Silencio… Muchos no comprendían lo que ocurría, además de que al llegar Adrien habían sacado a todas las personas que se encontraban curiosas, por lo que ocurría, pero entonces estaba Valentinne completamente sorprendida ante la situación y como aquel parecía estar como si nada, como aquel observaba a Chantal como si fuese no más que una basura, sin contar que ella ahora estaba perdida, ella ya no podía hacer más, apretó la bolsa en sus manos y sintió unas terribles ganas de llorar, Adrien la sacaría a patadas de la mansión Leroux, ella tendría que vender la casa de su padre y con ello podía vivir por un tiempo, pero la empresa de su padre era más que obvio que la había perdido, sin contar que ahora había perdido una gran cantidad de dinero al comprarle el regalo a Adrien, estaba perdida, ella quería llorar, quería solo revolcarse
No había la más mínima muestra de que las cosas estuviesen bien, Adrien no decía nada, y Valentinne estaba a punto de iniciar a comerse incluso las uñas de los pies, en lo que observo como Irina seguía en silencio en el asiento delantero junto con el conductor y como Adrien solo observaba algunos documentos en el auto como si fuese eso lo más importante del mundo y la ignoraba por completo, ella no lo entendía, él acaba de decir que sabía que ella no era Chantal Rossel, él acaba de decir que sabía que ella lo había estado engañando por días, pero el hombre no mostraba el mayor interés de hecho estaba concentrado en su trabajo como si no fuese más que un viaje completamente común, como si no fuese más que un día normal.No lo entendía ¿Dónde estaban los gritos? ¿Los regaños? E incluso se preguntaban &ique
--Esposa… ¿Esposa verdadera? ¿Cómo? Yo… --era tan divertida, tan curiosa y la podría llamar muy, pero muy inocente, ¿Sería solo con él o les mostraría esa faceta suya a todos? De cierta manera a
La alarma podía ser tan malvada, ella quería seguir durmiendo, quería simplemente quedarse en aquella cómoda cama por horas y no saber del mundo, pero aquello no posible, pues a los segundos escucho el toque de la puerta y seguido de ello se encontró a una Anais divertida al ver su gesto lleno de pereza y cansancio que tenía la chica al mostrar que evidentemente no había dormido absolutamente nada, en lo que solo negó con la cabeza y se dirigió sin decir palabra alguna hacia su armario y saco una maleta para poder preparar todo para el viaje que harían la pareja hacia la villa principal de los Leroux, un lugar a las afueras de Francia, que era conocido como el paraíso de los adinerados, pues tenía un sin fin de tierras a la redonda adaptadas para la cosecha de vino y una enorme mansión que solo recibía a las personas más adineradas de todo el mundo, eso sí, solo podí
--Pero mira nada más que hermos eres, pareces un ángel, un hermoso ángel, si… Eso eres… --la sonrisa y las palabras de la mujer eran llenas de dulzura, estaba completamente fascinada con Valentinne, mientras que esta no comprendía que ocurría con ella, parecía una abuela que no había visto a su nieta por años, parecía que estaba completamente satisfecha con Valentinne solo con verla y la verdad es que ella no veía ni una sola gota de hipocresía o falsedad, parecía ser una mujer que mostraba su auténtico ser y eso le agradaba muchísimo a Valentinne.--Ya deja de acosarla abuela la asustarás… --la voz de Cedrik se escuchó en el lugar, en lo que Adrien observo a su hermano con un poco de cautela, mientras el castaño solamente se sentó frente a ellos con una pequeña sonrisa como era de costumbre, algo que Valentinne imitaba sin
--Adrien… Que bueno que llegas ¿Quieres probar? Está exquisito, sabes que tengo un talento indudable para cocina y no es por alagarme, pero lo sabes… --una sonrisa tranquila salió de los labios de Cedrik este no parecía estar nervioso o preocupado por la mirada mortífera que le daba su hermano mayor de hecho, era todo lo contrario parecía como si nada ocurriera.Valentinne pensó que tal vez él estaba tan acostumbrado a aquella mirada que no le importaba el hecho de que su hermano se mostrara de aquella forma, tal vez Adrien era con todos de aquella manera, tal vez él era igual que la abuela y esperaba que su esposo se sintiera mejor a su lado, tal vez él estaba depositando tanta confianza en ella y por eso era tan amable con ella, solo en busca de que ella fuese un apoyo para Adrien, aquello hizo que de nuevo aquella montaña rusa de sentimientos volviera a su pecho.Pero entonces
Aquel tic que tenía Adrien tan arraigado en él cuándo estaba enojado era el sonido más revelador en aquella cena, el sentado en la silla principal de la mesa como correspondía, observaba como su abuela y su esposa hablaban en medio de sonrisas sobre alguna cosas triviales y conversaciones de la cosecha de vinos y champán, de como la mujer se había vuelto unas de las mujeres más maravillosas, también hablaron del abuelo de Adrien que siempre indicaba sobre cómo era el mejor hombre del mundo y como se parecía tanto a Adrien tanto físicamente como temperamentalmente y como solía ella disfrutar cuando era una jovencita y pasar tiempo en el campo.Las conversaciones se iban de aquí y allá y todo con base en la excelente comida cocinada por los hombres de la casa, una habilidad que según su abuela era más que necesaria para un hombre francés, sin contar que
Sus mejillas, sus labios y su rostro, aquello era la muestra fija que ella no había podido olvidarlo, que ella no había podido borrar aquel beso de su mente y sus labios, aquellos que ahora ella tocaba con sus manos y observaba en el espejo llena de concentración, no podía borrarlo de su mente, no había podido siquiera estar un poco más tranquila y poder compensar su corazón, pero justamente cuando creía que había podido tranquilizarse, llegaban como relámpagos la sensación de tener su roce, sus labios sobre los suyos, la sensación tan corta de poder sentir su sabor en la boca.Ella debía definitivamente hacer las cosas de otra manera, debía concentrarse y más que todo no debía de ser tan tonta, solo había sido algo que seguramente para él no era nada importante, él no mostró la más mínima muestra de que le hubiese siquiera
--¿Seguro que no escaparas antes de la boda? No quiero estar allí y que tú no estés, sería una vergüenza para mi familia… Te asesinaré si no vas… Lo juro… --una pequeña sonrisa salió de los labios de Adrien para arrastrar a la chica hacia él y darle un casto beso en los labios y observarla con la adoración que solía hacerlo siempre aquel muchacho enamorado.--Más te vale que estés allí, yo llegare primero, intenta por primera vez en tu vida llegar a tiempo a una cita, la verdad es que es horrible que llegues tarde a todos los lugares incluso a tu misma boda… --ella solo había reído ante aquello, ella solo mostraba una sonrisa que hacía que aquel muchacho enamorado se convenciera de que sin duda ella era la mujer de su vida y que aquella boda era lo que más deseaba en su vida.--Lo intentaré… No pued