He dormido de maravilla, no pensé que esa niña postrada en una cama tendría razón al decir que descansaría mejor en mi cama y lejos de ella. Mi espalda esta como nueva y también yo, me siento más animado y lleno de energía. Solo tuve que tocar ligeramente la cama para quedarme completamente dormido, después de eso no supe nada de mí. No soñé nada raro, no hubo pesadillas donde la protagonista fuera Emma, no hubo nada que me atormentara. Así que he descansado lo suficiente como para volver al hospital con Elizabeth, por eso es que estoy duchado y listo para ir a verla. Quiero llevarle algo de comida cocinada por Ceci y d hecho ya le pedí, solo de pasar a la casa de mis padres a recogerla. Salgo de la casa, no sin antes dejarle el plato de comida a Cuchufleto lleno de croquetas y carne enlatada para perro. Se ha portado bastante bien, Natasha se ha encargado de darle sus paseos matutinos y en general de cuidarlo, ha pasado los días con él y se lo agradezco. Pues creo que el perro se ha
Tengo casi veinticinco años, ya no soy tan joven y sé que todos esperan que en algún momento siente cabeza y una de esas personas que quiere eso, es mi madre. A lo largo de mi vida he visto como ha cambiado la forma en la que me regaña, antes gritaba, manoteaba e incluso quería golpearme por haber hecho algo muy malo. Después dejó de manotear y querer arrancarme la cabeza, después solo me gritaba desesperada. Pasaron los años y dejó de gritarme y solo con una mirada bastaba para advertirme que estaba muy, pero muy molesta conmigo. Hoy, la tengo frente a mí mirándome con los ojos llenos de ¿miedo? No lo sé, tal vez decepción, pero no parece estar enojada, tiene una mirada muy turbia que no me deja descifrar que es lo que pasa por su mente, pues lo que le acabo de decir o confesar, más bien, es algo muy fuerte. No es común que te levantes de la cama y veas a tu hijo y que este te diga que ha hecho tal cosa así, q la ligera. Yo creo que eso no le pasa muy seguido a cualquier madre que e
La mirada de mi madre me atormentara al menos toda la vida o eso es lo que creo. Mantengo las manos calmadas, apaciguados, pues tengo ganas de darle un golpe al volante como todo un hombre desubicado y enojado, pero no vale la pena ponerme como loco, eso solo asustaria más a mi pobre madre. Así que respiro hondo.—Mamá, en serio debo de irme.— Hablo tranquilo y en un tono bajo, pero audible.— Ya no quiero dejar más tiempo a Elizabeth sola, por favor, necesito irme.—No quiero que te vayas sin que me digas el por qué de esa decisión, Daniel. Me has decepcionado, hijo, en serio que lo has hecho.— Cierro los ojos, no quiero verla más, pues no tengo nada más que decir ni que sentir. Tiene razón cundo dice que está decepcionada, yo también lo estoy, pero ni con eso me siento arrepentido. —Mamá, por favor, déjame ir. Ya no quiero hablar de esto, ya no quiero seguir torturandome con el recuerdo de mis acciones. No estoy orgulloso con nada de lo que hice, créeme, pero tampoco me arrepiento.
