Ashley Freetman─ ¿Cómo puedo contentarlo, profe? ─ Pregunté mordisqueando su cuello.─ Entonces piensa en como deseo que me consientas, ─ siseó y estaba segura que sonrió. No podía observar sus ojos, pero su bulto me indicó que le gustaba lo que le hacía.─ Te amo, ─ volví a su oído susurrándole, llevando mi mano hacia su entrepierna y acariciándolo por encima del vaquero. ─ Ashley, estoy conduciendo, ─ expresó con voz enronquecida.─ Sigue haciéndolo, ─ le propuse, mordiendo su cuello y bajando el cierre de su vaquero, metí mi manito y busqué el miembro erecto dentro de su bóxer, lo observé y estaba bastante crecido. Comencé a mover mi mano por inercia, sobre su pene caliente. Noah, hizo un suspiro ronco, mordí su cuello, moviendo mi mano con un poco más de ritmo. Unos minutos después Noah, estacionó el vehículo, reclinó el asiento del conductor y desabrochó su pantalón, dando más libertad a su miembro, rodeó mi cintura acercándome a su cuerpo.─ Móntame, ─ pidió con voz j
Ashley Freetman.─ Ella, la estaba pasando mal, porque su hermana la odiaba por lo que le había hecho, su cuñado la despreciaba, porque según él, lo había engañado y su familia y la de su cuñado, la tildaban por lo que había hecho. Un día, la conseguí hecha un mar de lágrimas y dolor, intentó quitarse la vida y yo, la salvé de esa locura, luego se sintió mal de salud y la llevé al hospital.Allí, fue mi otro calvario, cuando el doctor nos anunció que estaba embarazada. Yo, estaba recibiendo la noticia que ella estaba embarazada de otro hombre, quien era precisamente su cuñado. Llamé a su padre, diciéndole que estaba en el hospital y me largué de allí, repitiendo el mismo patrón de la vez anterior, alcohol y otra mujer. El día de su boda, fue mi infierno y cuando nació su hija fue otro, después me perdí del condado, repitiendo ese patrón por varios años, que en la universidad se intensificó mucho más. Mi padre, enfermó del corazón y regresé, cuando volví, la vi de nuevo hecha
Ashley Freetman.El camino al hospital fue silencioso, yo solo me acerqué más a su puesto, coloqué mi mano en su pierna, dándole besos de vez en cuando en su mejilla, en su cuello y en su hombro; susurrándole los te amos, que a él tanto le gustaban y ahora entendía el motivo.Llegamos al hospital, bajamos del auto, el rodeó mi cintura para ingresar por los largos pasillos, que siempre estaban llenos.─ ¿Vas a subir de una vez? ─ Preguntó ingresando al ascensor.─ Quedé en pasar por el consultorio de papi, allí estará esperando, para saludarme con tía Ivanna. Hoy solo nos vimos en el desayuno, ─ le informé con un puchero.Él, asintió y presionó el botón del tercer piso, que era dónde quedaba el área de ginecología.─ ¿Me acompañas? ─ Le invité. ─ Mejor subo a cambiarme, voy veinte minutos tarde, ─ mencionó observando el reloj.Besó mis labios cuando el ascensor abrió sus puertas en el tercer piso y no le importó los que estaban presentes en ese ascensor. Salí sonriendo sin prest
Ashley Freetman.Llegué a la sala de médicos, saludé a los cuasi colegas, los cuales respondieron con el mismo ánimo. Siempre me trataban como si fuese un médico más de su equipo y yo, aprendía un poco de cada uno de ellos. Noah, no estaba en la sala de médicos, no pregunté nada para no demostrar mi interés por él, volví a la sala de enfermería, con Mésele, y dos enfermeras más. Nos dispusimos a realizar el recorrido por el largo piso, junto al carrito que llevaba todos los medicamentos. Ingresamos a la primera habitación conformada por seis pacientes, los cuales estaban en áreas separadas por cortinas color verde oscuro. El primer niño, al verme sonrió y mi corazón se apretó al notar la alegría de su rostro.─ ¡Ashleyyyy! ─ susurró el pequeño, partiéndome el corazón por todos los días que dejé de venir al hospital. Coloqué el dedo en mi nariz para que hiciera silencio. Ellos, sabían que si algún doctor, descubría a un estudiante interactuando con tanta confianza, nos llamarían
