Suspiro de alivio al ver que ella se mueve y que me mira a los ojos. —Oh... Elizabeth, Dios mío.— No puedo describir la emoción que siento por verla despierta y sana, viva. Me levanto y camino hacia su cama, quiero tenerla cerca, eso aliviaría mi miedo.— Despertaste, cielo.— Comento alegre de que esos bellos ojos estén abiertos, además me miran llena de felicidad. Alza la mano para tocarme y al mismo tiempo se decica a darme unas palabras de aliento —Tranquilo, estoy aquí, contigo.— susurra con dificultad, apenas y puede hablar. Cierra los ojos por un instante y después los abre y mira a su alrededor. Creo que todavía no se da cuenta de donde estamos, va a ser algo impactante para ella. —Tranquila, Eli...— comento asustado de que pueda sorprenderse demasiado al borde de alguna crisis. —Voy a avisar que ya despertaste.— Le explico con ansias de ir a dar las buenas noticias. —Te amo. —Esas dos simples palabras me han... tocado lo más hondo de mi alma, incluso me están acuchillando co
Mantengo a Elizabeth junto a mí, estamos esperando a que por fin la dejen salir del hospital como una nueva persona que ya no tiene nada dentro del vientre. Sus ojos son luminosos, creo que le gusta mucho la atención que le estamos dando todos por lo que ha pasado, en especial su madre. Pues ellos saben que Eli tuvo un accidente que la hizo abortar, no que yo fui quien tomó esa decisión porque no quiero retener a esta pequeña mujer en mi vida por más tiempo. Este error solo me ha hecho ver lo mal que a veces llevo las cosas y lo que hubiera pasado si no hubiera podido detener ese embarazo. Suena repetitivo, pero yo no quiero que este pequeño juego o mentira se vuelva realidad, pues Elizabeth merece 3estar con alguien que sea igual de dulce que ella, pero aun y con eso, dudo que ella pueda encontrar a alguien así. Nadie podría darle amor y comprensión, al menos no la que ella merece y necesita, pero n pienso positivamente, tal vez Andrew es es a persona que le dará eso y más y yo solo
Me despego del calor de Elizabeth, pues los olores se han mezclado. Eso quiere decir que hay alguien en el pasillo además de Rouse, deben de venir a ver a esta mujer que todos queremos. Estoy listo para dejarla ir, estoy listo para darle lo que desde un inicio quería, hacer que fuera irresistible para el idiota de Andrew y creo que es justamente lo que está pasando o eso es lo que pienso. Gracias a una llamada rápido de Harry, es que sé que Andrew ha estado buscando a Elizabeth como puede, pero no sabe que no la podrá encontrar, pues esta en el hospital. —Ya me quiero ir a la casa— Pronuncia Eli molesta, mueve un poco las piernas y se mira las manos. Ha estado en una cirugía, han tenido que conectarle algunas cosas, pero ahora solo tiene mínimas marcas. Muevo la cabeza negando su petición —Ya escuchaste al doctor, hermosa —le toco el cabello suavemente, Eli para mí es como una pequeña muñeca de cristal. Con el corazón en la manoy siendo sincero, digo:— Te extrañé mucho, no quiero p
Marck me mira enfadado, no esperaba que defendiera a Bruno, pero no lo estoy haciendo. Estoy mediando la situación, no hay nada más feo que escuchar como dos intentos de hombres se pelean fuera de la habitación de la que se supone que es su hija o al menos la estiman, o eso es lo que creo. Me cae mal Bruno, ya no lo odio, pero lo sigo odiando por todo lo que pasó con Emma. Verlo a los ojos y darme cuenta de que cada vez que lo miro veo a Emma y lo que pasó con ella, me enoja y mucho. Pero ya no puedo seguir con ese odio y mucho menos si sigo con Eli, ella no merece ser contagiada con sentimientos tan patéticos como los míos y como los de sus patéticos padres.—¿No deberías de irte Bruno?— cuestiona Marck de mal humor, pero menos a la defensiva.— Vete, este no es tu lugar— de nuevo, como el espectador que soy, miro la situación y me burlo de ambos, pero es Rouse quien nos ditrae y alivia la tensión, aunque sea solo un poco.—Marck, cariño, pasa por favor. Entra a ver a Eli— le hace una
