Un gran suspiro salió de los labios de Valentinne quien observaba como el auto salía del lugar y como su supuesto esposo no la perseguía. Al menos eso era bueno, no había la mayor muestra de que él estuviese dudando de ella después de aquel día tan caótico. La verdad es que creía que cuando ellos salieran de aquella loca mansión, seguramente él le haría algún tipo de reclamo o le dijese que sabía la verdad. Pero no había salido nada de sus hermosos labios. Además de aquella pregunta, aquella que de alguna manera la había puesto completamente nerviosa y sus mejillas se habían sentido muy calientes al igual que sus orejas.
¿Pero qué estaba pensando ahora mismo? Ese hombre no era para ella, aquel tipo seguramente estaba completamente fascinado con solo molestarla. Según los empleados del lugar estaba enamorado para siempre de su antigua prometida. Él amaba a aquella chica, aquella que según ella había llegado a escuchar que era el amor de su vida. Ella no llegaba a comprender por
¿Cómo se podría indicar los sentimientos en aquel instante? Posiblemente, se podría llegar a decir que iban desde celos, nervio y mucha, pero mucha intriga, aquello venía por parte de los dos hombres frente a frente, pues la verdad es que Dominique no solo estaba intrigado en saber quién era aquel hombre tan bien vestido que a pasar de su apariencia relajada, imponía un porte devastador, una apariencia pulcra y un aura de hombre de negocios exitosos, parecía aquel hombre con el que suelan salir muchas de su universidad, un hombre completamente perfecto, que además de ser un Dios griego que pudiese hacer todos sus sueños realidad hasta el punto de hacerlas las mujeres más felices del mundo, aquel hombre frente a Dominique era sin duda alguna el amor literario de muchas y el sueño de otras, pero entonces además de aquellos pensamientos que lo invadían estaba también la mirada arras
El sonido incesante de un teléfono, un ruido tan horrible, tan destructor para una persona que no se encuentra del todo bien cuando se trata de tener una horrible resaca mañanera después de haber bebido como si el mundo estuviera próximo a su fin, así se sentía en ese momento Valentinne, quería acabar con todo lo que estuviera destruyendo su cabeza, quería en ese momento poder entender por qué la luz de la ventana era tan incesante como para no permitirle seguir durmiendo y por qué carajos el teléfono no se quedaba callado, estaba de muy mal humor, estaba de pésimo humor, tanto era así que se levantó de con sus ojos aun cerrados hacia el horrible y atroz ruido y cuando en medio de su desastroso sentido de orientación tomo el ruidoso y escandaloso artefacto en su mano y sin prestar la menor atención o siquiera abrir sus ojos hablo con su voz ronca y muy malhumorada.
Pensamientos completamente desastrosos, pensamientos completamente inútiles y pensamientos completamente impuros, aquel podría ser lo que predominaba en la cabeza de Adrien en aquel momento, él solía llamarlos de aquella manera, él solía reprenderse de aquella manera cada que llegaban como pequeños tornados a destruir lo pacífico de su acaudalada cabeza, pero entonces como podría hacer para alejarlos, la verdad es que era casi que imposible, él estaba completamente destrozado con la situación, él sentía que algo estaba mal en él, aquello tal vez tenía nombre y apellido e incluso ahora pertenecía a su familia, aunque solo era por un año, si eso era solo por un año.Ya deja de molestarte con ella Adrien, aquello era lo que solía decirse todo el tiempo, aquello era lo que se imponía una y otra vez a él mismo de manera casi constante,
--Habla... --no quería leerlo, él sabía que cada cosa que diría allí no le agradaría para nada, pero de alguna amanera se sentía complacido, Valentinne Rossel, ese nombre estaba más de acorde con ella, no Chantal, ella tenía el nombre justo para su bella y angelical apariencia, además de su fuerte y decidido carácter.--La señorita Valentinne es hija del gran Claude Rossel y su madre hasta ahora no la hemos logrado investigar debido a que la mujer desapareció después de dar a la luz a la chica y no se sabe nada más de ella, se dice que fue hija de una relación de amantes y que por eso la madre de la chica la abandono de inmediato, aunque dentro de la familia Rossel hay otro tipo de historia, en el que la chica era hija de una mujer que había llegado del extranjero y después de dar a luz a la señorita Valentinne esta simplemente había deci
¿Habría sido aquello una buena idea? La verdad es que en ese momento ella lo estaba dudando, la comida no parecía estar saliendo del todo bien, de hecho ella se preguntaba si ese hombre que seguramente estaba acostumbrado a comer comida de restaurantes cinco estrellas con chef con no sabía cuántos títulos que seguramente pavoneaban sus mejores creaciones ante él, ahora ella tenía una carne seca y quemada, mientras que la pasta parecía ser proyecto de algún niño de cómo no debía cocinarse aquello, aunque la salsa estaba un poco salda, pero a ella le gustaba, claro una sola probada no te asegura de que fuese tan buena idea para que una comida completa estuviera bien.Pero entonces ella no tenía otra manera de poder hacer que el hombre la perdonara, la verdad es que Valentinne luego de pensarlo mucho tenía la Un repiqueo constate con su dedo demostraba lo irritado que se encontraba en ese momento, él no era alguien que tuviera la paciencia de un santo, de hecho era conocido por no tener nada de paciencia, él era un hombre que le gustaban las cosas cuando lo indicaba y a la hora que indicaba, era un hombre bastante exigente y que no le gustaba para nada las personas que lo hacían enojar, ahora él parecía terriblemente irritado y mientras tenía su cabeza funcionando a mil por hora su expresión llena de fastidio podía ser notada por todos en el lugar, que dicha que se encontraba solo, ya que había hecho que todos en el lugar se fueran hacía una hora.Él planeaba que ellos se encontraran a solas en el piso, que nadie pudiese interferir en su vista, aún no sabía por qué razón lo había hecho, pero lo cierto era que ahora se encontraba preguntándose por qué carajoALÉJATE DE MI ESPOSA
Irina conocía muchos secretos de la familia Leroux, desde el hecho del por qué los hermanos no se llevaban para nada bien, hasta el hecho de por qué el padre de Adrien había sido prácticamente expulsado al extranjero hacía muchos años, conocía la verdadera causa de muerte de la madre de Adrien la cual solía ser una completa mentira ante la prensa y también conocía perfectamente a Camille Doufor, una italiana malvada y cruel que podía codearse junto con la amante el padre de aquellos chicos y también era por supuesto sabido que conocía la magnífica dulzura de la abuela Leroux, ella podía llegar a saber un sin fin de historias y de secretos de aquella familia, pero aquella era enteramente fiel a su señor.Adrien había creído en ella cuando nadie lo había hecho, el chiquillo que solo llevaba una semana iniciado su empresa de software buscaba
--Este se ve muy bien… Y este… Oh…. Este es hermoso… Y este… Por Dios tantos estilos… ¿Cuál crees que se vería mejor?, si definitivamente el blanco, en tu piel y tu cabello se verían hermosos… Este también, y este también… Hay tantos… Me encanta venir de compras ¿No estás emocionada? --aquello era una locura, la chica quería salir corriendo, Irina no dejaba de elegir de un lado a otro y dárselo a la vendedora, mientras que ella las seguía de cerca sin decir una sola palabra, además de que la vendedora al igual que ella se habían cansado de no ser escuchadas, por lo que las dos al mismo tiempo solo asentían con la cabeza y esperaban que fuese suficiente para que la mujer no siguiese eligiendo ropa por doquier en lo que Valentinne se preguntaba si alcanzaría el día para poder probarse todo aquello.--Consi