Me siento como una niña en navidad, esa emoción que se siente cuando sabes que tendrás una sorpresa, bueno pues así me siento al despertar, feliz y emocionada.
Mi familia y yo desayunos tranquilamente, mi papá y mi abuelo hablan de cosas sobre la manada y sobre todo de lo que hizo James.
—La verdad es que esa manada es una porquería, desde hace años hemos querido romper el pacto de paz, es un alivio que por fin un Kelley se atrevió hacerlo.— dice mi abuelo.
—Sea lo que sea papá, creo que no podemos romper ese lazo así porque sí.
—¿No es un motivo importante el hecho de que el futuro Alfa haya rechazado a Eli?
—Claro que es algo grave, pero es una decisión de él, no de la manada. Son cosas diferentes —si esto lo estuvieran hablando antes de ayer, quizás ahora mismo estaría queriendo llorar.
—Si James ya lo decidió no podemos hacer nada al respecto, este añ
Andrew No puedo dejar de pensar en Eli, ese ensayo sé mi hizo eterno, ahora mismo voy en busca de Elizabeth. Ese pequeño y casto beso, me volvió completamente estúpido, la miro junto a su auto, pero poco después se le une un tipo, mi corazón casi se me congeló. ¿Quién es ese estúpido? Es un hombre alto y guapo, p**a madre, es más guapo que yo ¿es un humano? No, no parece. Los miro por un rato, los dos se ríen felizmente, aléjate de mí Elizabeth, es mía. Tengo ganas de matarlo, no puedo creer que Elizabeth esté tan cómoda y encantada con ese imbécil. Debo de detener esto, camino hacia ellos y Elizabeth me mira con miedo porque de seguro mi expresión no es nada amistosa y claro que no lo es, me alegro. A ese tipo no lo conozco. —Elizabeth— Le gruño. Cosa que no quería hacer.— Me podrías decir ¿quién es él?— Le pregunto. —Es Daniel, mi mate.— pero que diablos ¿ha dicho su mate? No me lo puedo cree
Odio el instituto, me hizo una mala jugada. Toda la tarde de ayer estuve meditando sobre lo que pasó con Daniel, ahora vamos camino a la escuela, en el automóvil de James, ya que mi papá no me ha devuelto mi automóvil. Salma está tranquila, no grita ni baila en su asiento como niña pequeña. Cuando aparcamos, todas las miradas de los chicos e incluso de las chicas que la miran con asombro por su corta falda que apenas le cubre lo necesario y su blusa que le llega arriba del ombligo. Al parecer Andrew no está aunque no creo que esté en un aula porque es muy tarde y ya han dado el toque para entrar a clases. Yo dejo abandonada a Salma al igual que James. Cuando llego al salón; la maestra no ha llegado y eso me complace, ya que es literatura y no habrá ensayos sin Romeo que estúpidamente es Andrew. En el almuerzo, Salma está con Stefany y ellas dos están mirando hacia donde Aranza y yo estamos. Volteo y Stefany me sostiene la mirada y yo
La maestra Hallen esta más que apurada, la obra se presentará mañana, por lo que hoy nos quedaremos a ensayar más de lo habitual como estos dos últimos días. Aún sigo pensando en aquel hombre que me habló el martes, me tiene intrigada, pero ahora no es momento de pensar en ello, sino en Daniel, le hablé esta mañana, diciéndole que viniera por mí al instituto, porque quería arreglar las cosas con él. Además, quiero que esté enterado de la decisión que he tomado, quiero ver como lo toma al igual que Andrew. La maestra ensaya con mis compañeros y me pide que repase mis líneas, teme que se me olviden, por favor eso no va a pasar. Cuando es mi turno de pasar al igual que el de Andrew todos nos miran con ansias, saben que nos tendremos que besar. Los dos décimos nuestras líneas y aquí viene, lo más difícil, besar a Andrew que está en el piso haciéndose el muerto, me inclinó para besarlo, y cuando toco sus labios, Andrew sujeta mi cabeza para intensificar
La obra de teatro fue un éxito, todos los demás grupos lo hicieron muy bien. El vestuario no me gustó mucho que digamos, pero no importa, ya me desprendí de él. Ya quiero que termine este día, ya quiero que sea sábado, pero desgraciadamente es miércoles, además el día está del asco. El cielo está nublado, y en cualquier momento va a llover. También, solo falta una hora para salir, y esta clase la comparto con Aranza, Andrew, Stefany y la insoportable de Salma que ya se repuso de la infección estomacal. —Ya vine, me tuve que quitar ese vestido de la prehistoria.— Se queja Aranza incorporándose conmigo en el salón. —El vestuario era un vejestorio— digo y en ese instante Andrew entra al salón, y Salma que esta entretenida hablando con un compañero, se le queda mirando, y él también, no la deja de mirar y en lo profundo de mí, siento una oleada de celos. M*****a Salma, ¿cómo no puedo ser como ella? Lo bueno es que no tienen la oportunidad de hablar