He dormido de maravilla, no pensé que esa niña postrada en una cama tendría razón al decir que descansaría mejor en mi cama y lejos de ella. Mi espalda esta como nueva y también yo, me siento más animado y lleno de energía. Solo tuve que tocar ligeramente la cama para quedarme completamente dormido, después de eso no supe nada de mí. No soñé nada raro, no hubo pesadillas donde la protagonista fuera Emma, no hubo nada que me atormentara. Así que he descansado lo suficiente como para volver al hospital con Elizabeth, por eso es que estoy duchado y listo para ir a verla. Quiero llevarle algo de comida cocinada por Ceci y d hecho ya le pedí, solo de pasar a la casa de mis padres a recogerla. Salgo de la casa, no sin antes dejarle el plato de comida a Cuchufleto lleno de croquetas y carne enlatada para perro. Se ha portado bastante bien, Natasha se ha encargado de darle sus paseos matutinos y en general de cuidarlo, ha pasado los días con él y se lo agradezco. Pues creo que el perro se ha
Tengo casi veinticinco años, ya no soy tan joven y sé que todos esperan que en algún momento siente cabeza y una de esas personas que quiere eso, es mi madre. A lo largo de mi vida he visto como ha cambiado la forma en la que me regaña, antes gritaba, manoteaba e incluso quería golpearme por haber hecho algo muy malo. Después dejó de manotear y querer arrancarme la cabeza, después solo me gritaba desesperada. Pasaron los años y dejó de gritarme y solo con una mirada bastaba para advertirme que estaba muy, pero muy molesta conmigo. Hoy, la tengo frente a mí mirándome con los ojos llenos de ¿miedo? No lo sé, tal vez decepción, pero no parece estar enojada, tiene una mirada muy turbia que no me deja descifrar que es lo que pasa por su mente, pues lo que le acabo de decir o confesar, más bien, es algo muy fuerte. No es común que te levantes de la cama y veas a tu hijo y que este te diga que ha hecho tal cosa así, q la ligera. Yo creo que eso no le pasa muy seguido a cualquier madre que e
La mirada de mi madre me atormentara al menos toda la vida o eso es lo que creo. Mantengo las manos calmadas, apaciguados, pues tengo ganas de darle un golpe al volante como todo un hombre desubicado y enojado, pero no vale la pena ponerme como loco, eso solo asustaria más a mi pobre madre. Así que respiro hondo.—Mamá, en serio debo de irme.— Hablo tranquilo y en un tono bajo, pero audible.— Ya no quiero dejar más tiempo a Elizabeth sola, por favor, necesito irme.—No quiero que te vayas sin que me digas el por qué de esa decisión, Daniel. Me has decepcionado, hijo, en serio que lo has hecho.— Cierro los ojos, no quiero verla más, pues no tengo nada más que decir ni que sentir. Tiene razón cundo dice que está decepcionada, yo también lo estoy, pero ni con eso me siento arrepentido. —Mamá, por favor, déjame ir. Ya no quiero hablar de esto, ya no quiero seguir torturandome con el recuerdo de mis acciones. No estoy orgulloso con nada de lo que hice, créeme, pero tampoco me arrepiento.
Con dolor de cabeza, cansado y con ganas de liberar mi furia con alguien, camino por el hospital. Traigo algunas cosas para Elizabeth, pues tengo la esperanza de que hoy ya pueda llevarmela a casa y sino se puede entonces rompere la reglas y me la llevaré sin pedir permiso porque al final ella es mía y el doctor un títere más de mi lista. El doctor debe de hacerme caso y no desafiarme o sino puede que pierda una considerable cantidad al mes. Traigo unos chocolates, los traje porque sé que a Eli le gustan ese tipo de detalles, ella es muy... romántica, algo que yo por supuesto no soy, pero ella lo es y necesito complacerla. Cuando doblo hacia la izquierda, me empieza a llegar un olor extraño que me molesta mucho. Me molesta tanto que me pica la nariz, no es un olor conocido o creo que... sí... creo que es ¿Andrew? Ni siquiera me doy cuenta cuando me pongo a correr... corro por el largo pasillo que me lleva a la habitación de Elizabeth. No hay nadie caminando cerca porque si lo hubiera