sea el perro, pero si yo ni tengo perro. Volteo mi cabeza con cuidado y me topo con la perfecta cara de Daniel. Sus pestañas descansan sobre sus mejillas; son tan largas que ya quisiera yo tener unas así. ¿Por qué será que algunos de los hombres tienen unas maravillosas pestañas y a veces las mujeres no? Que envidia. Sus labios están entrecerrados. Se le ven rosados, tan hermoso que es, tanto físicamente e interiormente, también tiene un rastro de barba que le está saliendo, con razón sentía algo que me picaba en la noche. Aún no creo que este hombre será mi acompañante para toda mi vida. ¿Por qué la Luna nos emparejó siendo el mayor que yo? Tan al menos no me dejó sola. En la noche pude sentir a Daniel tocando mis piernas, que estaban al descubierto, ya que a veces soy muy inquieta cuando duermo, pero lo dejé pasar. —¿Qué tanto me miras? —Dice Daniel aún con los ojos cer
Me echo perfume, y busco las cosas que necesito para echarlas a mi bolsa, pero no encuentro mi móvil. Lo busco de bajo de la cama, y entre mis bolsillos... Pienso donde podría estar, ¿en la camioneta? No porque no lo saque durante el camino. Y entonces recuerdo de la llamada que recibí en la casa de Daniel. Con razón no me ha llamado y, por lo tanto, mi móvil no ha sonado para nada. Tomo un suéter verde por si hace frío después. -Señorita, el Señor Daniel, pide que lleve ropa, porque pasarán la noche en su casa; también me dijo que tiene su móvil.-Interrumpe Mirta, la persona que ayuda en las cosas de la casa que por cierto me cae muy bien; se acaba de unir a la manada porque la desterraron de su manada. -Oh, sí, gracias. Dile que enseguida bajo. Tomo mi bolso y lo remplazo por uno más grande. Donde podré echar mi ropa. Jeans, blusas, un short y la blusa que puedo usar para dormir y una americana por sí hace más frío, y
ANDREW Para mi muy mala suerte no encontré a Elizabeth cuando fui a buscarla a su casa, mis nervios se alteran al pensar que quizás esté con ese idiota, en fin, recuerda Andrew, ella ya no es tu mate. Voy directo a casa de Stefany o más bien de mis abuelos, pero tampoco está, ¿en dónde se metieron estas chicas? Sonrío al escuchar a mi abuela, una bella anciana que amo demasiado. —Deberías de quedarte a cenar, mi niño—dice con demasiada dulzura. —Gracias abuela, pero debo de irme. —¿Quizá una rebanada de pan recién horneado?— niego con la cabeza. —Gracias abuela pero... —Pero nada hijo, quiero que te quedes unos momentos más, quiero preguntar unas cosas que no me gustan nada —me lleva hasta la sala de estar y me obliga a sentarme en un sofá, con todo el respeto del mundo lo hago— ahora sí, ¿por qué rechazaste a tu mate? ¿A caso eres un tonto?