Con dolor de cabeza, cansado y con ganas de liberar mi furia con alguien, camino por el hospital. Traigo algunas cosas para Elizabeth, pues tengo la esperanza de que hoy ya pueda llevarmela a casa y sino se puede entonces rompere la reglas y me la llevaré sin pedir permiso porque al final ella es mía y el doctor un títere más de mi lista. El doctor debe de hacerme caso y no desafiarme o sino puede que pierda una considerable cantidad al mes. Traigo unos chocolates, los traje porque sé que a Eli le gustan ese tipo de detalles, ella es muy... romántica, algo que yo por supuesto no soy, pero ella lo es y necesito complacerla. Cuando doblo hacia la izquierda, me empieza a llegar un olor extraño que me molesta mucho. Me molesta tanto que me pica la nariz, no es un olor conocido o creo que... sí... creo que es ¿Andrew? Ni siquiera me doy cuenta cuando me pongo a correr... corro por el largo pasillo que me lleva a la habitación de Elizabeth. No hay nadie caminando cerca porque si lo hubiera
Cierro los ojos para relajarme, porque si no lo hago puede que mate al tonto de Andrew. Tengo los puños a mis costados, conteniendo esta rabia, estas ganas de romperle toda la cara. Quisiera tomarlo y destruirle la cara, pero no puedo hacerlo, al menos no es un maldito hospital. Ya fue suficiente con lo que ha pasado con Eli, quien se matienen dormida. Creo que la presión de la situación fue la que la hizo desvanecerse. —¿Estás contento, Clark?— escucho que dicen atrás de mí. —Mira lo que hiciste, Eli se ha desmayado por tus estupideces.— Respiro hondo, respiro hondo conteniendo mi rabia, porque sino lo hago... Andrew estará prácticamente muerto. —Sabes qué Andrew, ya caí una vez en tu trampa— verlo aquí me molestó mucho, dejándome como un violento frente a Elizabeth, pero ya no va a pasar. No va seguir ganando.— Y no voy a volver a caer, niño. —¿Cuál trampa? No hay ninguna trampa, esto— se señala el pequeño moreton que apenas y se le forma en la cara.— Es lo que eres y espero que E
El doctor ha dicho que lo que le ha pasado a Eli solo fue un desmayo, que ella estará bien, solo fue el impacto de la pelea. Lo cual lastimosamente me hace pensar que Andrew podría tener razón cuando dice que ella estaba preocupada por él, me gusta pensar que Eli ya lo olvidó. Por mi bien, estoy seguro de que Eli ha dejado atrás su pasado con el imbécil de Andrew, porque sino es así, no sé que haré. Y ahora menos que siento algo por ella, me ha bastado con ver a este imbécil con ella para darme cuenta de que creo que estoy queriendo a Elizabeth. Creo que en verdad la quiero, no sé si es amor, cariño o si realmente me estoy enamorando, porque sinceramente no sé diferenciar entre tantos sentimientos extraños. Yo antes de elle, solo era un hombre vacío, pero ahora que ella está a mi lado, soy un hombre distinto, pero distinto para bien. —Cuando despierte, procura que no se exalte, porque puede volver a desmayarse.—Alega el doctor. —¿A qué se debió el desmayo? Fue por la impresión, ¿ent
Dormir en el hospital ya se ha hecho una costumbre o un hábito que podría seguir haciendo si es necesario, lo haría si eso implicaría que Eli mejorara o que al menos despertara. He descuidado casi todo en mi vida con tal de estar en este lugar y no me arrepiento, me pone bien ver dormir a Elizabeth. Me relaja su respiración y también sus pestañas, tintinean como si fueran a elevarse y con eso, abrir los ojos.Una respiración honda es la que llama mi atención, pero lo que verdaderamente me acelera el corazón es la débil voz de Eli— Daniel —me llama aturdida, y buscándome, al menos me busca. —Daniel— al menos dice mi nombre y no el de Andrew, eso suena como una ventaja para mí. Para mí es como una victoria que sea a mí a quien busca y no al idiota de su ex mate. —Despierta— le toco la mano para que me sienta, para que se de cuenta de que aquí estoy con ella. Me mira de arriba a bajo y suspira de alivio, pero no parece estar mejor.—Dani— solloza llena de miedo o tristeza, no sé diferen
Nos mantenemos de las manos y de nuevo no estoy seguro de que lo digo es verdad, que lo siento o no, solo es por el emotivo momento en el que ambos estamos pasando.—Unos cuantos me han dicho, fenómeno, pero nuca me habían dicho “inusual” ese será mi alago favorito. — Dice con dulzura, con demasiada diría yo, su voz es medianamente débil, pero feliz.Eli me observa, sé que está repasando cada parte de mi cara, pero no sé a que se debe. Me mira atenta y los ojos se le llenan de devoción y amor, algo extraño, algo que no había visto antes. —Descríbeme—Le exigo con voz suave.Suspira como si fuese muy complicado o cansado tener que hacerlo. Sonríe y se prepara para hablar es como un "veamos, aquí voy" —Guapo, odioso, cariñoso, —frunzo el ceño inmediatamente —mal humorado, puedes ser gracioso, estricto, hogareño,— ¿hogareño yo? Creo que puedo ser todo lo que dice menos alguien hogareño, creo que jamás lo he sido. — un buen cocinero, un buen alfa, un buen mate, un buen novio y una excelen