Silencio... Todo se había quedado en completo silencio, no había el más mínimo ruido en el lugar. Era más que obvio que nadie sabía qué hacer o decir. Valentinne estaba a punto de hiperventilar, mientras que los padres de Chantal observaban a Chantal como si fuese no más que una loca. Adrien dio una media sonrisa y observó a la mujer frente a él con una sonrisa de satisfacción y una ceja levantada. Había parecido terriblemente divertida toda la situación, en lo que Irina también observaba a la chica, pero entonces vio que su mirada se intercalaba entre Valentinne y Chantal.
La rubia despampanante parecía completamente satisfecha con sus palabras y parecía haber ganado algún tipo de premio por sus recientes palabras. Pero entonces el silencio fue disuelto con una gran carcajada, seguida de otra y de otra, todas parecían muy nerviosas.
--Vale... Siempre nuestra brillante Vale... Nuestra sobrina es muy divertida, desde niñas hacen este tipo de bromas. Tienen la misma
Las dos mujeres giraron de inmediato hacia las personas que estaban a su costado, en lo que observaron a todos en el lugar. De nuevo una escena que no le agradaba para nada a Valentinne. De verdad a ella le gustaría que su suerte de vez en cuando no se burlara tanto de ella y le brindara un poco de ayuda, pero el problema es que aquello parecía casi imposible. La verdad es que le gustaría que ella no fuese tan explosiva y que su enojo y agresividad salgan en primera línea cuando era insultado un ser querido por ella. Pero la verdad es que no era posible, ella perdía la racionalidad y por completo su carácter explosivo salía a flote de manera instantánea cuando más que todo Chantal hablaba de aquella manera.Ahora ella quería de nuevo querer siquiera salir de aquel lugar ¿Qué no podía siquiera llegar al comedor? Había varios lugares en donde podían hacer un poco más de caos, pero parecía que el recibidor sería su punto
--Pero qué tontería... Niñas... No dejan de ser niñas siempre han sido así. Sabe que los hermanos pelean todo el tiempo. Usted debe saberlo al tener un hermano... No se puede hacer mucho entre los hermanos que se aman --¿De verdad era así? Porque si era como aquella mujer indicaba él debía amar con creces a su bastardo hermano.Ya que Adrien era la muestra magnánima de que es odiar a alguien que se supone que tiene su misma sangre. Aunque ahora observado de reojo a la mujer tras de él, podía dar crédito que había hecho era todo lo contrario. La chica de verdad parecía que tenía la misma relación con su queridísima prima, la misma relación que él tenía con su hermano. Ahora quería saber quién era la verdadera víbora aquí, quien jugaba con su cabeza y quería saber por qué sentía unos horribles deseos de m****r a esta m*****a gente al diablo y llevarse a su mujer lejos de ellos.No le había agradado para nada la manera en la que trataban a su esposa.Aquellos sentimientos ci
Una mujer pequeña y ya anciana se había adentrado en el lugar, está solo había llegado directamente a Adrien, quien la observó de manera intrigada. Pero entonces su mirada cambió, cuando noto que Valentinne solo se había levantado y había dejado el plato que la mujer sostenía frente a él, mientras abrazaba a la anciana y le hablaba en señas con una gran sonrisa. Valentinne le dio una mirada a Adrien y se tornaba de mejillas sonrojadas y negó efusivamente con la cabeza. Ella ahora era feliz, era feliz por aquella anciana. Valentinne al parecer al no poder evitar la insistencia en señas de la mujer ya anciana habló hacia Adrien quien parecía estar igual de curioso que todos en el lugar por saber que ocurría entre ellas dos.--Señor... He... Ya basta... Ya sé lo diré... Deja de leer mis labios... --Adrien dio una media sonrisa al ver que la chica parecía de nuevo aquella dulce y tierna chica que él había notado hacía unos días y observo a Adrien siendo el cervatillo que tanto le
