Reviso mi apariencia en el reflejo del espejo. Llevo puesto algo que combina con lo que Elizabeth está usando. No quiero ir a la fiesta de su prima, ni siquiera quiero que mañana sea nuestra fiesta, pero Elizabeth manda. Yo solo soy su fiel seguidor y si ella dice que iremos, pues entonces iremos hasta donde ella se le dé la gana. Es la primera vez que los Kelley tendrán la dicha de ser visitados por mí siendo ya el mate de Elizabeth. La primera vez que entré a esa casa fue justo unos días después de regresar a Parsons y ese mismo día vi a Elizabeth es es foto. Recuerdo que llamó mi atención, incluso mucho más que la mismísima Salma Kelley. Es guapa, pero es hueca. El ruido de personas gritando me distraen, así que camino hacia la vetana y observo quienes son los que hablan.Hay demasiado movimiento y una pequeña Natasha gritando y ordenando a personas. Mi hermana es muy inteligente, gritanoa y amistosa, es una mecla de mi personalidad y la de Ben. De mí saco lo seria que a veces es c
Elizabeth se ve bastante bien, creo que Natasha le ayudó a maquillarse los ojos. El color marrón al rededor de ellos hace que se vean más profundos y más bonitos. Sus labios están pintados de un rosa palo que los hace ver más jugosos y carnosos, me gustan mucho. Llego hasta ella y coloco una mano en su espalda. Mi tacto hace que su cuerpo reaccione inmediatamente. Su piel se eriza, acerco mis labios a su oreja para susurrar —¿Nos vamos?— ella voltea bruscamente hacia mí. —Me asustas— en realidad no lo hice, solo la puse nerviosa por mi cercanía. Creo que es normal, es el efecto que yo provoco. —Sí, ya estoy lista.— En su rostro se forma una sonrisas. —Hueles bien. —A pesar de que hoy no me siento de muy buen humor, Elizabeth ha logrado arrebatarme una sonrisita acompañada de una risa un tanto escandalosa. Tengo 24 años y no es secreto que desde mis catorce años he estado bajo la mira de las mujeres de mi edad y d otras edades. Siempre llegaban a mí sonriendome, halagando mi físico,
Estoy empezando a sentir los efectos de lo que hace uno segundos aspire en el baño y carajo, que difícil es mantenerme siendo una persona tranquila y no transformarme en un maldito animal rabioso. Lo veo en sus ojos, quiere hacer de esta conversación un maldito teatro y lo peor es que estoy sintiendo que al final lo va a lograr. Tengo miedo de que mi rabia haga de esta fiesta una pelea. Puede ser un plan de este niño flaco, quizás busca sacarme de mis casillas y hacerme enfadar, tanto que eso haga que pierda los estribos. No puede ganar y yo no voy a dejar que se salga con la suya. Debo de mantenerme tranquilo, no me voy a pelear con él porque estoy seguro de que Elizabeth se molestaría conmigo y de paso toda su familia. —¿Por que estás tan convencido de que vas a ganar su cariño?— Casi emito una risa divertida, es demasiado iluso y ahora mismo soy yo quien tiene un arma secreta para hacerlo enojar. De los dos, él será quien pierda la cabeza. Mi pecho sube y baja y no es por el idio
Todo el tiempo finjo que soy frio y que no hau nada que me pueda afectar, pero cuando pienso en todo lo que hice mal recuerdo que no soy fuerte. Soy un hombre débil que juega a ser indestructible y sé que esa es la forma en la que me protejo y cuando pasan cosas como estas lo único que busco es esconderme de todos. Aquí estoy, alejado de todos los invitados de la fiesta de Salma la prima de una chica que apenas conozco y que vive en mi casa. La idea de que ella viva conmigo y Emma no me resulta extraña. Pero mi mente me recuerda por que no estoy con ella. Aún recuerdo su voz gritando mi nombre. Ella estaba ahí, buscándome mientras yo estaba con mi padre escuchándolo decir una sarta de tonterías que oqra mí nunca encajaba con lo que yo quería. Básicamente, para todos lo que él decía una buena idea, menos para mí. Así que alguien tocó la puerta y Ceci hizo el favor de abrir la puerta, yo ya le había dicho que si una chica rubia y alta venía, le dijera que no había nadie y mucho menos y