Daniel cometió un gran error al no avisarme sobre esto, si me hubiera dicho que me presentaría con su familia quizás me hubiera preparado mentalmente y hubiera sido un poco más fácil para mí, en serio quisiera que la tierra me tragase ¿Por qué esto se me hace tan difícil?—A mi mamá le vas a encantar. —Daniel está tan animado y despreocupado, pero yo estoy preocupada y nerviosa.— Y bueno, en general a toda mi familia. No sé si estará mi padre pero igual, podrías venir otros día ¿No?—Claro que sí, siempre y cuando le avises con anticipación —Como si fuera tan fácil.—¿Crees que se molesten tus papás por tu regalo?— Pregunta, curioso.—No lo sé, pero esperándose de mi papá a lo mejor. Las cosas no andan muy bien con él. Además él me quito mi auto así que no me podría decir nada respecto a eso— Le explico brevemente. La casa gigante está muy alumbrada, tiene un diseño arquitectónico muy limpio,
Daniel y yo nos miramos fijamente, creo que nunca me cansaría de hacerlo, tiene unos ojos bellísimos y sé que terminaré amándolos. —Mi familia te amó, me preguntaron sobre cuando te marcaré y cuando te convertiré en mi Luna —Me dice repentinamente. —No sé que decir, eso me pone algo nerviosa, no hay fecha para tal cosa, soy fiel creyente de que todo pasa conforme al destino, así que hablar desde ahora no se me hace muy conveniente —Consigo decir. —Además, no he rechazado a Andrew y no has ido a mi casa a presentarte, aunque ya te conocen y bueno yo soy muy penosa, no me gustaría vivir con tu familia. No es que no me caigan bien, solo es que no sé, me siento incapaz de encajar en tu familia. Me mira expectante. —En mi manada, dos familias no viven juntas, eso jamás y yo no puedo ser la excepción, así que no hay problema, quiero vivir separado de mis padres. Además, no me gustaría meter a mi familia en nuestra relación, eso no es sano, ni mucho menos pr
Llego a la casa desesperada por encontrar a mi mamá, pero no se le ve por ninguna parte. El problema no es que ese hombre sea su mate, el problema es el porqué no me quiso decir quién era. Puede que James tenga alguna idea del paradero de mamá, entro si pedir permiso a su habitación para preguntarle si la ha visto, pero lo primero que veo es a Aranza, quien se sonroja por haber sido descubierta con mi hermano en una pose poco comprometedora, no puedo ni quiero detenerme a hacerles burlas, me vale ahora mimo. —Lo siento, pero ¿Has visto a mamá? —Le pregunto a James. —Por dios Eli, toca la puerta, ten un poco de educación y mi mamá salió con papá. Ahora ¡Largo! —Gracias— digo y salgo de la situación bochornosa. Quiero respuestas, pero si no está tengo que esperarla y no soy muy paciente, mamá llega ya. Entro a mi habitación con ganas de tranquilizarme y hacer tiempo, pero me encuentro con Salma con mi cámara en las manos. —¡¿Qué diablos haces tú
—No puedo creer que me ocultaras esto, esto es muy grave, en serio que no sé porque lo hiciste pero me hubiera gustado mucho que fueras sincera conmigo, ahora Salma lo sabrá y podrá humillarme más. Esto es un chiste,— me quejo. —Elizabeth, no, solo hay que guardar el secreto y tratar de superarlo, yo te entiendo, sé que es algo que no te esperabas pero entiendeme tú a mí, no era algo fácil. Perdoname hija— suplica. —Me acabas de matar, de romperme el corazón. Se que tenías tus razones pero eso no justifica nada, tú no sabes cuantas veces me pregunté que el por qué mis abuelos querían más a Salma que a mí, siempre me ponía a llorar por sentirme insuficiente y mala nieta, pero ahora que se el motivo me siento peor, ellos me miraban como lo que soy, una bastarda. —Nooo, no hables de esa forma hija,no hables así de ti misma. —Te suplico que me dejes en paz por un momento, ahora no puedo estar procesar lo q