Un gran suspiro salió de los labios de Valentinne quien observaba como el auto salía del lugar y como su supuesto esposo no la perseguía. Al menos eso era bueno, no había la mayor muestra de que él estuviese dudando de ella después de aquel día tan caótico. La verdad es que creía que cuando ellos salieran de aquella loca mansión, seguramente él le haría algún tipo de reclamo o le dijese que sabía la verdad. Pero no había salido nada de sus hermosos labios. Además de aquella pregunta, aquella que de alguna manera la había puesto completamente nerviosa y sus mejillas se habían sentido muy calientes al igual que sus orejas.¿Pero qué estaba pensando ahora mismo? Ese hombre no era para ella, aquel tipo seguramente estaba completamente fascinado con solo molestarla. Según los empleados del lugar estaba enamorado para siempre de su antigua prometida. Él amaba a aquella chica, aquella que según ella había llegado a escuchar que era el amor de su vida. Ella no llegaba a comprender por
¿Cómo se podría indicar los sentimientos en aquel instante? Posiblemente, se podría llegar a decir que iban desde celos, nervio y mucha, pero mucha intriga, aquello venía por parte de los dos hombres frente a frente, pues la verdad es que Dominique no solo estaba intrigado en saber quién era aquel hombre tan bien vestido que a pasar de su apariencia relajada, imponía un porte devastador, una apariencia pulcra y un aura de hombre de negocios exitosos, parecía aquel hombre con el que suelan salir muchas de su universidad, un hombre completamente perfecto, que además de ser un Dios griego que pudiese hacer todos sus sueños realidad hasta el punto de hacerlas las mujeres más felices del mundo, aquel hombre frente a Dominique era sin duda alguna el amor literario de muchas y el sueño de otras, pero entonces además de aquellos pensamientos que lo invadían estaba también la mirada arras
El sonido incesante de un teléfono, un ruido tan horrible, tan destructor para una persona que no se encuentra del todo bien cuando se trata de tener una horrible resaca mañanera después de haber bebido como si el mundo estuviera próximo a su fin, así se sentía en ese momento Valentinne, quería acabar con todo lo que estuviera destruyendo su cabeza, quería en ese momento poder entender por qué la luz de la ventana era tan incesante como para no permitirle seguir durmiendo y por qué carajos el teléfono no se quedaba callado, estaba de muy mal humor, estaba de pésimo humor, tanto era así que se levantó de con sus ojos aun cerrados hacia el horrible y atroz ruido y cuando en medio de su desastroso sentido de orientación tomo el ruidoso y escandaloso artefacto en su mano y sin prestar la menor atención o siquiera abrir sus ojos hablo con su voz ronca y muy malhumorada.
Pensamientos completamente desastrosos, pensamientos completamente inútiles y pensamientos completamente impuros, aquel podría ser lo que predominaba en la cabeza de Adrien en aquel momento, él solía llamarlos de aquella manera, él solía reprenderse de aquella manera cada que llegaban como pequeños tornados a destruir lo pacífico de su acaudalada cabeza, pero entonces como podría hacer para alejarlos, la verdad es que era casi que imposible, él estaba completamente destrozado con la situación, él sentía que algo estaba mal en él, aquello tal vez tenía nombre y apellido e incluso ahora pertenecía a su familia, aunque solo era por un año, si eso era solo por un año.Ya deja de molestarte con ella Adrien, aquello era lo que solía decirse todo el tiempo, aquello era lo que se imponía una y otra vez a él mismo de manera casi constante,
--Habla... --no quería leerlo, él sabía que cada cosa que diría allí no le agradaría para nada, pero de alguna amanera se sentía complacido, Valentinne Rossel, ese nombre estaba más de acorde con ella, no Chantal, ella tenía el nombre justo para su bella y angelical apariencia, además de su fuerte y decidido carácter.--La señorita Valentinne es hija del gran Claude Rossel y su madre hasta ahora no la hemos logrado investigar debido a que la mujer desapareció después de dar a la luz a la chica y no se sabe nada más de ella, se dice que fue hija de una relación de amantes y que por eso la madre de la chica la abandono de inmediato, aunque dentro de la familia Rossel hay otro tipo de historia, en el que la chica era hija de una mujer que había llegado del extranjero y después de dar a luz a la señorita Valentinne esta simplemente había deci