Regreso a la fiesta sintiéndome la peor escoria del mundo. Entonces veo que Elizabeth sigue cerca de su mamá, ambas hablan, pero Eli parece estar absorta a lo que su madre dice. Observo la escena desde lejos, Andrew está demasiado cerca de ella. Creo que piensa acercase a Eli y hacer que hablen. No quiero que eso pase y lo peor es que no sé porque me sienro necesitado por que no se le acerque nunca. Salma está con una chica la cual sigo pensando que se trata de Stefany, ambas me ven y corren tomadas de la mano hacia mí. No puedo dar un paso más pues ellas ya están aquí, en frente de mí. —¿Daniel Clark?— comenta la rubia número dos. Tiene los ojos claros, muy lindos por cierto y unas pesatañas larguísimas. —Creo que mereces saber quien soy– la rubia me ofrece la mano la cual no tomo. Ella la deja ahí, en el aire, pero yo no reacciono. No la quiero tocar. —Como sea —se resigna— yo soy Stefany Williams. —Ah— respondo cortante —¿tú eres prima del tal Andrew?— el nombre familiar hace que
—Ven— tomo el brazo de Salma y la llevo al mismo lugar en donde estaba hace unos minutos. Ella esta asustada, puedo sentirlo en la forma en la que respira, además de que con esos zapatos a penas y puede caminar a mi par. —¿Qué pasa? Le voy a decir a Elizabeth —me amenza, pero no le tengo miedo. Ella no va a hablar nada.—Mira— empiezo a decir cuando por fin me doy cuenta de que ya estamos bastante lejos de todos. Eso es lo que 1quiero, que nadie nos puede escuchar. —¿Salma, verdad?— agitada asiente con la cabeza, la hice sudar.—¿A que me trajiste a este lugar? ¿Elizabeth te pidió que me asustaras?— Elizabeth es tan inocente que dudo que ella pudiera pedirme eso.—Cierra la boca —respondo a punto del colapso, tiene el poder de sacar de sus casillas a cualquiera. —Escuchame bien— empiezo a decir.— Los dos sabemos que... Elizabeth y Andrew son mates y la verdad creo que Elizabeth quiere todavía a Andrew.— Alza las cejas sorprendida de lo que escucha. —No puedo permitir que ellos dos e
Despierto por el movimiento que hay en la cama, la primera en despertar es Elizabeth, pues está emocionada por lo que va a pasar hoy.—Buenos días, cielo.— Se acurruca mi lado, mete su cabeza en el espacio entre mi clavícula y mi cuello. Sonrío, me gustan las cosquillas que esa acción generan en mi piel. —Hola, guapo— me saluda emocionada y feliz. Ella generalmente es muy alegre, su alegría de vez en cuando me hace muy bien. —Hola, preciosa, ¿has dormido bien?— tengo una pregunta para ella, pero es mejor no hacerla, no quiero que piense que he sido yo el de la idea de la unión de Salma y Andrew. —Te ves hermosa recién despierta— paso mi brazos al rededor de su cuerpo, la posición idónea para darle miles de besitos. —Deberíamos de levantarnos y tomar un baño, hoy será un día atareado— pensar en eso me provoca dolor de cabeza. Siempre he pensando que es una mala idea, pero... Elizabeth debe de ser feliz, además de que durante todos los preparativos estuvo muy emocionada por ello.Wntro
Elizabeth se ha puesto pantalones cortos y una camiseta negra... que es mía, concluyo y un par de Converse negros. De la mano bajamos a la mesa, pues es la hora de ir a desayunar. Toda la familia está lista para la fiesta y sorprendentemente todos están felices, menos yo.—Buenos días — saludo a todos con el rostro serio.—Buenos días a todos— canta Elizabeth tomando asiento, yo lo hago también y me siento a su lado. De frente queda Ben y Natasha y mamá en el extremo al igual que papá. —¿Cómo están chicos?— comenta mamá mirándome especialmente a mí. Ella está analizando a mí porque sabe que esto podría ser difícil y sí. —Yo... nerviosa —admite Elizabeth, toma el bol de fruta y lo acerca a su plato. Se sirve una cuantiosa cantidad. Todos la vemos, llevamos una semana viviendo juntos y sabemos cuanto come y siempre come pequeñas cantidades. —Tranquila Elizabeth, no te preocupes por nada. La que planeó todo soy yo, por lo tanto todo va a salir de maravilla —responde Natasha muy segura