Ashley Freetman.El recorrido por las otras habitaciones fue lo mismo, hasta que llegamos a la última habitación. Me sorprendí al ver al niño que estaba nuevamente hospitalizado.─ ¿Jonás? ─ Musité acercándome apresurada hasta él.─ Ashley, ─ sonrió al verme, observé a su madre, que estaba sentada en el mueble con cara de preocupación. Esta era una de las mejores habitaciones, tenía dos camas con dos cómodos sofás, al lado de cada cama y este tipo de habitaciones que estaban en esta ala del piso siete, era para personas con recursos económicos elevados que podían darse ciertos lujos, otra ala tenían habitaciones de una sola cama las cuales eran las más costosas. Observé el rostro del niño, con el mayor de los dolores en mi pecho y agradecí que no estuviesen otros médicos a mi lado, que pudiesen notar las lágrimas que estaba reteniendo, para que no se desbordaran.─ ¿Qué hacen aquí? ─ Pregunté a su madre, preocupada por Jonás. Él, era uno de los niños que había tenido su alta
Ashley Freetman─ Es nuestro trabajo, ─ sonrió el hombre, correspondiéndole a Noah, quien volvió a colocar el brazo alrededor de mi cintura. ─ No tengo hambre, ─ murmuré una vez tomamos el camino hacia el ascensor.─ Necesitamos un café, esta será una larga noche, ─ mencionó Noah.─ No sabía que se había presentado una emergencia, ─ le dije ingresando al ascensor.─ En este piso no, pero si en el uno, en el área de urgencias, habrá un nuevo ingreso por servicio social, más tarde lo subirán al piso, ─ informó, el ingreso por servicio social, solo significaba que la familia no tenía recursos para costear los gastos de una enfermedad. Suspiré saliendo del ascensor y caminando el largo pasillo, hasta llegar a uno de los cafetines del hospital.─ No puedes permitir que un paciente te afecte tanto, no podemos bloquearnos, Ashley. ─ Protestó Noah, sabía que esta invitación era para reprocharme mi comportamiento.─ ¿Cómo puedo convertirme en un ser que no soy? ─ Me sinceré con él. ─
Ashley Freetman─ ¿Ya estás lista? ─ Preguntó mi hermana Samantha, parada en el umbral de la puerta de mi alcoba, dirigí mi visión hacia ella, tenía dos coquetas coletas en su largo cabello rubio y ondulado, como el de mi tía Ivanna. ─ ¿Todavía? ¿Qué tanto te arreglas? ─ Se quejó mi hermano Andrew, llegando también al umbral de mi alcoba, al contrario de Samantha, su cabello era pelirrojo como el de mi padre y el mío, pero en físico Andrew y yo, nos parecíamos demasiado a mi tía Ivanna, versión pelirroja, mientras que Samantha, era más parecida a mi padre; ellos eran unos mellizos, que no eran idénticos aunque tenían muchas similitudes. ─ ¿Cuál es el afán? ─ Le pregunté a mis hermanos, que todavía no entiendo, como resultaron invitados a la salida que teníamos Noah, Jaime y yo. ─ Jaime y su padre, ya están abajo esperándonos, ─ mencionó Samantha, y eso fue suficiente para aplicar apresurada el brillo labial, tomar la colonia y aplicarme un poco, observar mi cabello en el espejo, t
Ashley Freetman─ ¿Vemos primero la cartelera del cine o vamos por un helado? ─ Le pregunté a los chicos, al bajar del automóvil.─ Helado, cine y cena, en ese orden, ─ concluyó Noah, acercándose y rodeando mi cintura delante de los niños, que al parecer estaban más entusiasmados con la salida, que pendiente de lo que hacían los adultos. Samantha, se acomodó en el medio de los dos niños y enredó cada uno de sus brazos, en los brazos de ellos. Los tres iniciaron la caminata y nosotros tras ellos. Como supuse ,el centro comercial estaba full. Samantha, se detuvo en una de las vidrieras, que exhibían peluches envueltos en papel celofán y adornados con globos; parecían arreglos especiales para enamorados. Sonreí con el romanticismo de mi pequeña hermana, la cual giró de pronto su cabeza.─ ¿Traites tus tarjetas? ─ Preguntó con una gran sonrisa reflejada en su rostro. ─ Sí, pero no estamos aquí para realizar compras, ─ la frené de una vez, mi pequeña hermana, era de las que se volví